El Mundial ya no es un evento lejano en el tiempo. A dos semanas de que comience a rodar la pelota por el torneo más grande del fútbol, el mundo se mantiene expectante sobre lo que pueda pasar durante la competencia en relación a los derechos humanos. Crece la expectativa y crece el miedo.

Para eventos con concurrencia masiva, las instituciones de los distintos países elaboran sugerencias para los turistas, pero en este caso las recomendaciones no tienen que ver sólo con el clima o con cuestiones sanitarias: esta vez importa ser precavidos ante la discriminación, la violencia y de las represalias por amar. Incluso los protagonistas de este gran evento se han manifestado en ese sentido, como el caso de las ocho selecciones que mostraron la intención de utilizar un brazalete con los colores de la diversidad durante los partidos y recientemente la selección australiana, que fue más allá y pidió cambios a Qatar en sus normativas discriminatorias.

Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo se recomienda evitar “las demostraciones públicas de afecto, ya que pueden conducir al arresto”. Además, dice que “los comportamientos sexuales entre personas del mismo sexo son ilegales en Qatar. Pueden conducir a penas de prisión e incluso pena de muerte”. El país tiene una normativa discriminatoria y violenta en cuanto a los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales. Por ejemplo, las relaciones homosexuales entre hombres están tipificadas como un delito punible con hasta siete años de prisión en el código penal.

En cuanto a la forma de saludarse, se insta a que sea “un breve y suave apretón de manos. Con las mujeres debe evitarse cualquier contacto físico en el saludo; sólo se hará un gesto a modo de cortesía, colocando la mano en el pecho e inclinando levemente la cabeza”.

Recientemente, quien fue un poco más lejos fue la Cancillería Argentina, que lanzó una guía con recomendaciones en la que alerta a las personas pertenecientes a la comunidad LGBTI, más específicamente a quienes tengan documentación no binaria. Según las reglas de Qatar, esas personas podrían ser deportadas o encontrarse con otros obstáculos ante las autoridades migratorias y del aeropuerto al arribar al país; básicamente podrían no tener acceso al Mundial.

Sucede que en Qatar las expresiones de amor entre personas del mismo género están prohibidas y pueden ser penadas porque se consideran un delito. Las personas LGBTI no son bienvenidas. Tampoco hace falta aclarar que hay discriminación contra las mujeres. Si bien las personas de género femenino pueden concurrir a Qatar, deben acoplarse a las costumbres del lugar si no quieren exponerse a sanciones. Más allá de que en los lugares destinados puntualmente para el Mundial las visitantes podrán transitar sin tener que acoplarse a las reglas destinadas para las mujeres, como la vestimenta típica local, deben ser precavidas, porque las sanciones sociales son moneda corriente. Durante la presentación de la competencia y el sorteo de los grupos, las periodistas Ana Inés Martínez y Morena Beltrán expusieron en sus redes sociales estas cuestiones, mostrando que podían estar vestidas como deseaban excepto en las mezquitas, donde obligatoriamente se accede con velo y el cuerpo cubierto, pero en otros espacios públicos sugieren estar con los hombros y las rodillas tapadas.

Ponerse en contexto

Qatar limita por frontera terrestre con Arabia Saudí, y tiene casi tres millones de habitantes, de los que 2,35 millones son extranjeros. Gran parte llegó como mano de obra barata a principios de los años 80, la mayoría provenientes del sur y sudeste de Asia, principalmente de India, Bangladesh, Indonesia, Nepal, Pakistán, Filipinas y Sri Lanka. Además, hay un gran número de inmigrantes árabes, que en su mayoría ocupan cargos en el sector público.

En cuanto al sistema político, Qatar tiene una monarquía tradicional encabezada por el emir. Esta monarquía se hereda de padres a hijos varones entre los miembros de la familia Al Thani. El patriarcado está en las bases de la organización estatal del país. El 29 de abril de 2003 se aprobó por referéndum una nueva Constitución, que entró en vigor en junio de 2004. La normativa establece una separación formal de los poderes del Estado, define sus competencias y contempla ciertos derechos y libertades para sus ciudadanos, entre los que están la “no discriminación, la igualdad, la prohibición de la tortura, la presunción de inocencia y la no retroactividad de normas penales”, pero hay deberes y obligaciones sobre las normas, orden público moral y costumbres locales para sus residentes; algunas se contradicen con aquellos derechos.

En cuanto al poder económico, Qatar cuenta con una de las economías más ricas del mundo gracias a sus recursos naturales como el gas y el petróleo. El Estado de Qatar tiene políticas para garantizar puestos de trabajo a todos los ciudadanos y no se permite el ingreso permanente al país sin contrato laboral. Por la pandemia, la tasa de desempleo en 2021 fue de 0,3%, siendo más elevada entre mujeres –0,48 %– que entre varones –0,17 %–.

Sin voz

¿Qué libertades tienen las mujeres en Qatar? Es la pregunta que más se repite entre las personas que desean conocer la situación de este país previo al Mundial. Entre las libertades que tienen las mujeres en Qatar, está la “posibilidad de asistir a espectáculos públicos”, la “equidad”, el salario, el acceso a la educación y a la salud. El hecho de que se describan derechos humanos básicos como “libertades” y no como “derechos” da cuenta del contexto. Asistir a un evento público es un derecho y no una libertad.

En Qatar las mujeres están obligadas a someterse a un régimen de tutela masculina en el que deben obedecer a un familiar, cualquiera sea el lazo, mientras que sea varón –padre, hermano, abuelo, tío o esposo–, para decidir en lo que respecta al casamiento, al estudio, al trabajo en puestos gubernamentales y a la atención de salud reproductiva. Además, la legislación relativa al divorcio discrimina a las mujeres al punto de que ordena que las mujeres divorciadas no pueden ejercer la tutela de sus hijos.

Y, por supuesto, tienen la obligación de utilizar el velo antilibertad: el uso del velo o hijab, paradójicamente, se considera que es “una protección de las mujeres contra la agresividad sexual de los hombres para mantener intactos el orden social y la moral”.

Una buena

La directora ejecutiva de Comunicación del Mundial de Fútbol 2022, Fatma Ali al Nuaimi, dio una entrevista al medio español 20minutos en la que habló de la Copa del Mundo, y sostuvo que en su consideración Qatar viene avanzando en cuanto a derechos humanos y que no tiene nada que ver con lo que ocurre en países vecinos.

“Hay muchas mujeres inspiradoras y excepcionales que trabajan para organizar la Copa Mundial de la FIFA 2022 y en todos los sectores de Qatar. Qatar es una sociedad moderna y abierta, en la que las mujeres desempeñan un enorme papel en la vida cotidiana, ya sea en los negocios, la política, la cultura, las artes, la familia y, por supuesto, el deporte”, sostuvo Al Nuaimi, y agregó que este Mundial puede tener el poder de dejar un “legado social” estableciendo un “nuevo punto de referencia para la región”.

En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 las mujeres qataríes estuvieron representadas por la pentacampeona de atletismo, Bashayer Almanwarri, y por Tala Abu Jubara, la primera remadora qatarí clasificada para los Juegos Olímpicos. Pero en algunos países de la región, como Irán, entre otras cosas, no se permitió a las mujeres asistir a los partidos de clasificación para la Copa del Mundo, incluso si ya habían comprado entradas.

Para Al Nuaimi, Qatar tiene el objetivo de lograr una mayor igualdad de género proyectándose hacia 2030, y para eso planifican aumentar aún más el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo en los próximos años, incluyendo el deporte, para lo que se está utilizando la Copa Mundial.

“Mi organización de la Copa del Mundo es un testimonio de ese compromiso, con muchas mujeres trabajando en los puestos más altos de la organización, ayudándonos a organizar un torneo memorable”, sostuvo en la entrevista con 20minutos, en la que además fue consultada por la libertad de circulación de las mujeres, que, si bien pueden ir a los partidos, luego no pueden acceder a espacios como bares con amigos o familiares varones.

“Como muchos países de la región, Qatar es un país islámico relativamente conservador, y tiene su propia cultura y tradiciones, que por supuesto difieren de las de otras partes del mundo. Sin embargo, los aficionados al fútbol de Qatar son libres de ver y celebrar un partido o un resultado como quieran. Esperamos dar la bienvenida a más de un millón de aficionados de todos los rincones del mundo este año” finalizó.