El Saroldi tenía olor a día grande. Ni Luis Suárez, ni la Expo Prado, ni el Ministerio del Interior impidieron que la cancha del darsenero fuera sede de la ambición de su equipo por hacer historia. El sueño lo sostenía el extraordinario Torneo Clausura que está haciendo River Plate, que le permitió llegar al encuentro en lo más alto de la tabla junto al mejor Nacional de los últimos tiempos. Por si fuera poco, el duelo también estuvo condimentado por el choque de Thiago Borbas, goleador del campeonato y número nueve del momento, contra Luis Suárez, el mejor nueve de siempre.
River creyó en su ofensiva, lejos de esperar en su área, presionó la salida en corto del rival y cada vez que recuperó la pelota atacó con velocidad los espacios que dejó Nacional a sus espaldas. El tricolor tuvo más la pelota, pero todos sus intentos se estrellaron contra la defensa del darsenero, que estuvo impecable en la primera media hora. Al pasar esa franja, Nacional generó peligro con pelotas quietas y luego agregó un par de situaciones claras de Suárez y Felipe Carballo, que por poco no terminaron en gol.
El tricolor consolidó su dominio y comenzó a asfixiar a River, no lo dejó salir de su mitad de cancha y tuvo varias situaciones para abrir el marcador. El lado izquierdo de su ataque fue por el que más lastimó: Leandro Lozano y Camilo Cándido superaron la última línea del darsenero ayudados por Diego Zabala, que se movió muy bien en la frontal del área rival. El motivo por el que la visita no pudo irse en ventaja al descanso fue la falta de precisión en el último tercio. Particularmente, Zabala estuvo impreciso en sus últimos pases y Carballo no repitió el gran rendimiento que viene mostrando en el campeonato.
Nacional salió al segundo tiempo con la misma intención de romper la defensa de River y lo encerró en su área nuevamente. Esta vez, el darsenero no pudo contener la insistencia del tricolor. En el partido en que nadie quería sacarles los ojos de encima a los nueves, Mathías Laborda se disfrazó de delantero: se posicionó en el centro del área luego de una jugada preparada de pelota quieta de su equipo a la espera de un centro. Cándido distinguió la nueva función que ensayó su compañero y le puso un centro perfecto a la cabeza. Laborda, como en el clásico, cabeceó bárbaro y abrió el marcador. Segundo gol en el campeonato para el zaguero.
Lejos de conformarse, la visita siguió atacando. River se adelantó en el campo en búsqueda del empate y Nacional sacó a relucir su mejor arma: el juego directo. De la mano de un Cándido brillante, que se posicionó pegado a la banda izquierda, pero también por dentro, Nacional contó con varias chances de gol para hacer el segundo. Pero, al igual que en los últimos partidos, desperdició demasiadas oportunidades. La diferencia la hizo River, que tiene dientes y uno con nombre propio: Thiago Borbas. Un entrevero y un mal despeje en el área de Nacional hizo que la pelota quedara boyando enfrente al arco con Sergio Rochet ya vencido. Borbas se tiró con todo y marcó su decimosexto gol en el campeonato: 1-1.
El empate le cambió la cara a River, que empezó a llegar al área rival con más actitud que juego. Por el otro lado, Nacional siguió teniendo las chances más claras y las siguió errando. Así llegaron los minutos finales, con ambos lados llenos de ganas de ganar y en un caos generalizado. Sin pausas con pelota, todo transiciones y pelotas quietas. El partido concluyó sin que ninguno pudiera vencer el arco rival nuevamente. 22 puntos para ambos en el Torneo Clausura y otra fecha más compartiendo la punta del campeonato.