Más Unidos Que Nunca (MUQN) fue una revolución. Desde finales de 2016, ese núcleo de futbolistas uruguayos comenzó un camino que sacudió las estructuras de su gremio, la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, primero, y del fútbol local, después. Allí coincidieron jugadores tanto de Primera División como de Segunda División Profesional, también compañeros del fútbol amateur y varios futbolistas que estaban en el extranjero, pero que defendían a la selección uruguaya. Entre ellos, Luis Suárez.
El Pistolero estaba en la cresta de la ola, tal vez el punto más alto de su exitosa carrera. Con el Barcelona venía de ganar la liga, la copa y la supercopa españolas, había sido campeón del mundial de clubes y bota de oro (máximo goleador mundial). Si embargo, cuando lo llamó algún colega de MUQN siempre atendió el teléfono, siempre estuvo con los suyos. Y no me refiero a que hablara con sus compañeros de selección que estaban involucrados en el movimiento, como Diego Godín y Diego Lugano –con quienes sí hablaba, obviamente–, me refiero a que se ponía al servicio de Agustín Lucas, Santiago Bigote López, Fabricio Lochi Cetraro, entre otros. “De alguna forma estuvimos todos en el mismo cuadro y eso para mí es re importante”, me confesó un día uno de ellos.
Aquel apoyo de Suárez fue vital. Si se googlea, se encuentra cuando posó con una camiseta de MUQN. Fue un impacto directo a la opinión pública. “Por las reivindicaciones de los futbolistas, por su manera de pensar, hablar y actuar, y por la claridad que tuvieron para moverse y convencer de lo justo de su lucha en un terreno que no estaba fácil”, decíamos en aquel momento desde estas páginas.
No sólo jugaba paredes con sus colegas, sino que Suárez también ponía al servicio sus redes sociales con millones de seguidores y colgaba en posteos los comunicados públicos de MUQN. En el primero de ellos, un 27 de octubre de 2016, Suárez decía: “MÁS UNIDOS QUE NUNCA. Uruguay Noma!”.
Aquella revolución trascurrió con pasos firmes. En varias ocasiones, sus reuniones –secretas– se llevaron a cabo en la sede de la diaria, también en el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos o en un hotel, en otros momentos –anteriores, antes de que les prohibieran hacerlas ahí–, en la sede de la Mutual.
Tanta acumulación terminó en un hecho histórico: en febrero de 2017 se hizo la primera movilización de MUQN, que terminó frente a la vieja casona ubicada sobre la Avenida Rivera, sede de la Mutual. Esa noche se entregaron 590 firmas que reclamaban mejores condiciones de trabajo.
Sobre la Marcha del Silencio
Suárez, tiempo después, ya en la recta final de su carrera con la celeste, en 2024, dio un paso más respaldando la causa social que congrega a más personas en una manifestación: la Marcha del Silencio.
Dijo Suárez en sus redes: “Memoria, verdad y justicia”, posteo que fue acompañado por la imagen de la clásica margarita que identifica al colectivo de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.
De alguna manera, Suárez siguió los pasos de su amigo Lionel Messi, quien en más de una ocasión ha estado del lado de la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, poniendo su figura y su sentimiento para que no cese, nunca, la búsqueda de los desaparecidos en Argentina.
No sólo la figura de Messi es clave en este sentido, sino que la más importante y determinante para Suárez es la de Óscar Washington Tabárez. El Maestro, de quien Suárez ha dicho que ha sido como su padre dentro y fuera de la cancha, fue la figura central de la campaña que hizo el colectivo Deportistas por la Memoria.