En un partido de trámite complejo, trabado y con más ensayos fallidos que aciertos durante buena parte del juego, Liverpool, con dos goles postreros del creciente e indomable Luciano Rodríguez, venció a Miramar Misiones 2-1. El gol de los cebritas lo anotó el colombiano Ignacio Yepes y fue la anotación que abrió el marcador en Belvedere.

Muchas veces el juego tiene que ver con el discurso de quienes lo ordenan, lo proyectan, lo determinan parcialmente al elegir a los deportistas que podrán ejecutar la estrategia para la oportunidad. Esto, que las más de las veces precisa del análisis medianamente exhaustivo de lo que pasó y lo que se planeó, otras veces queda expuesto y a la vista sólo con la observación, la escucha y el razonamiento de lo que hacen los técnicos en el momento del espectáculo. Escuchar a Emiliano Alfaro, hablando con sensatez del juego después de la apretada victoria, y escuchar y observar a Ricardo Caruso Lombardi durante dos horas insultando, descalificando y sobrando a veces hasta a sus propios jugadores, explica en parte la victoria de Liverpool.

Una hora al sol

Lo que pasó en el primer tiempo es difícil de definir, o de describir con cierta precisión que permita al decodificador de estos signos poder hacerse una idea más o menos aproximada de lo que sucedió desde las 15.00 a las 15.50 del lunes 20 de mayo de 2024 en Belvedere, allá en lo alto de la cuchilla de Juan Fernández.

Es que todo fue un revuelto de pocos aciertos, muchos intentos, piernas fuertes, caras serias y el toque de stand up de Caruso Lombardi participando de cada acción de juego para protestar, ironizar, e increíblemente ordenar acciones que son de responsabilidad y conocimiento de los deportistas, como intentar desde el banco hacer la barrera ante un remate de los negriazules.

Liverpool hizo más y un poco mejor las cosas que Miramar en el primer tiempo, incluso llegó a mandar la pelota a las redes en una acción de gol que fue invalidada porque el árbitro, Javier Férez, tomó la decisión de cobrar un empujón de Jean Pierre Rosso a Guzmán Pereira en la acción del cabezazo de gol.

El equipo de Alfaro, que venía de hacer un gran partido en Buenos Aires donde perdió 3-2 con San Lorenzo por la Libertadores, presentó cinco cambios con relación a la noche del jueves, y ello incidió en el rendimiento colectivo. El Mudo Martín Barrios estuvo muy acertado en mediacancha recuperando y jugando, pero no pudo hacer combinar positivamente a los de arriba.

Los veteranos de Miramar (Alejandro González, Matías Aguirregaray, Guzmán Pereira, Maximiliano Lombardi) pusieron lo mejor de su aplomo y experiencia para carpetear el juego y mantener a tiro los locales.

Al abrigo de Luciano

No pudo pasar nada cuando el solcito aún calentaba, pero sí sucedió cuando, ya sin el poncho de los pobres en el segundo tiempo, por torpe y por doble amarilla vio la roja el Vasquito Aguirregaray y Alfaro dio ingreso a Lucas Lemos y Diego García, reacomodando el juego hacia adelante, y empezó a hacer figura al sanducero Lucas Giossa.

Sin embargo, el primer gol del partido fue de Miramar Misiones; fue del colombiano Ignacio Yepes y a la salida de un lateral, que peinado hacia atrás por el santanense Douglas le quedó al colombiano, que metió la patita antes que nadie.

Después empezó el asedio absoluto liverpoolense y bien pudo haber una opción de juego de apuestas a saber cuándo lo empataría el local. Alfaro colocó más delanteros, Mathías Ocampo y Hebert Vergara.

A los 39 Lucas Lemos, el único que había quedado en el ejercicio del juego de mediacancha defensiva, cruzó un gran pase a la derecha para la internada de Vergara, que metió un centro pase gol para que Luciano Rodríguez la tocara a las redes.

Sólo dos minutos después, la misma combinación Vergara-Rodríguez permitió un fierrazo entre el palo y el golero de la Perla, que significó el 2-1.

La observación está muy documentada y estudiada pero es tan subjetiva que puede perder significación: desde la aparición de Luis Suarez en 2005-2006 hasta estos días nunca había aparecido un futbolista con tan significativa proyección como la del salteño hasta esta explosión de los últimos años del joven Luciano Rodríguez.

Buen triunfo de los negros, que ya están, aunque falta muchísimo, en posición de clasificación de copas y arrimando al pelotón principal.