Peñarol consiguió una contundente victoria ante Caracas con la goleada más amplia en lo que va de la Copa Libertadores 2024. El triplete de Maximiliano Silvera y los tantos de Javier Méndez y Eduardo Darias fueron la concreción material del dominio avasallante del conjunto local, que terminó venciendo 5-0 a los venezolanos para acomodarse en la copa.

De copa y goles

En la casa carbonera se vivió un partido que representó un cambio en el vínculo del conjunto aurinegro con la copa internacional. Los mirasoles no habían podido comenzar con una buena actuación copera este 2024: la caída ante Rosario Central fue la continuidad de la extensa racha de malos resultados que acumuló el carbonero en competencia internacional el año pasado. Pero todo tiene un final y en este caso llegó en la segunda fecha de la tan deseada Libertadores de América.

El calor de la tribuna contrastaba con el frío de la noche montevideana. Y el local le hizo honor a la euforia de sus seguidores: salió con todo a jugar el encuentro y así comenzó, avanzando por la izquierda, armando las primeras aproximaciones.

La visita arrancó una media chilena que tiró Pernía y que puso sobre aviso a Peñarol. Pero al manya le alcanzó con un descuido venezolano para abrir el marcador, de la mano de Maxi Silvera, que llegó por la izquierda ganando en la marca y, solo frente al arco, la mandó a guardar, de forma directa, potente y prolija, para el delirio de los aurinegros, que intensificaron sus cánticos de aliento.

Enseguida se la perdió el mismo jugador, una vez más frente al arco, tras una llegada colectiva que puso en alerta a la visita, pero en la que el arquero no necesitó actuar porque el cabezazo del aurinegro no siguió el curso deseado.

Leonardo Fernández, de Peñarol, y Bryant Ortega, de Caracas, el 10 de abril, en el Campeón del Siglo.

Leonardo Fernández, de Peñarol, y Bryant Ortega, de Caracas, el 10 de abril, en el Campeón del Siglo.

Foto: Alessandro Maradei

Leo Fernández y Gastón Ramírez también pudieron haber convertido, pero la insistencia trajo el segundo en los pies del mismo jugador. Fue Maxi el que, avanzando frente al arco, atrapó una buena diagonal de Olivera y la colgó en el fondo de la red.

Así comenzó la lluvia de goles. Tras el centro de Leo Fernández, Javier Méndez anticipó a Ramírez y puso el tercero, marcando un resultado más que contundente para un partido que iba por la media hora. Goles y confianza.

Mientras en el recinto carbonero los comentarios tenían que ver con la sensación de goleada, llegó el cuarto: tras el pase de gol de Cabrera, fue Darias el que rompió la red venezolana antes del pitido que indicaba el descanso. El entretiempo llegó con una sonrisa en el rostro de Diego Aguirre por la tranquilidad que dan las goleadas y por la certeza de que su equipo antes del segundo tiempo ya había cambiado la imagen dejada en el partido ante Rosario Central, que se anexó a una mala racha del carbonero en las copas internacionales. En esta segunda presentación en la copa, en cambio, 45 minutos fueron suficientes para abatir a un rival que no mostró nada.

El segundo tiempo fue la perfecta continuación de lo que había pasado en la primera parte y comenzó con Peñarol rompiendo líneas para copar el arco rival. Los cambios en el complemento desvirtuaron el planteo colectivo, pero el trabajo ya estaba hecho y la Fiera quería darles descanso a los que habían cumplido con creces en esto de ganar.

Para que el quinto fuera obra de Babi faltó mínima precisión, pero tras el tiro de Fernández y una serie de rebotes apareció Maxi Silvera, como si fuera necesario confirmar la supremacía del conjunto mirasol, como si una goleada sencilla no bastara, como si un jugador que está concentrado en la cancha entendiera que los goles en la copa importan mucho. Hat-trick para Silvera y un tornado de alegría en las tribunas. El gol estuvo latente en cada llegada del local y se presentó en el Campeón del Siglo como un arte infernal.

Diego Aguirre, entrenador de Peñarol, y Maximiliano Silvera, el 10 de abril, en el Campeón del Siglo.

Diego Aguirre, entrenador de Peñarol, y Maximiliano Silvera, el 10 de abril, en el Campeón del Siglo.

Foto: Alessandro Maradei

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