Finalmente la selección uruguaya de fútbol, tras la modificación de los planes iniciales por problemas técnicos del avión fletado por Conmebol, que el domingo debía llevar a los celestes a Carolina del Norte, entrenó en los infernales 40 grados de Las Vegas y partió el lunes ahora sí a Charlotte, lugar del encuentro ante los colombianos, que llegaron a la ciudad procedentes de Glendale, Arizona, donde vencieron a Panamá 5-0.
Los uruguayos llegaron al Charlotte Marriot South Park más allá de la medianoche uruguaya y cerca de la de Carolina del Norte, porque además hay que cargar con eso de un cambio profundo de huso horario del oeste al este, que en este caso es de tres horas. O sea que salieron a las 15.00 de Las Vegas y llegaron cerca de la medianoche a Charlotte, pero viajando cuatro horas.
A diferencia de los argentinos, que se han mantenido en la costa este, a excepción de un viaje al centro, a Texas, tanto Uruguay como Colombia han debido jugar de costa a costa, con todas las desventajas que ello conlleva, de desgaste físico por viajes largos y sin poner en juego situaciones como las que vivió Uruguay, que con una rápida decisión técnica reacomodó las cosas de manera tal de tomar un buen descanso y tener espacio para una práctica que permitiese ir afinando el nuevo equipo.
Es seguro que dos futbolistas de la defensa no podrán estar este miércoles ante los colombianos, dado que Nahitan Nández está suspendido por su expulsión a instancias del VAR en el segundo tiempo del partido con los brasileños, y Ronald Araújo tiene un inconveniente muscular que aún no tiene diagnóstico preciso, pero se sabe que será baja segura. Resta por saber cuál será la condición física de Matías Viña, dado que el de Empalme Olmos también debió dejar el campo en Las Vegas, lo que Marcelo Bielsa definió como cansancio muscular.
Nombres y lugares
Serían simples especulaciones a distancia, o en cercanía, pero hasta la tarde de este martes seguro no habrá pistas de la línea de cuatro final -no parece posible que el entrenador se incline por jugar con tres en el fondo- ni quiénes serían los que ocupen esos lugares. Como lateral derecho tiene sólo a Guillermo Varela, al haber perdido a Nández y Araújo -que ha jugado mucho en ese lugar-, y como centrales están José María Giménez y Sebastián Cáceres, con aparente ventaja sobre Nicolás Marichal, el otro central del plantel. No sabemos si serán dos o tres los lugares a ocupar, y ahí también juega en qué posición estará el único seguro, Mathías Olivera: si Viña puede jugar el sector izquierdo quedará como hasta ahora, pero si no puede, habrá que ver qué determinación toma con la posición del lateral del Napoli, que juega como zaguero en la selección.
Una cosa son los cambios en medio de un partido, donde suelen ser directos, y otra es planear un equipo titular con futbolistas distintos a los que arrancaron el último partido. Nadie parece haberse planteado que juegue otro futbolista que no sea Varela como lateral derecho, o que lo haga Lucas Olaza por izquierda si Viña no puede estar. Hay que esperar, pero es como dijo Bielsa cuando definió lo que es un buen equipo: no es sólo tener titulares, sino un plantel que permita sustituir a los que falten con la misma categoría.
Si tomamos como referencia aquel partido en Barranquilla por las Eliminatorias en octubre de 2023, la única vez que Bielsa dirigiendo a Uruguay enfrentó a Colombia, en aquella ocasión no tuvo a Sergio Rochet -lesionado- en el arco, en la línea de cuatro jugaron Nández, Araújo, Cáceres y Joaquín Piquerez; en el medio, los mismos de ahora: Fede Valverde, Manuel Ugarte y Nicolás de la Cruz, y casi la misma delantera con Facu Pellistri y Darwin Núñez; por izquierda aquella vez fue el tranquerense Brian Rodríguez quien ocupó el lugar que ahora tiene Maxi Araújo.
Hay que esperar, y confiar.