Con un juego práctico y efectivo, aprovechando las chances que tuvo en el primer tiempo gracias a una presión alta e intensa, Perú le ganó 3-0 a Chile y se metió en la final de la Copa América 2019. Édison Flores, Yoshimar Yotún y Paolo Guerrero hicieron los goles incaicos. Una cita con la historia: el domingo en el Maracaná.
1. Todo bien
Primero, la presión alta. Perú, comandado por un mediocampo con Yotún y Renato Tapia, dueños y señores de ese sector de la cancha, fue arriba de Chile: le tiene los puntos sabidos. Las trasandinos elaboran su juego bien de atrás y ahí fueron los peruanos a molestar. De arranque, robaron una que no fue gol porque, curiosamente, Christian Cueva no apuntó bien. Iban dos minutos.
Como la presión salió bien, Perú encontraba la pelota con asiduidad. Desde ahí creaba. Eligió la punta derecha para atacar y rindió, porque Luis Advíncula le ganó el duelo a Jean Beausejour. Precisamente por ese sector cayó el 2-0. Beausejour durmió la siesta, André Carrillo le ganó la espalda, el arquero Gabriel Arias salió a cortar casi en el córner pero no llegó, y Yotún, con clase, recibió el centro y en una jugada la mató de pecho y sacó el tiro rastrero de gol.
Sorprendido, Chile se desprendió del asedio a los empujones, como quien no quiere la cosa que le molesta. La roja tuvo la posesión, eso fue cierto, pero nunca encontró el sistema de juego de pases entre Charles Aránguiz y Alexis Vidal, sumamente necesario para los chilenos. Las maneras de llegar al arco de Pedro Gallese consistió en saltearse líneas: los envíos aéreos no fueron pocos. Pero claro, el equipo no está preparado para eso –al menos desde la filosofía inicial– y no pudo sacar nada bueno de eso, más allá de un tiro por arriba del arco.
2. La espera y la contra
Con la brecha a su favor, Ricardo Gareca hizo que los suyos se replegaran en el segundo tiempo. Fue el mismo planteamiento, un 4-2-3-1, pero muchísimo más apretado, incluso con Guerrero parado atrás de la mitad de la cancha. Perú cedió espacios y pelota, y no le importó casi nada: continuó controlando el eje de la mitad de la cancha. Eso sí le importó todo el partido.
Así y todo, la primera jugada de gol casi fue 3-0. Los peruanos salieron de contragolpe, la pasearon de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, pero en la estocada final no la pudo meter Yotún de zambullida.
A partir de los 65 minutos, Chile inquietó. Perú ya tenía como figuras a los volantes centrales y a Advíncula, y desde ese momento creció Gallese. En el minuto 67 se la sacó a Beausejour volando hacia atrás y tirándola al córner, en el 82 fue abajo y, en dos tiempos, se quedó con el grito de gol de Sánchez. Además, cuando Chile buscó por el segundo piso, descolgó todo lo que le pasó cerca, y le adivinó la intención a Eduardo Vargas, que pinchó el penal y Gallese se quedó parado para atajarlo.
3. Epílogo
El martes, Dani Alves; ayer, Advíncula. El fútbol que se juega por afuera y rinde doble. Y un premio a Guerrero por el gol de final: hay revancha cuando la pelota no se mancha.