En el Campus de Maldonado, de atrás y dando vuelta un partido que parecía que le estaba quedando incómodo, Danubio derrotó 2-1 a Deportivo Maldonado y logró ubicarse a mitad de tabla del Clausura después de varios resultados negativos.
Todos los goles fueron en el segundo tiempo. Abrió el marcador Tomás Fernández para los locales, y Mauro Zárate primero y Gonzalo Bueno después dieron el triunfo a los danubianos.
Danubio consiguió la victoria por sus jugadores, pero también a partir de los cambios de estrategia y posicionamiento táctico que propició Mario Saralegui, que pasó de una línea de cinco a alimentar su juego ofensivo con otra figura táctica. Y a través de un muy buen ingreso de Sebastián Fernández y el reposicionamiento de la mediacancha, con buen aporte del floridense Juan Millán, logró rearmarse. Además de eso, Mauro Goicoechea estuvo impecable en el arco y también fue otro factor decisivo para el resultado final.
Aunque revisando en la tabla de posiciones no se ve, aunque recordando sus partidos más populares, los que jugó en Libertadores y los que hizo ante Nacional y Peñarol, no consiguió resultados espectaculares salvo del reciente ante el tricolor del debut de Álvaro Recoba, Deportivo Maldonado es un equipo que a lo largo de la temporada se ha mostrado con buena potencialidad de juego, y con proyección de futuro, si estos jugadores asentados permanecieran una temporada más con este cuerpo técnico encabezado por la sensatez futbolística de Fabián Coito.
Lo hace bien el Depor, aunque no tiene las luces de los focos, que tal vez no apuntan al equipo rojiverde por falta de resultados sorprendentes o de acumulación de victorias. Pero aunque obviamente se trata de una apreciación subjetiva, el Depor es un equipo de buenas bases colectivas, al que tal vez le estén faltando individualidades que puedan aparecer en el momento y el lugar oportunos. Y además de eso, le faltan triunfos.
Entendiendo el partido
En los primeros cinco minutos un par de jugadas en el área hicieron pensar que los locales abrirían rápidamente el juego, pero sin embargo algunos ajustes tácticos de Saralegui permitieron a los montevideanos empezar a neutralizar los ataques fernandinos.
Fue a los 11’ del complemento que apareció el grito de gol en el partido y fue fuerte y retumbando en las tribunas. Porque fue de Deportivo Maldonado, que abrió el marcador a través de un gol del argentino Fernández, quien recibió una asistencia exquisita de Ferreira, que después de cortar en mediacancha había avanzado por su sector izquierdo, vio el hueco y puso una pelota al vacío entre los centrales, a donde llegó el argentino para vencer cualquier resistencia de Goicoechea.
Casi enseguida estuvo cerca de llegar el segundo, pero el arquero danubiano salvó. Sólo cinco minutos después llegó el empate y también fue de un argentino, porque Zárate se sacó la mufa en una buena jugada personal, mostrando su histórica capacidad para generar y definir.
Se puso bueno–bueno el partido. Ya en el transcurso del segundo tiempo había entrado Papelito Fernández y en el entretiempo Gonzalo Bueno, y junto a Nicolás Rossi y Zárate eran una preocupación para la última línea de Maldonado.
Cuando faltaban 10’ para terminar sucedió lo doblemente inesperado, porque Danubio pasó a ganar con un impensado gol de Bueno, que por derecha, con su pierna menos hábil, mandó un centro que, con alguna variable externa, se transformó en gol, en un gol que por la jugada nadie esperaba.
Gol y a otra cosa. A seguir. Siguió Deportivo buscando el empate pero se encontró con Goicoechea, siguió Danubio viendo cómo se llevaba esa victoria que le da aire y un mejor futuro.