Con un gol al final del salteño Jonathan dos Santos, River Plate venció a Torque 1-0 y se metió en el G-8 de la tabla Anual, mientras su rival sigue en bajada en la tabla del descenso. El autor del gol y Gonzalo Chori Castro, que volvieron a jugar después de un buen tiempo sin jugar debido a sus lesiones, fueron decisivos en la media hora que estuvieron en cancha.
Estadio vacío, frío, ambos equipos con pocas chances en este torneo –pero todas para todo lo que queda del Uruguayo, con casi 50 puntos por jugarse–. Uno puede tender a imaginar un lunes laboral, pero de inmediato hace carne la expectativa y emoción que representa jugar al fútbol, por más que sea trabajo, por más que implique responsabilidades y obligaciones, por más que haya que navegar en un mar de complicaciones, en una demostración semanal de que es posible jugar al fútbol en primera y encima en el Centenario. Para un futbolero/a, una invitación a encarar la ocasión con ganas.
El cierre de la quinta fecha del Intermedio encontró a Torque y River Plate casi al fondo de la tabla de la serie A y sin chances ya de ser finalistas, pero con una buena oportunidad de sumar para la Anual, de recuperarse de las derrotas que precedían este partido, y para Torque salir del horrible fondo de la tabla del descenso.
Después de un inicio estratégico pero atrevido, en el que ambos colectivos pretendían intervenir los modelos de juego rivales, el partido entró en una zona de entrevero, ya no por ausencia de convicciones sino por desaciertos propios que llevaban el juego a una instancia de tuya y mía, pero no con futbolistas de una misma camiseta, sino que la ganaba uno, la perdía, la recuperaba el otro. Los sistemas espejo con que los técnicos planearon la estrategia de sus colectivos fueron complicando el desarrollo natural de los ataques y promoviendo el robo y la frustración.
Por momentos, River Plate generó un par de jugadas frustradas antes de la posible definición, y Torque tal vez lo hizo con buena concepción de juego asociado desde su arco hasta las cercanías del otro. Más allá del riesgo extremo, al que parece que muchos no estamos acostumbrados, con la pelota paseando por el área propia tratando de liberar espacios en la otra parte del campo, a Torque le funcionó el nacimiento de un par de ofensivas que tomaron cuerpo por fuera con buenos desarrollos de Franco Pizzichillo por la derecha y José Pepe Álvarez por la izquierda. Otras veces fueron pelotazos para Nicolás Siri, que está plasmando su potencialidad de buen delantero después del título de campeón mundial sub 20.
Poco ortodoxo
No pasó nada. El primer tiempo se fue sin goles y apenas con un par de acciones cuyos minutos merecían ser marcados en la libreta de apuntes en las que aparecen precisamente Siri y el arquero de River, Rodrigo Formento.
Al reiniciarse el juego en el segundo tiempo, Gustavo Díaz promovió un cambio de futbolistas en el medio, dando ingreso a Ramiro Cristóbal y Joaquín Trasante, que minutos después reafirmó colocando a los recuperados Chori Castro y Dos Santos, pero no hubo muchos cambios en los desarrollos del juego.
Torque, que no está contando con momentos determinantes de otros tiempos de Tiago Palacios, empezó a tener sus jugadas más peligrosas en pelotas aéreas y así fue que se repitió el duelo Siri-Formento.
Todo transcurrió así hasta que a los 87 minutos un ataque por la izquierda de Agustín Vera, a instancias de una habilitación pensada de Chori Castro, terminó en un pase al centro para el ingreso del salteño Dos Santos, que definió con un golpe poco ortodoxo porque lo quiso así o porque le salió así, colocando la pelota en el ángulo derecho del arco de Gastón Guruceaga.
Ese gol definió el partido, colocó a River Plate en una zona de mayor tranquilidad y hunde a Torque en el fondo.