Hace cuatro años que Peñarol femenino acarrea una problemática con la sanidad del equipo. Las jugadoras consideran que “no es seria ni profesional”, por lo que este año decidieron parar hasta que se solucionara el problema.

El reclamo

Las futbolistas reclamaron por retrasos en la atención a lesiones y por no ser diagnosticadas a tiempo en cuestiones de gravedad. Lourdes Viana, por ejemplo, contó que en una ocasión sentía molestias en los cuádriceps, se lo comunicó al profesional encargado del fútbol 11, que le sugirió que calentara bien, que no era nada de importancia, pero dos semanas después, durante un partido, se incrementó la molestia.

“Al otro día me volvió a repetir que no era nada, que si fuera algo hubiese ido en muletas”, sostuvo Viana. Se atendió con la sanidad del futsal, disciplina de la que también forma parte, que le indicó una ecografía para el día siguiente y se la pagaron, porque en el fútbol 11 tenía disposición para este estudio cuatro días después. El resultado arrojó que tenía un desgarro de seis centímetros de largo y ocho milímetros de espesor, grado dos, algo que si se incrementaba podía terminar en un daño grave.

Otro ejemplo que relata la misma jugadora refiere a un golpe en la cabeza que recibió durante un entrenamiento. Luego de estar en el suelo por unos segundos siguió entrenando, pero cuando llegó a su domicilio vomitó. Le comentó al profesional que se estaba sintiendo mal, él le hizo preguntas y le sugirió que seguramente había comido algo que le había caído mal, pero ese fin de semana Viana jugó un partido de futsal y volvió a vomitar.

“Se comunicó conmigo el doctor de futsal y me dijo que así no podía jugar. Yo le expliqué que el médico de 11 me había dicho que podía, que me dijo que seguramente había comido algo que me había caído mal; él me dijo que cuando pasa eso hay que evitar jugar, lo mismo me dijo una doctora de la Española, que me pidió por favor que no jugara hasta que se me fuera la sensación de vómito. Él siguió sosteniendo que no era nada”, contó Viana, quien asegura que hechos de esta índole les ocurrieron a varias compañeras, “que llevaron a momentos feos, porque estar fuera del fútbol por errores de un profesional psicológicamente te impacta muy fuerte”, explicó.

Por estos motivos, hace algunas semanas, previo al reinicio del campeonato, todo el equipo decidió parar y tuvieron una reunión con el doctor Rienzi, “que nos dijo que no le importaba mucho lo que le dijéramos, que en realidad bancaba al profesional”, contó la jugadora.

Después de esa reunión, fueron convocadas por el cuerpo técnico, que las invitó a volver a los entrenamientos y a seguir la pelea de forma interna. “Cuestiones que yo no compartía. El tema es que muchas quisieron hacerlo porque se venía el campeonato, no sólo el clásico. Algunas escuchamos la charla y estuvimos en discrepancia, porque es un tema grave y creemos que es para seguir paradas. Ya hicimos muchas peleas internas, pero esto es salud, es sanidad, y no queremos hacer la pelea interna, queremos seguir plantadas como veníamos”, sostuvo.

Pasaron algunos días y las cuatro jugadoras que permanecieron en huelga pidieron una reunión con el presidente del club, Ignacio Ruglio, porque querían estar en el clásico. “Ruglio nos dice: ‘Gurisas, sé que esto viene desde hace cuatro años, lo voy a hablar con Rienzi, lo voy a solucionar, tranquilas. Las que están de huelga, siguen de huelga, porque es una forma de meterme presión’”. Ahí yo le aclaré que en tres semanas empezaba el campeonato y teníamos el clásico, y nos respondió que nos quedáramos tranquilas, que lo iba a solucionar”, sostuvo la jugadora. Finalmente, no jugaron el partido contra Nacional.

“Con el diario del lunes creo que el problema real fue creer en la dirigencia y puntualmente en Ruglio, porque si yo hubiera sabido que él era capaz de no solucionar algo que decía que era capaz de solucionar, esto tal vez no se daba así”, agregó Viana.

Las cuatro jugadoras siguieron entrenando solas en paralelo, con la idea de disputar el campeonato, y así esperaron la solución para volver a los entrenamientos. “En ese momento, y más cuando hablamos con Ruglio, nunca pensamos llegar a este punto, era impensado. Los días pasaban, nosotras seguíamos entrenando por la nuestra y no había solución, nadie se comunicaba con nosotras, ni de parte del cuerpo técnico ni de ninguna parte”, agregó.

Dos semanas después de la primera comunicación con el presidente, al no tener novedades, Viana se comunicó directamente con Ruglio a su teléfono personal.

“Me respondió muy amablemente diciéndome que se le había complicado un poco, que el viernes previo al clásico lo solucionaba. Nosotras consideramos que si el viernes lo solucionaba el lunes nos presentábamos a entrenar, algo factible siendo que veníamos entrenando en paralelo, con mucha incertidumbre porque empezamos a notar que las palabras se las llevaba el viento. El lunes tampoco tuvimos un acercamiento de ningún dirigente, empezamos a sobreentender que no nos querían ahí; si no te escriben, no te llaman, nada...”, expresó.

Al siguiente lunes, la misma jugadora se volvió a comunicar con Ruglio y le preguntó en qué estaba el asunto, recordando que también había que dejar libre al equipo para ver con quién se iba a contar y con quién no.

“La respuesta obtenida fue: “Hagan lo que tengan que hacer, yo tengo otras prioridades”. Cuando escuchamos eso, entendimos que el club ya no nos quería: si no había una solución, ya no íbamos a pertenecer al club. Ya estaba instalada la situación desde hacía un mes, sin la solución no volvíamos. No fue como dieron a entender en un medio [partidario, A lo Peñarol], que no jugamos el clásico por esta situación. No, nosotras un mes antes avisamos que no íbamos a pertenecer a Peñarol si esta situación no estaba [solucionada]. Nosotras dijimos ‘no jugamos más y no tenemos solución’”, finalizó.

Por los colores

Las cuatro jugadoras manifiestan que su principal indignación reside en que no consideran que su salida del club sea correcta. Recuerdan que, entre otras tantas cosas, Stefany Suárez y Lorena Graña fueron las primeras jugadoras en hacer goles en el Parque Central y que Lourdes Viana es la goleadora histórica.

Además, “Agustina es la mejor cinco que pudimos tener en la historia. A eso no se llega de la mañana a la noche. Yo vi pasar tres dirigentes estando en Peñarol, para mí no tiene nada que ver. Peñarol no es el accionar de Ruglio ni las mentiras en la cara. Para mí es Antonio Pacheco diciéndome que qué bueno que estemos en el Centro de Alto Rendimiento. Peñarol es eso para mí, no esto, y creo que como hoy estás allá arriba, mañana se invierten las cosas. Hay que tener mucho cuidado con cómo te manejás. Yo pienso que mi palabra tiene mucho valor, entiendo que para muchas personas no tiene valor”, finalizó Viana.

Desde la institución manifestaron que Peñarol no tomó ninguna decisión sobre la continuidad de las cuatro jugadoras. Cabe aclarar que las mujeres que juegan en la institución aurinegra no cuentan con vínculo laboral ni contractual con el club.