Una gurisa merodea por los vestuarios, parece preocupada. Podría estar sintiendo la presión de estar compitiendo en un gran escenario, de ser la nueva en un circo itinerante que lleva a cientos de tenistas a competir por ciudades de todo el mundo durante el año. Sin embargo, no se inquieta por el bullicio del público que llega desde las tribunas y que por suerte ha vuelto a las canchas. Tampoco parece estar inquieta por el encordado de su raqueta, su mejor y única amiga cuando tenga que saltar a la cancha en busca de su lugar en el Us Open. Su nombre es Emma Raducanu, tiene 18 años y está inquieta porque acaba de perder sus auriculares inalámbricos. No los encuentra, y no los va a encontrar. En cambio, convierte eso en una idea, casi un chiste. “Si gano este partido, me puedo comprar unos auriculares nuevos”, piensa antes de salir a la cancha para jugar el primer partido del torneo clasificatorio. Apenas unas semanas después, representando a Reino Unido, se convierte en la primera campeona de Grand Slam británica desde que Virginia Wade lo hiciera por última vez en 1977. Los 2,5 millones de dólares en premios le bastarán para su nuevo par de auriculares.

No la esperaban

Raducanu nació en Toronto en 2002, de padre rumano y de madre china, ambos trabajadores del rubro financiero. La familia se mudó a Londres cuando ella tenía tan sólo dos años. La tenista, que creció incorporando los aspectos de esas culturas diversas, habla perfecto mandarin e inglés. En Inglaterra comenzó a jugar al tenis a la edad de cinco años, algo bastante típico para los deportistas de élite. Antes de dedicarse al tenis, practicó varias disciplinas como golf, karting, motocross, equitación, ballet y tap. Dice que Simona Halep y Li Na son a quienes les debe su mentalidad y ética en el deporte, casualmente una rumana y una china. Recalca que su madre y la cultura china le han dado su resistencia mental. “Creo que la confianza viene de la autoestima [...]. Mi madre viene de una familia china y en esa cultura creen en sí mismos, no necesariamente por decirle a todo el mundo lo buena que sos, sino creyéndolo dentro de una misma. Respeto mucho eso de la cultura china”.

18 años
Debut WTA: Nottingham - Junio
Us Open: Ganó 10 partidos sin perder un set
Primera tenista en la era abierta en ganar un Grand Slam tras acceder por la qualy

Su padre fue quien, durante la pandemia, la acompañaba a la calle a entrenar sus golpes con la raqueta. “Sos incluso mejor de lo que tu padre pensaba”, le dijo en una charla telefónica luego de que ella levantara el trofeo de campeona. Lo cierto es que Raducanu es mejor de lo que cualquiera pensaba, y tal vez por eso pudo sorprender a su padre, de quien ella misma dice: “Es una persona difícil de complacer, pero pude hacerlo hoy”.

Ni su madre ni su padre pudieron estar presentes el día de la final. Las restricciones por covid para el ingreso de ciudadanos extranjeros no les permitieron viajar durante el torneo, para el que no habían planificado estar, porque consideraban que Emma no se quedaría mucho tiempo. De hecho, ella misma reservó su pasaje de avión de regreso a casa para cuando finalizara la qualy, la instancia clasificatoria, situación que debió modificar al meterse en el cuadro principal. “Decíamos que iba a ser un viaje de cinco semanas, mi viaje más largo, y ahora fueron siete semanas”, comentaba en una entrevista televisiva, con la copa brillando sobre el set.

Emma Raducanu, durante su partido final con Leylah Anne Fernandez.

Emma Raducanu, durante su partido final con Leylah Anne Fernandez.

Foto: Sarah Stier, Getty Images, AFP

Talento de todos lados

En la final del US Open enfrentó a la canadiense Leylah Annie Fernández. Algo curioso, o no tanto. Es que Fernández, además de ser tan sólo dos meses mayor que Raducanu, es hija de padre ecuatoriano y madre filipina y, si bien sigue representando a Canadá, reside en Estados Unidos. Sin ir más lejos, la campeona en 2020 fue Naomi Osaka, nacida en Japón, de madre japonesa y padre haitiano, quienes emigraron a Estados Unidos cuando ella tenía tres años. Un prontuario familiar bastante típico para las estrellas emergentes del tenis en los tiempos que corren, en los que las distancias se han acortado y la constante migración, por muchos motivos, ha enriquecido culturalmente muchos ámbitos.

Volviendo a Raducanu, hizo su debut en un cuadro principal de un torneo de la Asociación Femenina de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés) en junio de 2021. Sí, hace tres meses, en el torneo de Nottingham, tras recibir una invitación. Hasta entonces combinaba sus entrenamientos y algún torneo como junior junto con sus estudios. Su rival en la primera ronda fue otra británica, Harriet Dart, quien se quedó con la victoria. Tras un breve descanso, recibió otra invitación, pero esta vez para disputar Wimbledon. Sería el primer aviso de que algo grande podría estar naciendo, porque llegó a la cuarta ronda tras vencer a Vitalia Diatchenko, Marketa Vondrousova y Sorana Cirstea, y finalmente se retiraría frente a Ajla Tomljanovic, cuando iba set abajo, por problemas respiratorios. De esta manera se convirtió en la británica más jóven en alcanzar la cuarta ronda de un Grand Slam en la era abierta (desde 1968), además de haber trepado hasta el puesto 150 del ranking. Por unos días estuvo bajo la lupa de los grandes medios, pero todavía no se auguraba lo que dos meses después iba a suceder.

Luego de su participación en Inglaterra, con los puntos sumados para su ranking, llegaría el momento de desembarcar en Estados Unidos para la gira previa al US Open. En California caería en primera ronda frente a la china Shuai Zhang en el WTA 500 de Silicon Valley. La semana previa a iniciar el US Open llegaría hasta la final del torneo de Chicago, un WTA 125, que es la categoría más baja de torneos profesionales, y perdería frente a la danesa Clara Tauson. Finalmente, cerrando agosto, comenzaría su fabuloso US Open.

Emma Raducanu y Leylah Annie Fernandez, al término del partido.

Emma Raducanu y Leylah Annie Fernandez, al término del partido.

Foto: Al Bello, Getty Images, AFP

Como nunca antes

Para acceder al cuadro principal, su segundo cuadro principal de Grand Slam tras Wimbledon, debió superar la fase previa. Para ello disputó tres encuentros frente a Bibiane Schoofs, Mariam Bolkvadze y Mayar Sherif, todos ganados sin ceder sets. Luego vendría una inolvidable actuación para consagrarse en uno de los cuatro torneos más importantes en el mundo del tenis.

Es realmente difícil de dimensionar el logro que obtuvo el sábado en Nueva York. Fue tan sólo su segunda aparición en un Grand Slam y, por supuesto, la primera en Flushing Meadows. Pero para intentar contextualizarlo, estos son algunos de los números y récords de su gesta. Fue la primera vez en la era abierta que cualquier tenista, ya sea hombre o mujer, ganó un Grand Slam llegando desde la qualy, y además lo hizo sin ceder ningún set. Es la jugadora más joven en levantar un trofeo de estas características desde que la rusa María Sharapova lo hiciera en Wimbledon 2004, con 17 años. Y como mencionamos, desde 1977 que una tenista británica, Virginia Wade, no obtenía un Grand Slam, lo que contribuye a que su figura crezca de la noche a la mañana en el reino al que representa. Como consecuencia, trepó del puesto 150 al 23 del ranking, y esto le dará la posibilidad de participar en cualquier torneo a partir de ahora.

En tiempos en los que la exposición mediática y las presiones comerciales son enormes, Raducanu dijo en una conferencia de prensa pospartido: “Sigo siendo una chica de tan sólo 18 años. Estoy dejando que las cosas fluyan a medida que se presentan. Así es como lo he hecho aquí, en Estados Unidos, y me trajo este trofeo, no creo que deba cambiar algo”.

El impacto es inmediato. Su carisma y su capacidad para enfrentarse a los micrófonos con solvencia y soltando tantas risas como afirmaciones meditadas y centradas la convirtieron en una de las figuras de esta semana en Estados Unidos. Visitó Wall Street, un sueño que previamente había manifestado tener ‒tal vez por influencia de la actividad laboral de sus padres‒, fue invitada por el programa de la cadena ABC Good Morning America y por el de la NBC Today Show, dos de los espectáculos televisivos más importantes de Estados Unidos, y estuvo en la alfombra roja de la famosa Gala del Met, donde fue capturada por los flashes y las cámaras. La nueva celebridad aprovechó sus días en Nueva York.

Sin ir más lejos, su cuenta de instagram pasó de tener unos 200.000 seguidores a casi dos millones en cuestión de 48 horas. Además, destacó que a lo largo del torneo su equipo la respaldó y ayudó a ir procesando lo que día a día iba logrando, y que ahora más que nunca va a necesitar de ellos para que la guíen en lo que es mejor para su carrera profesional, pero sobre todo para su crecimiento como persona.