El arranque pintó una cosa, veremos luego que fue otra. River, con una propuesta de sorprender y aprovechar espacios que Nacional dejaba en el fondo. Sobre todo con la constante proyección del lateral izquierdo Báez, el darsenero advirtió esto y buscó. Las aproximaciones no fueron claras, pero evidenciaron ese costado flaco que sufre hace tiempo el bolso.

La posesión corta y controlada fue del visitante de la blanqueada, pero sin intensidad ofensiva. El equipo corto que propuso Iturralde hizo que los del Chino no encontraran espacios, y con ello se generaron imprecisiones evitables.

El arranque fue prometedor para los del Prado, el equipo incomodó a Nacional e intentó buscar en profundidad. Pero de a poco se fue desdibujando y el bolso ocupó esos huecos que antes padecía.

Pasaron varios minutos para tener algo de vértigo ofensivo, y hubo un tiro para Nacional, de cabeza por parte de Ignacio Ramírez, pero muy desviado. Fueron señales de lo que luego vendría.

El partido se desarrollaba en no más de 40 metros, mucha gente en poco espacio, por lo que la precisión era lo más deseado.

Nacional se fue asentando en ese sentido y la ofensiva empezó a correr. Los laterales subían y asistían bien, y el balance fue mejor que en el arranque.

Gonzalo Carneiro, de Nacional, Rodrigo Formento y  Santiago Brunelli, de River Plate, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Gonzalo Carneiro, de Nacional, Rodrigo Formento y Santiago Brunelli, de River Plate, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Foto: Ramiro Cicao

Aun así el trámite seguía apretado y sola ella, la picardía sabe de aperturas. En un tiro libre para el bolso, Alberti se aprontó como ejecutor, engañó y Polenta tocó en cortada para que el Colo Ramírez definiera como bien lo dice el manual.

Liquidación

Si Ithurralde y los suyos tenían algo pensado para el tiempo complementario, todo se vino abajo con el tempranero cabezazo de gol del colombiano Bocanegra.

Las especulaciones de si River podría proponer y revertir y Nacional estirar o aguantar quedaron en ello, meras proyecciones.

El bolso encontró tranquilidad, esa que no veía desde hace algunas fechas. La tenencia de pelota fue una aliada, aunque sin mayor peligro, y otro tanto lo puso River, que nunca encontró la sistematicidad ofensiva como para complicar a Ichazo.

Así, tranquilo y pancho, Ginella metió una pincelada de pase para la zancada larga de Carneiro, que controló y definió justo para estrenar gol con los bolsos.

Rodrigo Formento, de River Plate y Juan Ignacio Ramírez, de Nacional, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Rodrigo Formento, de River Plate y Juan Ignacio Ramírez, de Nacional, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Los apuntes

Para el ciclo Recoba esto trae tranquilidad en la fecha previa al partido clásico. El funcionamiento fue de menos a más, con buena utilización de las bandas y un Alberti que entró de titular y fue uno de los destacados. El lungo Carneiro mostró mejor ritmo y eso es una gran noticia para el bolso.

River no encuentra pisada firme, y ello lo trae hace un tiempo. Cambió de entrenador y aun así le cuesta. El darsenero debe pensar en mejorar su propuesta, y no sólo la de neutralizar a su rival, que por momentos lo hace y muy bien, sino también de generar, encontrar ese estilo ofensivo que lo caracterizó durante tantas temporadas.

Álvaro Recoba, director técnico de Nacional, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Álvaro Recoba, director técnico de Nacional, el 4 de noviembre en el estadio Centenario.

Foto: Ramiro Cicao