En gran reacción, con destellos de calidad individual más que con juego colectivo, Peñarol dio vuelta un partido que tenía complicadísimo cuando perdía 2-0 antes de los 25 minutos de partido (goles de Santiago Costa y Nicolás Siri). Siempre le hacen bien a Peñarol Matías Arezo y Sebastián Rodríguez, y vaya si lo hicieron en la noche del miércoles en el Centenario: el goleador del uruguayo puso el 1-2, Seba Rodríguez la colgó del ángulo para empatar y después certificó la victoria de penal. Con los tres puntos, Peñarol se mantiene líder del Clausura y obliga a ganar a Nacional, que juega este jueves ante Boston River.
1. De lo malo a lo bueno
El primer tiempo de Peñarol fue malo durante 43 minutos. En ese lapso, Montevideo City Torque fue el que hizo las cosas bien, entendiéndose por hacer las cosas bien convertir goles. Los ciudadanos, si se quiere, sorprendieron al aurinegro, sobre todo por la dinámica en la presión que ejercieron.
Ya antes de los 15 de juego los de Leonardo Ramos se pusieron adelante. Lo hicieron porque su mejor jugador, el argentino Tiago Palacios, frotó la lámpara en una jugada rápida. El volante creativo dejó en buena posición a Costa, que definió con fuerte zurdazo.
Ocho minutos después cayó el segundo. Atacaba Peñarol, pero equivocaba el procedimiento, como en casi todo ese tramo de partido. Como no podían avanzar tocando, los manyas bombeaban la pelota buscando a Arezo. Pero, claro, el goleador de espaldas no puede hacer maravillas. En una de esas, la defensa de Torque gana por arriba y saca un contragolpe rápido que Siri definió como los dioses, tocándola por arriba de un Guille de Amores que salió desesperado.
Ese 2-0 fue un balde de agua fría para Peñarol, que entró en un malhumor permanente. No tuvo más chances claras Torque, pero mirando el partido estaba claro que ganaba bien y todo hacía parecer que así se iban al descanso -una ventaja tentadora para los celestes-. Nada más lejos. O todo más cerca dejan Arezo y Seba Rodríguez en Peñarol: el primero guapeó en un pelotazo, se acomodó y la metió contra el palo a los 43; luego del saque, recuperó Peñarol, Rodríguez encaró por el centro y sacó un zapatazo para colgarla en el ángulo. 2-2 y al descanso, de lo malo a lo bueno para Peñarol.
2. Ratificación
Con el ánimo bien alto por ese empate conseguido, el carbonero fue mejor en el complemento. Darío Rodríguez mandó un cambio fundamental: entró Hernán Menosse a jugar de zaguero, eso le permitió a Maxi Olivera jugar de lateral izquierdo y soltar a Valentín Rodríguez como volante. Valentín terminó siendo pieza clave en la ofensiva.
Tampoco fue que Peñarol pasó por arriba a Torque. No. Jugó mejor, manejó la pelota, con la doble punta producto del ingreso de José Neris para acompañar a Arezo puso otro peso en el área, y así fue arrimándose al arco rival.
Poco a poco Gastón Guruceaga fue transformándose en figura. El golero de Torque fue clave para que no llegara la ventaja carbonera antes de lo que llegó, sobre todo atajándole una chilena a Arezo que era para gol memorable -lo que fue memorable fue el atajadón-. Guruceaga tapando todo, hasta que llegó el penal por mano que advirtió el VAR y Seba Rodríguez cambió por gol.
Goles errados no fueron en contra y por eso ganó Peñarol: Neris erró un mano a mano, Arezo reventó el palo, Sebastián Cristóforo falló un tiro poco creíble. En varias ocasiones pareció que llegaría el cuarto gol aurinegro. Sin embargo, como no llegó, Torque estuvo cerca de empatar, teniendo una abajo del arco que era más fácil meterla que errarla, pero que Sebastián Guerrero la desperdició.
Victoria de Peñarol para seguir creyendo en ganar todo, derrota de Torque que mira preocupado el abismo del descenso.