Sin demasiados problemas y facilitados por jugar con un futbolista más por más de 50 minutos debido a la expulsión de Santiago Corbo, Peñarol derrotó 3-1 a River Plate en el Saroldi y mantiene la ventaja de 5 puntos sobre Nacional en la Tabla Anual. Además conserva posibilidades en la serie B del Intermedio, ya que debe enfrentar a dos de los que están por encima a falta de dos fechas: Fénix y Defensor Sporting.
Los goles mirasoles fueron de Maximiliano Silvera, Guzmán Rodríguez y Eduardo Darias, mientras que el empate parcial fue anotado por Tiago Galetto.
En cancha
Iban sólo diez minutos en la soleada tarde del Saroldi cuando Peñarol abrió el marcador. Fue una linda jugada bien concebida, simple y efectiva: un pase largo y cruzado de Leo Fernández para el floridense Javier Cangrejo Cabrera, que llegó hasta el fondo de la cancha y metió el centro atrás para el ingreso como nueve neto de Silvera, que con un toque justo, fuerte y contra el caño venció al arquero riverplatense.
De inmediato, sólo dos minutos después, llegó el empate de River, porque se sabe que dos cabezazos en el área son gol y si son tres, mucho más. La pelota llegó al área de Washington Aguerre y se sucedieron los cabezazos. Primero fue Norman Rodríguez y la habilitación final fue de Faustino Barone hacia Galetto, que mandó el cabezazo final al fondo de las redes.
Del primer tiempo se puede mencionar elementos conceptuales como el dominio casi neto de Peñarol en el campo, otros puntuales como la lesión del argentino Leo Sequeira, que sobre el fin de la primera parte debió abandonar la cancha, sustituido por Eduardo Darias, o como el tiro libre de Leo Fernández, magnífico, con igual respuesta del arquero de River, Fabrizio Correa. Pero lo más sustancioso fue la afección para el resto del partido de los locales que, por expulsión de Corbo, que entró de muy mala manera contra Guzmán Rodríguez cuando ya transcurrían en los descuentos, y eso obligó al equipo darsenero a cargar con el peso de afrontar la segunda parte con un futbolista menos.
Eso determinó que la segunda parte cambiara drásticamente en cuanto al planteo de River Plate. Cuando estaban 11 contra 11 ya había sido superado en casi todos sus términos por Peñarol, y con un futbolista menos en la cancha, para afrontar 45 minutos Francisco Paladino generó una estructura básicamente defensiva con un solo futbolista que quedaba de punta. No iba a resultar, era previsible.
Así las cosas, a los 15 minutos del complemento llegó el segundo de los carboneros: fue después de un córner de Leo Fernández, muy bien ejecutado, y contó con la aparición en el área chica de Guzmán Rodríguez, que se tiró hacia adelante y conectó la pelota venciendo al arquero.
River Plate quedó varios escalones por debajo del nivel de juego de Peñarol, y el partido fue tomando un único rumbo: hacia la victoria aurinegra, con la posibilidad de que se ampliara en diferencia de goles.
Y así sucedió sobre el final del partido, cuando en una combinación entre tres de los futbolistas que habían ingresado en el equipo de Diego Aguirre, Lucas Hernández, con una jugada de clase por la izquierda, asistió de taco a Ignacio Sosa, que a su vez estiró el pase hacia Darias y este, de cara al arco, se tomó un segundo más para enganchar y dejar el arco libre para empujarla contra las redes.
Un triunfo justo para ir reajustando la esperanza.