El 18 de diciembre de 1921 Portugal jugó el primer amistoso de su historia. El anecdótico resultado cuenta que perdió 3-1 ante España en Madrid. En ese tiempo Uruguay ya cargaba en su espalda tres títulos en Copa América. La diferencia histórica es notoria. Obvio que todo eso ya no juega. Son simples datos ilustrativos como entrada al plato principal: conocer al elenco lusitano.

Está claro que estamos ante un europeo de los importantes, que en los últimos años empezó a meter títulos grandes con la obtención de la Eurocopa en 2016 y la Liga de Naciones en 2018/19. Ya se mezcla entre los copetudos mientras transita el camino para conseguir el Mundial y sumarse al selecto grupo de campeones que componen ocho países.

Más allá de que colectivamente empezó a conseguir títulos hace poco, Portugal históricamente fue reconocido por jugadores que individualmente se mezclaron entre los top del momento; Eusebio, Luis Figo y Cristiano Ronaldo encabezan la lista.

Todavía es una potencia en construcción y aun así, generalmente, forma parte de la conversa de candidatos antes de cada cita mundialista.

¿Y si se repite?

El estadio de Lusail se vestirá con sus mejores galas para recibir el segundo choque entre Uruguay y Portugal en mundiales. El anterior es muy reciente. Fue el 30 de junio de 2018 en una noche calurosa en la hermosa ciudad de Sochi, que fue testigo del doblete de Edinson Cavani -a los 7' y a los 62'- para el 2-1 celeste.

El equipo que en ese momento era campeón de Europa se despidió de Rusia en octavos de final al caer ante los dirigidos por Oscar Tabárez. Las malas lenguas dicen que Cristiano Ronaldo aún tiene pesadillas con la pegajosa marca de Lucas Torreira, una de las claves del éxito charrúa de esa jornada.

En este apartado vale agregar un bonus track registrado en el Mundial Sub 20 de 2017. El 4 de junio Uruguay y Portugal hicieron madrugar al país un domingo a las 6 de la mañana para jugar un partidazo. Fue empate 2-2 (Santiago Bueno y Federico Valverde), y los de Fabián Coito se impusieron por penales 5-4, esta vez en cuartos de final.

La particularidad es que repiten futbolistas de ambos planteles. En Uruguay jugaron: José Luis Rodríguez, Mathías Olivera, Valverde, Nicolás de la Cruz, Matías Viña y Agustín Canobbio. Rodrigo Bentancur estuvo suspendido. En los europeos, en tanto, estuvieron presentes Diogo Costa, Ruben Díaz y Diogo Dalot del plantel de Qatar 2022.

Sin despegar

Portugal debutó en la cita máxima en 1966, cuando logró su mejor ubicación -tercer lugar- disfrutando de un Eusebio descollante, goleador del torneo con nueve anotaciones. Luego participó de seis mundiales más, generalmente quedó abajo del décimo escalón, salvo en Alemania 2006 donde terminó cuarto.

Se fue en primera ronda en México 1986, Corea-Japón 2002 y Brasil 2014. En Sudáfrica 2010 y en Rusia 2018 perdió en octavos de final. La última vez que faltó fue en Francia 1998 cerrando una década nefasta sin participaciones en el torneo grande.

En total disputó 30 partidos y sus números son mejores que las posiciones finales que logró. Ganó 14, empató 6 y perdió los 10 restantes; con 49 goles a favor y 35 en contra (+14).

Costó el camino

Portugal terminó en el segundo lugar del grupo A de las Eliminatorias. Era claro favorito a sellar el pasaje directo pero Serbia le ganó 2-1 en la mismísima Lisboa en la última fecha y lo mandó al repechaje. Cristiano Ronaldo y su banda sumaron 17 puntos al cosechar cinco victorias, dos empates y una derrota. Los otros contendientes de la zona fueron Irlanda, Luxemburgo y Azerbaiyán. Un chiste.

En la repesca eran dos partidos de eliminación directa e iba por el mismo lugar del cuadro que Italia, lo que hacía presagiar una finalísima por un cupo mundialista. Portugal cumplió al vencer 3-1 a Turquía sin grandes problemas, pero Macedonia del Norte sorprendió a los tanos por 1-0 convirtiéndose en el rival inesperado de los portugueses.

El juego definitorio fue un contundente 2-0 con doblete de Bruno Fernandes que sirvió para confirmar el boleto a Qatar y terminar un camino que parecía sencillo y fue de tortuoso andar.

A su juego lo llamaron

Fernando Santos, a sus 68 años, está dirigiendo su tercer Mundial, todos en fila. El primero -Brasil 2014- fue con Grecia. Luego comenzó un largo proceso al mando de Portugal que incluye la participación en Rusia 2018 y la obtención de la Eurocopa y la Copa de Naciones. En total dirigió 105 partidos con 65 triunfos, 23 empates y 17 derrotas. Aprobadísimo.

Más allá del talento innato de los jugadores de su país, Santos dotó a la selección portuguesa de orden táctico defensivo y poco le importó que muchas veces lo tildaran de conservador. Fue construyendo un modelo de juego sólido que tiene el 4-3-3 como formación madre. A la hora de replegarse, rápidamente se transforma en un 4-1-4-1 con Cristiano Ronaldo como punta de lanza.

Justamente, la presencia de su jugador estrella le da un montón de virtudes a la hora de ofender, pero con el paso del tiempo disminuyó la presión tras pérdida que en algún momento practicó. Ya no está para corretear rivales a los 37 años. Ahora Portugal es un equipo que sin balón se repliega en bloque medio, no tiene explosión física para ir a buscar alto a su rival.

Otro inconveniente que padece seguido cuando se forma con 4-1-4-1 son los huecos que se originan a la espalda de los volantes centrales que generan inferioridad numérica para el mediocampista más retrasado. En el debut mundialista ante Ghana se observó ese problema que lo arrastra desde la Eliminatoria. Es un equipo atacable por el centro, zona de la cancha donde Uruguay tiene virtudes.

Con pelota es directo, más allá de conservar bien la posesión, siempre busca el arco rival, sin lateralizar demasiado. Va al grano. Desde la construcción es clave Bernardo Silva, el motor de la mitad de la cancha y eje de la creación. En el debut mundialista jugó como interior por derecha y no se sintió del todo cómodo. Con los cambios, se adelantó al lugar del viejo enganche, ganó metros en la cancha y regaló un par de asistencias, resultando clave en el triunfo ante Ghana. Seguramente ese sea su lugar a partir de ahora.

Ronaldo, pese a sus años y la merma física, sigue siendo absolutamente influyente. Oficia de centro delantero pero rota por todo el frente de la ofensiva. Una de sus grandes virtudes es salir a jugar, descargar a banda y llegar al área para definir. Ya sin la potencia y la velocidad de su juventud para el mano a mano, opta por combinarse y es absolutamente inteligente para leer los espacios que generan sus movedizos compañeros.

Bruno Fernandes y João Felix centralizan y rotan sus lugares en el ataque para generar constantes opciones de pase. Dejan el surco por banda para los laterales que trepan como Tarzán a las lianas. Incansables. Tanto João Cancelo como Raphael Guerreiro son visitantes ofensivos de lujo que llegan hasta línea final. Una vez que el equipo va por banda, automatiza el ingreso al área para poblar la zona de influencia con el delantero del lado contrario entrando al segundo palo y un mediocampista que llega por el centro a zona de rebote. Conservar las referencias es vital y perder las marcas, prácticamente una sentencia.

Jugadores clave

Viejo es el viento y todavía sopla. Cristiano Ronaldo es el goleador histórico de la selección de Portugal con 118 goles en 192 partidos. Además brindó 35 asistencias. Es jugador libre tras rescindir de mutuo acuerdo con Manchester United. Más allá de estar lejos de su mejor versión, el presente marca que anotó 16 goles en sus últimos 21 cotejos con la selección. Fue el que más remató (4) ante Ghana.

El eje del equipo es Bernardo Silva y ajustarlo será gran parte del éxito. Lleva 5 goles y 8 asistencias en 38 encuentros disputados con la absoluta. A sus 28 años está pasando el mejor momento de su carrera.

Bruno Fernandes es otro que está en un momento top de rendimiento individual. Brillando en el Manchester United tiene el desafío de encontrar su lugar en la selección. Parece rendir más cuando va suelto por atrás del centro delantero, y tiene el desafío de adaptarse al rol en la selección, donde arranca pegado a la banda que a veces lo ata. Cuando logra la libertad que le brinda comodidad se vuelve extremadamente influyente. No dejarlo tomar confianza es vital. Ante Ghana recorrió más de 11.5 kilómetros, máximo de su equipo.

Ruben Dias brinda salida pulcra y seguridad defensiva, aunque en su debut mundialista no pudo liderar una zaga que mostró algunos problemas. Además es una amenaza en el juego aéreo. Se especula que pueda ingresar el experiente Pepe como acompañante. En Rusia integró la lista pero no tuvo participación.