Liverpool y Nacional empataron 2-2 en Belvedere en la penúltima fecha del Apertura, y los tricolores dejaron pasar la oportunidad de pasar o igualar la posición del líder, Peñarol, porque minutos después se hizo público el fallo que le otorgaba a Nacional los dos puntos reclamados en la primera fecha ante Cerro Largo.
Nacional, con goles tempraneros al comienzo de cada tiempo, lo ganaba 2-0 a partir del gol de Gonzalo Bergessio en el primer tiempo y de Alfonso Trezza en el segundo, pero Liverpool lo empató con tantos de Federico Martínez y Sebastián Fernández. Pareció que lo ganaría el visitante y que igualaría y pasaría la línea de Peñarol a falta de una fecha, pero no fue así y ahora habrá que esperar que todo se decida en la fecha final, tras conocerse que el fallo del reclamo por el partido de la primera fecha entre Cerro Largo y Nacional fue favorable a los tricolores.
Sólo segundos
Entre que el tipo levanta su muñeca izquierda para mirar a contraluz cuánto queda, la pelota queda en el área penal de quien defiende, en los pies de uno de camiseta a rayas negras y azules, que se la saca al de blanco. El tipo calcula el tiempo en la esfera de su reloj con su mirada a contraluz y se dice: “Ya termina”. Le roban la pelota al de Liverpool, la gana el de Nacional, que avanza hacia el gol, patea, y al mismo tiempo que la tribuna está a punto de explotar de victoria asegurada el salteño Sebastián Lentinelly vuela, toca como puede el bólido blanco, que después de ser desviado ligeramente por la mano izquierda del arquero choca fuerte contra el caño izquierdo y sale en dirección contraria a más de cinco metros. Ahí, con el arco libre aparece el argentino Leandro Fernández; parece que será de él el gol que no pudo ser de Maximiliano Cantera, pero no puede: la pelota lo pasa.
Aquí empieza el calvario del tricolor, que miró el reloj, que ahora graba en su mente estos seis segundos como si fuese el súper 8 del film de Zapruder en Texas. Iban 88 minutos de partido, Nacional ganaba 2-1 y, dependiendo del fallo del tribunal arbitral, podía ganar cinco puntos en un día y pasar a comandar el Clausura y la Anual. ¿Por qué Fernández la tira para atrás? Son seis segundos y siete pases los que hay entre la recepción y conducción de Tomás Chacón, decisivo tras su ingreso, y el toque a las redes de Sebastián Papelito Fernández, que es quien, efectivo y oportunista, pone el 2-2 con el que empataría Liverpool, con el que se terminaría el partido y con el que Nacional deja pasar su penúltima oportunidad de aspirar al tricampeonato.
Frustración y bajón de parte de Nacional. Alegría y tranquilidad en Liverpool.
Querer no es poder
Es complicado y tensionante tener que hacer algo que otros miles están esperando y que uno no sabe si va a poder resolver favorablemente o no. Se precisa capacidad, calidad y entender el momento, pero cuando además se trata de una competencia entre dos colectivos es mucho más difícil de afinar ese movimiento grupal en busca del resultado demandado. Eso le pasó a Nacional. No quiere decir que no haya estado a la altura, tal vez estuvo a la altura de lo que podía, ni quiere decir que haya perdido el campeonato: dejó pasar una gran oportunidad. Ahora queda una única chance, que parece más compleja que la de este viernes en Belvedere cuando ganaba 2-0.
Iban sólo seis minutos de juego cuando Christian Almeida dispuso de un saque lateral sobre el área de Liverpool. El Keke hacía señas, “más allá, más allá y más allá”. En el vértice del área chica se ubicó el cordobés Gonzalo Bergessio, a quien con las manos le llegó el envío de Almeida. El goleador hizo un preciso y efectivo movimiento de cabeza, peinándola con fuerza, y la pelota terminó metiéndose en el ángulo superior izquierdo de Lentinelly, que nada pudo hacer. Un gol abrepartidos, un gol tranquilizante, un gol que mostraba el portal de la esperanza.
Todas las presiones, los nervios y el collar de incertidumbres quedaban para atrás con esa ventaja inicial, que significó un subidón de los tricolores, que fueron acompañados por su gente en la cancha de Belvedere. Respiraban, y además sumaban y jugaban.
Empezó a cargar Liverpool, que fue sumando acciones de gol sobre el arco tricolor. En una oportunidad el centro atrás de Federico Martínez no fue bien aprovechado por Alan Medina. En el ataque de más peligro de gol, Hernán Figueredo habilitó a Sebastián Fernández, que sacó un estupendo remate que, volando de palo a palo, salvó Martín Rodríguez.
Pasada la media hora Leandro Fernández tuvo el segundo, cuando dentro del área enganchó para su pierna derecha y remató, pero tapó Lentinelly.
Almeida, con amarilla, cometió una segunda falta que para muchos era de amonestación, y como el juez no le redobló la tarjeta los hermanos Ligüera, entendiendo que el lateral estaba muy en el límite, decidieron dar ingreso a Matías Zunino y cambiar su estrategia defensiva: Armando Méndez, que estaba muy bien como lateral derecho, pasó a marcar por izquierda y Alfonso Trezza, que era mediapunta, pasó a ser lateral derecho.
Todo cambia
En los vestuarios hubo charlas y cambios. Jorge Bava ordenó cambiar a sus marcadores laterales y dio ingreso a Gastón Martirena y Mathías Pintos.
De lado a lado, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda y otra vez de lado a lado, de izquierda a derecha, fue como llegó el segundo gol de Nacional, cuando Trezza la mandó al fondo de las redes después de haber peleado una pelota que parecía perdida y cambiarla hacia el otro lado de la cancha. Habían transcurrido sólo cuatro minutos de la segunda parte cuando Nacional hizo el segundo, cuando el floridense Trezza la empujó a las redes, y los tricolores ponían crédito debajo de su colchón.
A los 11’, después de que Leandro Fernández desperdiciara para los tricolores la oportunidad del tercero, Liverpool, a través de una jugada preparada de córner, llegó al descuento. Fue Federico Martínez quien se retiró hacia el punto penal y esperó el pase en segunda instancia de Alan Medina. El internacional celeste remató ajustado contra el palo y venció a Martín Rodríguez para dejar la distancia en un solo gol.
Quedaba más de media hora de incertidumbre, con los negriazules llegando sobre el arco de Rodríguez. Nacional también armó alguna, especialmente después del ingreso de Brian Ocampo, que, aun apagado en relación a su mayor brillantez, pasó a ser la esperanza tricolor, más cuando había salido Bergessio.
Se acercó Liverpool, pero también Nacional estuvo cerca de gritar el tercero en tres o cuatro oportunidades, hasta que al final ustedes ya saben. Fueron seis segundos, siete pases y Papelito que no lo gritó, pero que valió para perder la proyección a la punta y el lote de esperanzas rematadas para ser campeón.