El fiscal de Flagrancia Fernando Romano comenzó la investigación de los incidentes ocasionados por la parcialidad de Peñarol, ocurridos durante el partido con Boston River.
“Cámaras de Wanderers no hay, y las fotos y filmaciones que me mandaron hasta ahora son desde muy lejos. Difícilmente se pueda llegar a identificar a los agresores; lamentablemente esto está sucediendo muy seguido y la identificación de las personas que provocan estos hechos se nos hace difícil”, dijo Romano a la diaria.
A su vez, confirmó que la persona de seguridad que vio el arma declaró que fueron dos hombres los que lo amenazaron de muerte. “Uno de ellos, no el que tenía el arma sino el otro, dijo: ‘Matalo ahora’ y él responde: ‘No, lo hago después’. La persona de seguridad dice que vio el arma cuando la estaban armando, un 38, según la descripción”, expresó.
A su vez, Romano contó que hubo una mochila que se arrojó desde afuera del estadio. “No se vio sacar banderas, tampoco se puede decir que el arma ingresó ahí, pero es sospechoso”, alegó.
Además, un camarógrafo de la empresa Tenfield fue agredido con piedras y botellas, situación en la que el jugador de Peñarol Walter Gargano intervino para solicitar a los agresores que dejaran de arrojar objetos.
“Les dijo que el camarógrafo era un trabajador como cualquier otro y que lo dejaran seguir con su trabajo; ahí fue cuando se puso en conocimiento al encargado de seguridad de lo que estaba pasando y cuando sucedió lo de la rotura del alambrado”, explicó.
En ese momento el encargado de seguridad pidió garantías a la Policía y se determinó que no se podía seguir con el encuentro en esas condiciones. Para Romano la principal falla está en los controles de seguridad: “Muchos parciales que están en la lista negra ingresan a último momento y, como son varios, el funcionario de la AUF sabe que si impide el ingreso puede ser lesionado”, finalizó, por lo que a su entender deberían implementarse otras tecnologías más rigurosas.