Wanderers empató 1-1 en su primer juego como locatario en el grupo de la Sudamericana. Tras la derrota de la semana pasada en Guayaquil, ante Barcelona, los bohemios iban por un triunfo que los dejara cerca, pero Metropolitanos hizo un gran partido y estuvo cerca de ganarlo.

El gol inicial fue de penal, de Robinson Flores para Metropolitanos, y al minuto empató para Wanderers Mauro Méndez.

Tal vez no sea ajustado ni preciso señalar que Metropolitanos sorprendió en el Centenario, porque sorprende aquel que tiene un antecedente, y que se conoce su forma de juego.

Es la primera vez que Montevideo ve a esta oncena venezolana que a los cinco minutos ya había llegado un par de veces sobre el arco de Ignacio de Arruabarrena, y en una de ellas Robinson Flores estrelló su remate contra el travesaño, definiendo de manera exquisita. En ese momento era sorpresa por el prejuicio de que era un equipo venezolano y jugando de visita en el Centenario. Una cosa aislada en nuestras cabezas cuadradas y cerradas. Pero no, no era algo aislado. Seguro que en una planificación seria y preparada como la de Daniel Carreño y su equipo, no era una situación imprevisible, pero cuánto costaba adaptarse al juego.

Mauro Méndez, tras convertir el empate de Wanderers ante Metropolitanos, en el estadio Centenario.

Mauro Méndez, tras convertir el empate de Wanderers ante Metropolitanos, en el estadio Centenario.

Foto: Alessandro Maradei

Poco a poco Wanderers se fue acomodando en el partido, y empezó a ocupar campo venezolano, aunque los visitantes mantenían su buena posición de ofensiva. Le fue costando más y más al equipo de Carreño que no lograba imponer su estilo de juego y sólo conseguía ataques a través de pelotazos largos para Hernán Rivero, o de la llegada por fuera del lateral Kevin Rolón.

A los 42 minutos, cuándo Metropolitanos atacaba una y otra vez generando sensación de que estaba por llegar el gol venezolano en Uruguay, una increíble acción defensiva de Wanderers terminó en penal por mano intencional qué Robinson Flores plasmó en un golazo de penal con un gran remate de derecha al ángulo.

Sólo un minuto después llegaría el impensado y casi no trabajado gol del empate de Wanderers. Fue un largo pelotazo cruzado de Kevin Rolón que encontró el pique vivaz de Mauro Méndez que se anticipó al arquero, lo gambeteó hacia la derecha y definió para dar el 1-1.

Jean Fuentes, de Metropolitanos, y Hernán Rivero, de Montevideo Wanderers, en el estadio Centenario.

Jean Fuentes, de Metropolitanos, y Hernán Rivero, de Montevideo Wanderers, en el estadio Centenario.

Foto: Alessandro Maradei

Chévere

En la segunda parte las cosas no cambiaron y los venezolanos siguieron atacando, e imponiéndose en campo. Era esperable que Wanderers cambiara. No estuvimos en los vestuarios de la Ámsterdam, pero suponemos que Daniel Carreño debe haber señalado cada una de las situaciones que había que corregir. No pudo en principio, porque Metropolitanos estuvo a nada de convertir el segundo, y sólo un par de enormes atajadas de Nacho de Arruabarrena lo evitaron.

Pasaba el tiempo y los venezolanos ahora más de contra, pero corriendo muy bien la cancha, generaron muchísimo peligro. Wanderers tuvo un cuarto de hora en el que pareció lo podía ganar, pero todo terminó en empate.