En el inicio del último torneo del año, el que por acumulación termina definiendo absolutamente todo, Deportivo Maldonado y Plaza Colonia empataron sin goles.

Las ganas, la expectativa, los nuevos, lo nuevo, la mayoría de las cosas que rodeaban la vuelta del fútbol profesional con el partido adelantado de la primera fecha del Clausura entre Deportivo Maldonado y Plaza Colonia alentaban a verlo, a seguirlo, a pesar del tiempo, el viento, y el frío de un lugar sacudido y doliente por el espantoso femicidio de Valentina, que nada tiene que ver con un partido de fútbol.

Fabián Coito, el entrenador de los fernandinos, al final del partido dijo que estaba con la bronca de haber podido ganarlo y no haberlo resuelto. La visión del entrenador reflejaba un poco lo que fue el partido, en el que siempre Deportivo Maldonado fue un poco más que Plaza, que sin embargo no dejó de inquietar, de buscar, y hasta con un futbolista menos por la expulsión de Álvaro Brun en la segunda parte, meter un sablazo impresionante, que aún en este momento en que usted está leyendo esto está haciendo vibrar el travesaño del arco que da a la intendencia.

Fue un partido interesante, con Plaza y su técnico Adrián Fernández presentando un equipo casi nuevo, como si estuviésemos en otra temporada, con medio equipo nuevo, aunque fueran viejos, viejos campeones de aquel inolvidable Clausura 2016, como Kevin Dawson, Nicolás Milesi y Nicolás Dibble, para tratar de salir de la incómoda situación de estar último en la tabla del descenso.

Deportivo Maldonado, que también hizo un montón de pases, apareció, sin embargo, con un equipo que bien pudo haber jugado en el Apertura, en la Libertadores o en el Intermedio, y dejó en el banco a alguno de los nuevos. Como está dicho casi siempre fue un poco más el local, a pesar de que le costó engranar en el juego colectivo, a pesar de que se vio medianamente superado al principio en su campo y que no pudo controlar bien a Nicolás Dibble. Igual fue tomando cuerpo y pasó a llegar seguido al arco contrario, con los argentino Tomás Fernández, Claudio Paul Spinelli y, fundamentalmente, Hernán Toledo.

En el segundo tiempo fue mucho más marcado y tuvo el rojiverde muchas jugadas de peligro en el área de Dawson, pero entre los caños, el arquero coloniense y la mala definición del Depo, todo quedó clavado en el cero. Un nuevo comienzo, que va quedando con horizonte cortito para el que está apretado y complicado, y ve cada partido, cada oportunidad, como si fuera la penúltima y desgasta, perturba, y es lo que viven los colonienses.

Una nueva ventana, a medio abrir, pero con la seguridad de ver la luz con la calidez de un sol invernal para Deportivo Maldonado, que tiene juego, tiene sistema y tiene una conducción sensata que procura recolocarlo en competencia.

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