El encuentro que se jugó en el Gran Parque Central por la fecha 14 del Apertura tuvo como protagonista al frío. El nivel de ambos elencos fue bajo y necesitó de una inspiración ofensiva para abrir el arco.

Partido afectado en su rendimiento por las condiciones climáticas que acompañaron. El frío congeló las intensidades y el entretenimiento que los valientes hinchas fueron a buscar.

Se vio muy poquito fútbol en la primera parte. En principio, de ambos, luego, el bolso acomodó mejor su cuerpo colectivo. Por derecha –la marca que este Nacional adoptó–, con Lozano como abanderado, logró despertar un poco el chato clima que se vivía en La Blanqueada.

Más calmos, los volantes gozaron de espacios que generaron la serenidad que faltó en el arranque. El propio lateral derecho tricolor tuvo la más clara cuando remató contra el caño desde afuera.

A la visita le costó todo. Nunca se asoció de manera clara y sistemática en ataque. Volantes lejos y delanteros abandonados en ofensiva fueron la combinación que explicó la nula aproximación franjeada.

Con chispazos ocasionales, el argentino Alexis Castro se mostró como el más dinámico y capaz de sacar esa quietud imperante en la primera parte.

Nacional y Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Nacional y Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Foto: Mara Quintero

Lo otro, pero igual

Lo que vino fue un poco más de lo mismo. La novedad pasó por la mínima mejoría visitante en ataque. Gabriel Leyes tomó la posta como referente, aguantó pelotas y arrastró al equipo a un lugar que no conocía, tanto que la primera –y aún frágil– situación clara fue un cabezazo de Ignacio Pintos, desviado tras un desborde de Leyes.

El bolso comenzó un lento proceso de acumulación de gente en ataque. Algunos por fuera para centrar y otros por el medio para llegar a definir. En principio, eso no le funcionó a Recoba: Carneiro no se sintió nada cómodo con el retroceso que sufrió con el ingreso de Bentancourt.

El método inmunológico danubiano hizo que la acumulación se diera en el fondo. Era rechazar largo y que se arreglen arriba.

Fue un trámite que lejos estuvo de las historias ya escritas por ambos clubes. No sólo en juego, sino en intensidades.

Ruben Bentancourt, de Nacional, festeja su gol a Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Ruben Bentancourt, de Nacional, festeja su gol a Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Foto: Mara Quintero

Todo pasaba por una bajada de inspiración individual que rompiera el frío statu quo arraigado en campo tricolor. Danubio esperó eso de Leyes o de alguno de los juveniles que marcaran su carrera con alguna picardía.

Y eso llegó, pero del otro lado. Con la desprolijidad vista hasta el momento, Rubén Bentancourt se llevó una pelota tras un pivoteo del paraguayo Santander. Controló, eludió y definió tan precisamente que la guinda dio en ambos postes para darle el triunfo ajustado al local.

Ruben Bentancourt, de Nacional, anota un a Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Ruben Bentancourt, de Nacional, anota un a Danubio, el sábado 25 de mayo, en el estadio Gran Parque Central.

Foto: Mara Quintero

Ahora afuera

Llamado de atención para ambos en rendimiento. No se le ve un sistema claro a este Nacional, más allá de momentos concretos que no le dan seguridad alguna. El bolso será quien encabece la serie B del Torneo Intermedio. Danubio no le encuentra la vuelta aun con cambio de mando en la dirección técnica.

Los dos tienen cierre de grupos en copas el próximo jueves. En el caso de Danubio, con chances de llegar al repechaje en Sudamericana. Deberá ganar de local por al menos dos goles y esperar otro resultado.

El bolso sale a Asunción ante Libertad para cerrar grupo ya clasificado. Los puntos en el caso interesan para esa tabla que los puede llevar al Mundial de Clubes el próximo año.