En Tacuarembó, donde sin dudas los vecinos de Cerro Largo están haciendo pesar su localía, los arachanes consiguieron una ajustadísima victoria sobre Plaza Colonia, por 1-0 con gol de penal de Martín Bueno, que lo deja como único escolta de Peñarol en el Clausura. Los de Melo, que en este último torneo del año juegan como locales en el Raúl Saturnino Goyenola, no sólo siguen a tres puntos de los carboneros, sino que además, por primera vez desde que se suman puntos de Apertura y Clausura 2021, impidió que Plaza mantuviera el liderazgo de la tabla anual, que ahora es exclusivamente de Peñarol.
Fue un partido duro, tenso y muy influido por la velocidad del viento, que en la primera parte dejó la sensación de que era una variable que favorecía a Cerro Largo. Plaza, reformulado por la ausencia de Nicolás Olivera en la línea de tres, apeló a intentar mantener una estructura que les diera posibilidades a Renzo López y Nicolás Dibble, que al quedar aislados no pudieron concretar ningún ataque punzante. Eso y el viento en contra fueron dibujando la idea de que sería un partido muy difícil para los campeones del Apertura. Nicolás Guirín, el arquero palmirense, fue el encargado de evitar que Cerro Largo se fuera en ventaja a los vestuarios, fundamentalmente con una maravillosa atajada de un tiro de Leandro Otormin.
A los cinco minutos del segundo tiempo llegó el gol que definió el partido, producto de la ejecución de una controvertida falta penal qué Martín Bueno se ocupó de transformar en gol.
Con esa mínima diferencia, el partido transcurrió con un Plaza comprometido, serio y querendón en busca de dar vuelta el partido y, sobre el final, por lo menos el puntito del empate, y con Cerro Largo que se defendía bien y contragolpeaba, al tiempo que el arquero ecuatoriano Alexander Domínguez manejaba el partido desde su arco. Así Cerro Largo coronó su victoria, y el retorno a Melo a la hora de la merienda fue tan largo como alegre. El de los patas blancas a Colonia del Sacramento, también largo, no triste; se nota que el equipo de Eduardo Espinel todavía tiene todo para dar.