En su segundo y último partido de la ventana de fecha FIFA Uruguay derrotó en Seúl a Corea por 2-1, con goles de Sebastián Coates de cabeza a la salida de un córner cuando transcurrían los primeros diez minutos de juego del primer tiempo, y de Matías Vecino tomando un rebote en el área chica a los 19 minutos del complemento. El gol de Corea del Sur, que significó el empate transitorio, fue convertido por Hwang Ing Beom a los cinco minutos del complemento.
El triunfo celeste significó la primera y última victoria, por lo menos por este ciclo, de Marcelo Broli, que se retira invicto de su paso como director técnico de la selección absoluta con un empate, el del viernes pasado ante Japón 1-1, y el triunfo por 2-1 en el estadio mundialista de Seúl ante los coreanos. Antes de asumir como técnico para estos dos partidos en cuatro días, desde la Asociación Uruguaya de Fútbol se hizo saber que el entrenador de la sub 20 dirigiría solamente estos partidos y que no se lo consideraba para quedar definitivo como técnico de la mayor.
Uruguay ganó pero sufrió el partido. La victoria no fue de casualidad, porque los celestes aguantaron como pudieron y defendieron casi bien la ventaja obtenida, pero seguramente no sirvió para una evaluación individual plena de algunos futbolistas que tuvieron la oportunidad de sumar minutos, porque la postura de los coreanos, y como contraparte la de los celestes, hizo que Uruguay se extremara en defensa, haciendo que casi todos sus futbolistas se dedicaran a la tarea de obstruir, marcar y neutralizar, lo que por ejemplo dejó sin posibilidades de ataque a los que juegan con tal fin. Aun así el esfuerzo y desdoble de Jonathan Rodríguez, bajando y defendiendo como si fuera un defensa, dio sus frutos aunque más no sea para la victoria final y para sumar puntos para el ranking FIFA.
En definitiva, fue una buena exposición desde el punto de vista defensivo, con movimientos casi forzados a los que estamos acostumbrados desde hace tantas décadas que se podría decir que es de siempre, coronada por una optimización de las jugadas de ataque que después de los diez minutos iniciales se fueron diluyendo de tal manera que, además del gol de Vecino, que vino de un rebote de tiro libre, no quedaron anotadas más jugadas en el área coreana.
Otros nombres, la misma idea
Como especulábamos antes, Uruguay apareció con variantes respecto del equipo titular. Fueron cinco los cambios, ya que empezó atajando Santiago Mele, en su debut con la selección absoluta; por el lateral derecho estuvo el Pumita José Luis Rodríguez; en el lateral, izquierdo Joaquín Piquerez; en la mitad de la cancha se mantuvo el mismo esquema, y adelante jugaron Facundo Torres, que empezó como extremo por la derecha, Maximiliano Gómez y Cabecita Jonathan Rodríguez, que arrancó el partido por la izquierda y durante el desarrollo de los 45 minutos iniciales terminó haciendo un enorme despliegue sobre todo defensivo ayudando a Joaquín Piquerez ante el ataque coreano.
Marcelo Broli eligió como oncena a Santiago Mele; José Luis Rodríguez, Santiago Bueno, Sebastián Coates, Joaquín Piquerez; Manuel Ugarte, Matías Vecino; Facundo Torres, Federico Valverde, Jonathan Rodríguez y Maximiliano Gómez.
Los primeros diez minutos de juego fueron todos en campo coreano, porque Uruguay, de acuerdo a la propuesta de Marcelo Broli, salió a presionar en campo contrario, y así en apenas unos pocos minutos generó dos jugadas de gol.
Fue justamente en el minuto 10, después de una profunda avanzada de Piquerez por la izquierda que terminó en un tiro de esquina, que Uruguay anotó el primer gol del partido con un gran cabezazo de Coates recibiendo el córner perfecto de Federico Valverde. El zaguero de Sporting Lisboa se elevó con un gran gesto técnico y golpeó con su cabeza de manera perfecta la pelota, para anotar la apertura del marcador.
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Centro de Fede, gol de Seba…
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El gol de Coates cambió ligeramente el posicionamiento táctico y el desarrollo del partido, porque los coreanos intentaron volcarse sobre el arco de Mele y Uruguay empezó a jugar más de contragolpe, esta vez con Jonathan Rodríguez por la derecha y Torres por la izquierda.
El equipo de Broli pasó a jugar con una figura 4-4-2, con Torres jugando a favor de su pierna izquierda tanto en ataque como en la marca en campo uruguayo.
Los coreanos, centrando su juego en su estrella H Son, mostraron su capacidad de movimiento y combinación en velocidad que los ha acompañado en los últimos años con un buen posicionamiento en el campo.
Se sucedieron los ataques del equipo rojo con una buena defensa de Uruguay, que impidió las jugadas de peligro coreanas antes de que llegaran al área o incluso mediante buenos cierres de Coates y Piquerez, y atajadas de Mele.
El último cuarto de hora fue de mucha intensidad en las cercanías del área uruguaya, y Uruguay se esforzó en sólo defender, de manera básica, perdiendo la pelota casi de inmediato y redoblando esfuerzos defensivos y de neutralización, tanto que se quedó sin ataque.
Sufrir el partido
En el complemento siguió la presión del avance coreano y a los cinco minutos, después de un rebote en Santiago Bueno, H Son recibió la pelota por la banda izquierda y, con una perfecta asistencia, la colocó a la altura del punto penal para que Hwang Ing Beom fusilara a Mele anotando el 1-1.
Al cambio de Felipe Carballo sustituyendo a Manuel Ugarte se sucedieron, a los 15 minutos del complemento, los ingresos de Matías Arezo y Agustín Canobbio, que justamente fueron los protagonistas de la jugada previa al segundo gol uruguayo, anotado por Vecino. En la primera pelota que tocó Arezo con la selección mayor metió un pase de media vuelta y sin mirar en profundidad hacia Canobbio, que ganó la posición casi hasta el ingreso del área, donde le cometieron una falta. El buen remate de tiro libre de Piquerez fue contenido a medias por el golero coreano, y en el rebote, habilitadísimo, Vecino dio el pase a las redes para colocar el 2-1.
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Le quedó a Matías y a guardar.
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Volvió la carga permanente coreana y llegando a la media hora de juego el partido se interrumpió por casi seis minutos debido a la revisión VAR de una jugada que había terminado en gol de los coreanos en primera instancia, con una clara falta del delantero sobre Mele. Entre el árbitro principal y los de la cabina del VAR demoraron en determinar o confirmar dicha falta, y finalmente frente a la pantalla el árbitro japonés determinó mano del delantero coreano.
En el minuto 40 del segundo tiempo hubo otro gol coreano, esta vez invalidado por la acción del VAR por posición adelantada del delantero coreano, que después de una falla de Bueno había conseguido una media vuelta de excelencia ante Coates y anotaba el empate, que no tuvo el sello de apto por un piecito de adelantamiento.
Al final, confirmando la visualización de que Jonathan Rodríguez se estaba prodigando como defensa y casi no jugó de delantero, Mathías Viña sustituyó al floridense para los descuentos y el de Empalme Olmos se incrustó en la defensa, que quedó marcando un 5-4-1 con la válida idea de aguantar la victoria en el amistoso en tierras coreanas.
Siempre dejan cosas los partidos, hasta los amistosos con directores técnicos interinos y con jugadores que no sabemos si estarán en la consideración de quienes vengan, pero que vienen de un largo proceso desde el Complejo Celeste, por lo que este partido con victoria, y el anterior con empate ante Japón, servirán como antecedente para el nuevo entrenador y como experiencia formativa para los futbolistas que tienen sus primeros minutos celestes.