Liverpool y Cerro sumaron un punto cada uno en la fecha 12 del Torneo Apertura: Leandro Otormin abrió el marcador a los 5’ para los negriazules y Mathías Abero lo empató a los 75’ para los villeros, que jugaron con un varón de menos desde los 35’, cuando fue expulsado Gastón Martirena.
A esta altura del Torneo Apertura y con objetivos diferentes, el punto parece no le servirle a ninguno en la inmediatez de este torneo -que termina pronto-, pero habrá que ver cuánto les pesa para todo lo que resta de la temporada. Para el Apertura ambos necesitan sumar de a tres. Liverpool, para escalar a las mejores posiciones de la tabla -el conjunto de Jorge Bava está sexto con 17 puntos- y en las tres fechas que quedan, debe enfrentarse a Boston River, Deportivo Maldonado y River Plate. Los albicelestes están complicados en el decimocuarto escalón con 11 puntos y les queda jugar con Cerro Largo, Plaza Colonia y Racing.
La sintonía
Cualquier planificación técnica se vulnera con los goles tempraneros. El tanto de Leandoro Otormin llegó a los 5’, cuando el juego era parejo y había tibias intenciones de ambos lados, pero sin jugadas de gran peligro. Recién había comenzado el partido, ambos equipos se estaban midiendo cuando Marcelo Meli filtró una pelota para Ruben Bentancourt, que sacó el primer remate al arco del duelo, y el rebote le quedó a Leandro Otormin, que la empujó hacia el fondo de la red cuando el marcador marcaba cinco minutos de juego.
El gol no modificó mucho la sintonía del asunto y el partido seguía equiparado en intenciones, aunque los locales tenían más la pelota y estaban más metidos en el partido, y por su cantidad de ataques parecía que podían llegar al segundo gol.
Pasada la media hora de juego, Gastón Martirena fue expulsado -tras el chequeo del VAR- por un codazo que dejó sangrando a Tabaré Viudez, y Liverpool, que poco a poco iba logrando la superioridad sobre su rival, se complicó solo.
Cerro no pudo aprovechar la ventaja en cantidad de jugadores porque no construyó juego ofensivo, y entonces los negriazules no se desesperaron.
El complemento fue chato porque los de Belvedere se dedicaron a defender y los de la Villa no encontraron espacios para el gol. En un tiempo en el que ninguno había generado nada, Mathías Abero logró la igualdad desde un tiro libre al borde del área. La única posibilidad en una disputa sin intensidad ni contundencia. Y ganó la efectividad: Cerro lo empató con la única herramienta que tuvo.
La visita se encendió en los minutos finales, en los que sabía que un gol más significaba el triunfo y tres puntos de oro para su situación a esta altura del torneo. En esa sintonía probó Cabrera, pero no estuvo fino en el remate, y así se fue un partido tibio, con un resultado que es acorde a lo que se vio en la cancha, pero que por ahora no le rinde ni a los de Gustavo Ferreyra ni a los de Jorge Bava.