Ninguno de nosotros sabe que hubiese pasado en el partido si River lo hubiese empatado de penal cuando Colón lo ganaba por 2–1. El juez brasileño Ricardo Marques no solo no cobró aquella flagrante mano, sino que entró en un desastroso camino que desembocó en una generala cuando ya Colón había convertido el tercer gol y aseguraba su clasificación.
El partido tuvo un comienzo de muchísima dinámica. A los 15 minutos una pelota brillantemente filtrada al medio por Nicolás Rodríguez encontró a Mauro da Luz metiendo un pique infernal, ganándole a los zagueros y colocándola por arriba de la salida de Leonardo Burián. Un golazo que dejaba a River en inmejorables condiciones de administrar la ventaja y el gol de visitante. Pero no pudo sostener esa soñada situación más que dos minutos, porque Colón empató enseguida con un gol de Christian Bernardi.
Desde ahí el partido se transformó en un barranca abajo para River. Diez minutos después el colombiano Wilson Morelo, en una jugada de doble acción ofensiva, colocó el 2-1 a favor de los sabaleros lo que ponía a los argentinos ya con el resultado necesario para seguir avanzando y aún faltaba más de una hora de juego. El centro pasado contó con la astucia del cabezazo de Luis Pulga Rodríguez, que colocó la pelota al área chica para que Morelo anotara sin marca. El partido siguió en alta tensión, Colón siguió atacando y estuvo a punto de liquidarlo cuando casi llega al tercer gol que Gastón Olveira evitó.
En la segunda parte River se esforzó muchísimo por poner la pelota en el área de Colón, y en contraposición a eso los argentinos dejaron de atacar y tomaron una posición casi pasiva. River fue y fue y estuvo muy cerca del empate, pero después de aquella acción del penal, después de que la pelota diera en el caño con Burián vencido, llegó el tercer gol de Colón con Nicolás Leguizamón recibiendo una nueva maravillosa habilitación de la Pulga Rodríguez.
Una lástima por River, que hizo su máximo esfuerzo por un mejor resultado.