Con pocos partidos en Nacional, Jadson Viera mostró su trabajo en la primera final del Campeonato Uruguayo, sobre todo logrando una característica que tienen sus equipos: presión alta e intensidad ofensiva. Para lograrlo, al menos en esta ocasión, se apoyó en una delantera nueva con Juan Cruz de los Santos, Osinachi Ebere y Gonzalo Carneiro.
De Los Santos hizo el primer gol y Carneiro el segundo: ya con eso el acierto del entrenador tricolor es grandísimo. Pero no fueron sólo los goles, sino que los tres marcaron un ritmo de presión que incomodó a la zona defensiva de Peñarol, que no pudo hacer pie en el primer tiempo y tuvo mucha responsabilidad (provocada) en los goles de Nacional.
Tanto corrieron estos jugadores que, en el segundo tiempo, cuando acusaron cansancio, el tricolor lo sintió. Cuando Peñarol atacó mucho, Lucas Rodríguez fue lo más destacado; por el contrario, no fue buen partido de Luis Mejía ni de Sebastián Coates.
Uno por uno de Nacional
Luis Mejía (4): estuvo tranquilo en el primer tiempo y muy flojo en el segundo, tuvo responsabilidad directa en el gol del empate mirasol; además, dudó en varios tiros, en los que no actuó de la mejor manera.
Emiliano Ancheta (5): dos tiempos distintos, en el primero anduvo bien y se soltó al ataque, en el complemento no sólo no subió, sino que laburó mucho en defensa.
Sebastián Coates (4): lejos de su mejor nivel; aparece lento y fuera de tiempo, sobre todo cuando lo hacen jugar fuera de la chacra defensiva.
Julián Millán (5): mejor que su compañero de zaga, en más de una, hizo de bombero para cubrirle las espaldas; no pudo, como otras veces hace, soltarse al ataque.
Diego Romero (5): se va afianzando en el lateral izquierdo, sobre todo desde la llegada del nuevo entrenador; barre bien su sector y, cuando puede, tiene proyección y buena pegada.
Lucas Rodríguez (6): el pulmón de la mitad de la cancha tricolor, el eje central que Nacional buscó toda la temporada, el volante central tapón que mete, tranca, quita y se la da a sus compañeros; se fue extenuado.
Christian Oliva (5): como su equipo: bien en el primer tiempo, desprolijo y dubitativo en el segundo; lo que no se le puede discutir es que agacha la cabeza y mete.
Luciano Boggio (5): iguales calificativos que Oliva, aunque en el primer tiempo fue socio de los atacantes y pisó más las cercanías del área de Peñarol.
Osinachi Ebere (7): muy bien el nigeriano. Tuvo su chance y no la desperdició: fue un azote en la presión ofensiva, tuvo criterio a la hora de tirarse a las bandas, se asoció bárbaro con Carneiro; se ganó la titularidad de la finalísima en el Parque Central.
Gonzalo Carneiro (7): otro que tuvo su chance, en este caso porque Maxi Gómez no pudo entrenar bien por una gripe; frío para definir, metió la que tuvo, incomodó a la defensa aurinegra corriéndolos a todos. Una mancha: no estuvo bien en el centro del gol de Arezo.
Juan Cruz de los Santos (6): el puntero izquierdo que Nacional fue a buscar, apareció; decisivo en el ataque, inauguró el marcador, forzó los errores de los defensas de Peñarol. Hasta que le dio el aire, hizo todo bien.
Ingresaron
Lucas Villalba (4): entró comenzado el segundo tiempo por De Los Santos, que salió extenuado. Pegó un planchazo, corrió sin criterio, picó el partido y eso hizo que el final fuera discutido y con alguna escaramuza.
Nicolás López (5): hay que darle la derecha al entrenador Jadson Viera, que sacó al jugador insignia de la oncena buscando una intensidad que consiguió con Ebere; el Diente tuvo la suya, pero se la negó el palo.
Maximiliano Gómez (5): no pudo entrenar en casi toda la semana y eso lo sacó de la titularidad; cuando entró tuvo que suplantar a Gonzalo Carneiro, que estaba haciendo un buen partido, aunque acusaba cansancio tras la presión que hizo.
Mauricio Pereyra (-): ingresó cuando el partido se terminaba; su técnico le pidió “orden en la mitad de la cancha”, donde Nacional estaba siendo superado por Peñarol.
Exequiel Mereles (-): entró junto a Pereyra, en una búsqueda que pretendía orden y proyección ofensiva, pero el tricolor no encontró la pelota en los minutos finales.