Luis Suárez jugó su penúltimo partido con Gremio –el último como local– el pasado domingo ante Vasco da Gama, que finalizó 1-0 con golazo del uruguayo. En la última fecha el gaúcho visitará a Fluminense, este miércoles, y ese será el último partido de Luis en el Brasileirão.

La jornada fue de fiesta, porque miles de aficionados despidieron al futbolista uruguayo que vivió el encuentro con mucha emoción junto a sus compañeros. Este lunes, el ex Nacional habló en Sport 890 para contar sus sensaciones sobre estos últimos días en el club brasileño. Mientras dejaba a sus hijos en el colegio, el salteño contó que le ofrecieron no jugar el partido que viene contra Fluminense en Río de Janeiro, pero que decidió hacerlo de todas maneras: “Soy un profesional, si estoy acá es porque quiero estar y quiero jugar. Para mí es más fácil quedarme en mi casa o tirado en la camilla o buscar una excusa, pero mi profesionalismo siempre estuvo presente en todos los equipos. Le dije al entrenador que quería jugar lo máximo posible porque soy así, él a veces me dice que no entrene porque sería mejor y yo no quiero”, analizó.

Sobre el partido contra Vasco, que ofició de despedida como local, sostuvo que “el destino” le tenía guardado un gol, algo que no pudo hacer días antes cuando se enfrentaron ante Goiás. “Ese día no pude hacer el gol porque soy cabeza dura, la prioridad era del equipo, teníamos que buscar la clasificación a la Libertadores que se consiguió. La gente me escribía ‘que lástima que no se pudo’ y yo decía que el destino me tenía guardado un gol para el domingo” porque “siempre hay algo mejor, lo tengo como experiencia con lo que viví en el Barcelona, mi sentimiento me dijo que vaya al Atlético de Madrid y tuve la posibilidad de mostrar que estaba vigente, disfruto mucho de eso”, alegó.

Sobre la última jornada que fue de disfrute, alegría y emoción, el Pistolero confesó que lo mejor para él es poder vivirlo junto a sus hijos. “La gente a veces piensa que es fácil la vida del jugador de fútbol y no es nada fácil. Para mi esposa agarrar sus cosas y tener que mudarse, igual que mis hijos, que hicieron amistades y tienen estabilidad es difícil. Como padre te sentís culpable. Ahora dejé a los nenes en el colegio y les decía “que divino lo que vivimos ayer, no es fácil dejar una huella tan marcada y que ellos lo puedan disfrutar y no se queden con algún insulto o algo malo que haga su padre”, confesó.

La evaluación

Suárez contó que se va del Gremio con gran satisfacción y orgullo por el hecho de que la gente valore tanto el esfuerzo y el compromiso que tuvo en una liga tan competitiva como es la brasileña, “en la que mismo hasta el club te dice de la duda que tenia de apostar por un jugador con tanta edad, sabiendo cómo tenía la rodilla y pensando si iba a poder aguantar el ritmo del fútbol de acá”.

En ese sentido, el futbolista recordó los comentarios de la gente cuando estaba negociando con el club, “todo lo que se dijo cuando yo estaba fichando, qué mejor para mi ponermelo en la cabeza y decir: para toda esa gente y para uno mismo demostrar que todo se puede en la vida con trabajo, compromiso y dedicarte a lo que querés y amas, además de la virtud futbolística que puede tener uno”, sostuvo y agregó que como uruguayo “me tengo que sentir orgulloso de lo que hice en Brasil, no digo callando bocas porque hay gente que confía y sabe que te puede ir bien, pero vine a un club que venía de la serie B y terminar hasta la última fecha, a tres, cuatro puntos de los grandes equipos como Palmeiras, Flamengo, para mí no tiene otra valoración que ponerle un título de un año espectacular y excepcional para la edad que tengo y para el fútbol en el que vine a competir que mucha gente tenía dudas”, agregó.

Quedate por acá

Suárez confesó que cuando estaba en Nacional sus hijos se querían quedar en Uruguay, pero que no lo hizo por el miedo a recibir críticas de la gente por no rendir lo mismo y para eso puso como ejemplo a Walter Mota Gargano: “Yo no quería irme así y menos del fútbol uruguayo. ¿Para qué intentar quedarme un año más? Yo tengo que pensar en el Luis Suárez persona. Ya no iba a poder aguantar tanto el ritmo de lo que es el fútbol brasileño. No le voy a mentir a la gente y a mi cuerpo, me gané el derecho de decidir a dónde ir con la carrera que hice”, expresó.

“Me tengo que quedar con el Luis Suárez de este año”, agregó para referirse a su vigencia en el fútbol, con el que pasó los 600 goles. Pero en el último tiempo no fue todo felicidad. El jugador recordó lo sucedido en el Mundial de Qatar. “Me dolió porque podemos discutir que en los otros partidos no estuvimos a la altura, pero en el tercero sí lo estuvimos”. Fue justamente por eso que en este último tiempo deseó estar en el radar de la selección: “antes del mundial mi idea era terminar la etapa en la selección, pero al quedarme con esa espina fui cabeza dura y estando en Brasil pensé en tener una posibilidad más, se me dio, no me lo esperaba, lo disfrute como un niño, como cuando me citaron la primera vez. Fueron días increíbles e inolvidables, nunca se sabe que pueda pasar, depende del entrenador, del ritmo de juego que yo tenga, de que yo esté a la altura porque si tomo la decisión de hacer algo más tranquilo y no estoy haciendo mérito es así, va por momento y rendimiento y lo que pide el entrenador”, contó sobre su experiencia en la selección con Marcelo Bielsa.

Mirando al futuro, Suárez opinó que estar en la Major League Soccer no es un obstáculo para estar en la selección porque el entrenador mira muchos jugadores de ahí y de otras ligas que la gente no espera. “Él sabe que no voy a tener la intensidad de todos los jóvenes, pero también sabe que puedo aportar otras cosas en la parte del grupo y cuando se me necesite; uno tiene que saber el momento y la edad que tiene, hay que manejarlo todo. Si el mira y uno está haciendo mérito, ¿por qué no?”, sostuvo

El salteño contó algunos detalles de su intercambio con Bielsa del que dijo que tiene mucha experiencia: “él me dijo que lo que yo había hecho en cinco minutos en un entrenamiento había jugadores que con varios entrenamientos no pudieron agarrar el concepto. Lo físico no va a ser lo mismo que antes y yo lo acepto, no voy a presionar como Darwin, pero a veces se juega mucho con la inteligencia y la experiencia que tiene uno”, alegó.

La dolencia

Por último, Suárez habló de su dolencia en la rodilla, una hiperextensión que fue consecuencia de una cirugía que se hizo en enero de 2020 en Barcelona, cuando no pudo hacer la rehabilitación correctamente por la pandemia.

“La rodilla es la pared y la pintura es el cartílago, eso se me fue cayendo y me queda el hueso, me va chocando con la rótula y de la rótula con la tibia y vas haciendo un desgaste porque no tenes cartílago: el soporte. Te genera un dolor, un pinchazo constante”, explicó el jugador sobre su lesión, y destacó como positivo que no se le genera líquido porque si así fuera no podría moverla.

Por este malestar, los días previos a los partidos debe consumir tres pastillas de noche, además de una a la mañana y de inyectarse antes del partido para poder aguantar el dolor. “En el día a día entreno con dolor, estoy acostumbrado pero si no tomo estos medicamentos no puedo jugar. Es complicado, es difícil. A ese dolor a veces se le suma el de espalda por caminar mal. Todos los días son trabajos diferentes porque depende del dolor que me levante”, contó.

El mayor problema de esta lesión está en lo que pueda causar a futuro, en el que de no cuidarse podría ver su salud afectada al punto que se le dificulten actividades básicas del día a día más allá del fútbol. Como solución, le recomendaron una cirugía para introducir un cartílago o protector que lleva unos nueve meses de recuperación, “si hago eso me tengo que retirar y puedo pensar en hacerlo dentro de unos años para no tener dolor y sentirme normal”.

Sobre el día a día con esta dolencia, el Pistolero confesó que la peor parte se la lleva su esposa, que es la que convive con su dolor, “los primeros pasos de la mañana son muy dolorosos, el que me ve piensa que es imposible que juegue al fútbol. Sufro porque mi hijo de cinco años me pide jugar al fútbol y yo no puedo porque me duele la rodilla, es complicado. Ella me dice que juegue donde quiera y me quede donde quiera que están felices de estar conmigo. Ten cuidado con el futuro que quiero disfrutar”, finalizó.