Tras casi dos semanas de competencias en los Juegos Panamericanos, la buena participación de Uruguay continúa y sumará más medallas en la cuenta en los últimos dos días de eventos.
La séptima medalla demoró en llegar. El pasado domingo la sexta la consiguió Eric Fagúndez en ciclismo y, tras la gran gesta del remo, eran las únicas dos disciplinas que estaban pudiendo aportar al medallero. Sin embargo, en las últimas horas se confirmaron dos nuevas presencias celestes en el podio.
Zona de embarque
La primera de ellas se aseguró el jueves, cuando en la clase 49er de vela Hernán Umpierre y Fernando Diz dominaron a sus rivales en el último día de la fase regular y ganaron las tres regatas disputadas. Confirmaban así que serían al menos bronce y que estarán presentes en los Juegos Olímpicos de París 2024, al igual que Dolores Moreira. “Es una sensación increíble. Desde muy chico venía soñando con ir a unos Juegos y hoy lo hicimos realidad. La tensión que estuvo en todo el campeonato, y que estaba hoy, la supimos manejar perfectamente. Hicimos lo que sabemos hacer, correr tranquilos, siendo simples. Salió todo como lo estábamos esperando”, dijo Umpierre al periodista Andrés Cottini el jueves. “Un alivio poder correr mañana, sabiendo que la clasificación ya está”, decía Diz, haciendo referencia a la definición que vendría. El viernes la dupla disputó la regata por las medallas y volvió a rendir en buena forma: terminó en segundo lugar detrás de Estados Unidos. Ese resultado les permitió asegurar el segundo lugar del podio, detrás de los norteamericanos, igual que como habían terminado la fase clasificatoria.
En Juegos Panamericanos la vela tiene 100% de efectividad en el siglo XXI: al menos una medalla se ha obtenido en cada una de las seis ediciones desde 2003 hasta hoy. Además, las dos clasificaciones olímpicas en vela marcarán una continuidad de 40 años sin ausencia en los Juegos Olímpicos. Desde 1984 al menos un velero celeste ha participado en cada edición.
Pelotaris
Con el remo en San Pedro de la Paz y la vela en Algarrobo solamente dos de las ocho medallas confirmadas hasta el momento se consiguieron en la sede principal de los juegos, la ciudad de Santiago. Aquella de Fagúndez en ciclismo, y este viernes se sumó la de Leonella Acosta en pelota vasca. Técnicamente todavía no ganó una medalla, porque debe jugar la final de frontball contra la mexicana Itzel Reyes, este sábado desde las 11.00, pero incluso perdiendo ganará al menos la de plata.
“Venimos cumpliendo los objetivos que veníamos a buscar. Esto era lo que quería. Ya me aseguré una medalla”, dijo Leonella el viernes a la diaria, luego de vencer a Micaela Cortez, de Argentina. “México es una rival muy potente, pero tengo toda la fe para mañana”, aseguró sobre la final. Describió a Reyes como una jugadora de una “potencia tremenda”, que juega con las dos manos y entrena “a otro nivel”.
La oriunda de Mariscala, que siempre compitió en paleta, no se esperaba hace dos años, cuando comenzó la práctica del frontball, llegar a este presente. “Empecé a practicarlo porque siempre me llamó la atención jugar a mano, pero nunca con grandes expectativas. Esto para mí es un sueño. Poder jugar unos Panamericanos para Uruguay y lograr una medalla era un sueño que no sabía si se podía dar algún día”, valoró.
Acosta agradeció a muchos en el momento de emoción tras confirmarse como medallista: desde Chiquito Birriel, dueño de la cancha en la que empezó a jugar pelota, pasando por su novio Agustín, que entrena todos los días con ella, y sus compañeros de la Asociación Cristiana, club que paga de su bolsillo para poder seguir entrenando y mejorando. “La gente que me conoce sabe que si estoy acá y logré esto es gracias a todo el esfuerzo y la dedicación que le pongo día a día, el amor por este deporte que tengo”, remarcó. “Lo que hizo la diferencia en estos partidos fue el gran avance que tuve en mi mano zurda. Era la debilidad que tenía y la he ido corrigiendo”, confesó.
La lista de agradecimientos y personas a las que Leonella recordó este viernes, al festejar su triunfo en semifinales, se hizo todavía más larga. Por ejemplo, a todo su Mariscala natal, que cada vez que juega está pendiente de cómo le vaya, y a su papá. “A veces uno se va del partido, porque es difícil estar 100% concentrada. Para volver a concentrarme y estar enfocada, siempre pienso en la gente que me está mirando, y siempre pienso en mi padre. Pienso que si yo gano, él se va a alegrar, y mi padre es el que me lleva a ganar siempre”, dijo la escribana y pelotaris celeste. Estará contento su papá, y seguramente ilusionado cuando este sábado se siente a ver jugar a su hija en una final.
“Ayer pensaba que si hoy lograba asegurar una medalla, iba a hacer una fiestita íntima con mi familia y amigos. Creo que cuando compito, siempre están todos apoyando, y sentir el apoyo de la gente para mí es muy meritorio”, subrayó. La fiesta ya está asegurada, resta saber qué celebrarán. “Creo que voy a dejar lo mejor que tengo. Si no puedo dar más es porque todavía falta entrenamiento. Ni siquiera voy a jugar con mucha presión porque para mí es un privilegio estar en una final en unos Panamericanos. Obviamente voy a ir por el oro, con confianza, porque nada es imposible”, concluyó Leonella.
Historia sin terminar
La única oportunidad en la que Uruguay ganó al menos diez medallas en unos Panamericanos fue en San Pablo 1963, cuando fueron 12. En esta edición estamos a las puertas de alcanzar diez, y de que esta actuación pase a ser la segunda mejor en la historia.
Son las disciplinas más tradicionales de Uruguay a este nivel las que han conseguido subirse al podio hasta ahora. Cuatro de los cinco deportes con más podios panamericanos en la historia celeste siguieron sumando medallas, y todavía resta saber si el atletismo podrá aportar. El ciclismo alcanzó 19, más que ningún otro deporte celeste en la historia, con el bronce de Eric Fagúndez. El remo llegó a 16 medallas en la historia, con la actuación más destacada de una disciplina en una sola edición (dos de oro, dos de plata y una de bronce). En vela por lo menos se alcanzarán 11 en el total histórico, y este sábado habrá dos posibilidades más cuando en la clase ILCA 6 Dolores Moreira y en la clase Snipe Pablo Defazio y Dominique Knüppel disputen la medal race. Para llegar al bronce en Snipe, el velero celeste debe vencer a Estados Unidos. Otras combinaciones de resultados podrían llevarlos incluso al oro, y aunque la calculadora de probabilidades no los favorece, la posibilidad existe. En el caso de Moreira, el oro y la plata están a distancias indescontables, y sólo podrá acceder al bronce si gana la medal race y la argentina Luciana Cardozo termina quinta (última).
Por su parte, la pelota vasca llegará a nueve medallas con la de Leonella Acosta, y si suma una más, se incorporará al grupo de disciplinas que tienen al menos diez podios en Juegos Panamericanos para Uruguay. El atletismo puede hacer lo propio si suma al menos una.
En pelota, las duplas de trinquete doble están en plena competencia y jugarán el sábado el último partido de la fase inicial. Tanto en masculino como en femenino, Uruguay enfrentará a México. De conseguirse victorias, accederán a los partidos por el oro. En caso de que alguna dupla pierda su partido, jugará por el bronce. Este sábado desde las 16.30 jugará la dupla masculina de Manuel Pelua y Andrés Pintos, mientras que a las 19.30 lo hará la dupla femenina de Sofía Vicente y Agustina Cuestas.
Las finales serán el domingo, a las 9.00 si son por el bronce o a las 11.00 si son por el oro.
Coliseo
Los Andes lucieron más blancos que días anteriores en el trasfondo del Estadio Nacional de Santiago, luego de varios días de lluvia, y nieve en los picos, que limpiaron el aire de la capital, generalmente sucio por la contaminación. El sol quemaba fuerte a la hora en que Déborah Rodríguez salió a la pista a confirmar su tercera clasificación consecutiva a una final en Juegos Panamericanos. La dos veces medallista de bronce consiguió ser tercera en su serie con un tiempo de 2 minutos, 4 segundos y 7 décimas, detrás de Rose Mary Almanza (2:02.87) de Cuba y Jaqueline Weber (2:04.12) de Brasil. Todas ellas cerraron con un remate tranquilo, por tener ya sus lugares bien controlados y guardando energía para ir por las medallas 24 horas después.
“Una carrera muy dura, pero estoy contenta. Me preparé lo mejor que pude para llegar a esta competencia y mi deseo es dejarlo todo”, declaró Rodríguez brevemente. “Mi objetivo es recuperarme bien y poder estar ready para mañana”, dijo, y se fue rápidamente a iniciar su rutina de recuperación. En la breve charla, Déborah resaltó la importancia de esta competencia y ejemplificó asegurando que muchas de estas rivales clasificarán a los Juegos Olímpicos.
Su entrenador, Martín Mañana, en los pasillos del estadio, retirándose luego de ver desde la tribuna la carrera, aseguró que las dos cubanas y la brasileña Weber son competidoras fuertes, pensando en la prueba de este sábado. La otra cubana es Sahily Diago, que no se despeinó para ganar con comodidad la otra serie, pero con un tiempo más lento que el de Déborah: 2:05.71.
Más allá del potencial de las rivales para este sábado, cabe destacar que la doble medallista de bronce panamericana, y tres veces olímpica, suele valerse de una competitividad a prueba de todo para disputar cada carrera con tenacidad y llegar a grandes resultados, a podios.
Manuela Rotundo batió el récord nacional y fue sexta en jabalina; por su parte, María Pía Fernández salió a la pista a disputar la final de 1.500 metros y terminó en la sexta ubicación con un registro de 4 minutos, 15 segundos y 2 décimas.
Para conocer todos los horarios y resultados se puede consultar el sitio results-santiago2023.org, y para seguir las emisiones televisivas en vivo se puede hacer en Antel TV, Panam Sports Channel y aquellas señales de cable y televisión abierta que lo están transmitiendo en Uruguay.