En un gran partido en el estadio Centenario, Liverpool le ganó 3-2 a Torque y quedó, por lo menos por un rato, al tope de la tabla Anual y segundo en su serie A en el Intermedio. Los negriazules se llegaron a poner 3-0 promediando la segunda parte con goles de Fabricio Díaz, Alan Medina y Thiago Vecino, pero Torque, con anotaciones de Tiago Palacios y Bruno Morales, se puso a un gol sobre el final del partido para coronar con mucha emoción un gran espectáculo.

Si ustedes no vieron el partido, iré resolviendo la angustia inicial de la hoja en blanco transfiriéndoles una sensación de agrado, de placentera sensación de haber estado en el estadio Centenario mirando el encuentro. Y miren que siempre es un golpe ver el Centenario vacío para quienes hemos hecho del Monumento Histórico al Fútbol Mundial uno de nuestros templos paganos en donde nos congregábamos muchos días a la semana.

Validación técnica colectiva

Para que un partido resulte agradable para sus espectadores pueden pasar muchas cosas, muchos goles, gran juego, individualidades de destaque, asociaciones colectivas trascendentes; en fin, muchas cosas. Pero hay una variable que no falla, y es cuando los equipos que compiten tienen una estructura y un desarrollo del juego establecido o en progresión. Este fue un muy buen partido por el desarrollo de protagonista y antagonista, donde el protagonista principal fue Liverpool.

Cuando todavía quedan 51 puntos por jugar entre lo que falta del Intermedio y todo el Clausura, el articulista puede señalar sin riesgo que Liverpool está para definir. Está en la definición por campeón del Apertura, pero no es a eso a lo que quisiera referir, sino a sus evoluciones como colectivo, a su entendimiento con el trabajo propuesto por el cuerpo técnico. Liverpool está aceitado, afiatado en sus movimientos colectivos, estratégicos, y a la carta según las habilidades del rival.

Torque jugó a lo que hace siempre, atacar, buscar, armar jugadas. Antes del primer minuto el elenco de Sebastián Eguren estuvo a punto de marcar -por parte de Franco Nicola, y Sebastián Britos salvó su arco-, y de ahí para adelante, en proporción de tres a uno, fueron ataques y ataques. Liverpool, sin contar con el que había sido su mejor jugador de estos primeros meses de competencia, Gonzalo Carneiro -que se fue al Cruz Azul de México-, jugó a presionar y asfixiar el juego celeste y tuvo premio a falta de cinco para el descanso: Fabricio Díaz, que tiene 19 años pero ya ha jugado decenas de partidos y ha sido campeón como eje central de su equipo, robó en el medio, progresó, tiró una pared con Thiago Vecino e hizo explotar las redes.

Más y mejor

En el segundo tiempo Torque se vio menos maniatado que en el primero y fue un vendaval sobre el arco del destacado Britos, pero sin embargo el grito de gol fue otra vez de Liverpool, que en rápido ataque en una pelota que atravesó líneas contó con la ocurrencia del engaño de Vecino que la mandó al medio para que Medina pusiera el 2-0.

¡Y qué decir del tercero de Liverpool, que llegaría apenas minutos después con Vecino disputando y ganando una pelota larga y definiendo con una exquisitez inolvidable por encima de Gastón Guruceaga!

Casi enseguida el argentino Palacios con un golazo abrió el marcador de Torque, y el ida y vuelta y la emoción se multiplicaron. Para un lado y para el otro, sin parar hasta que Bruno Morales volvió a anotar para los celestes y puso el 2-3.

Se imaginan cómo fue el remate del partido, con el equipo de Eguren yendo por todo y los de Jorge Bava defendiendo un triunfo que los deja en la primera posición de la Anual y segundos en el grupo A, con buenas chances de ganarlo y jugar la final del Intermedio.