En el estadio Centenario y por la segunda fase de la Copa Libertadores de América, Boston River jugó el partido de ida en su segunda incursión en el máximo torneo continental. El Boston no sólo jugó bien, sino que ganó. De forma exigua, pero ganó. El 1-0 ante Ñublense fue convertido por Juan Manuel Gutiérrez de penal, en un momento del partido en que los uruguayos hacían méritos para ponerse en ventaja.
Si bien el conjunto sastre empezó dubitativo y no tan seguro en ataque –arrancó el partido con un esquema 4-1-4-1–, con el paso de los minutos se fue afianzando y jugó mejor que su rival, al que no le dio prácticamente espacios. Por méritos e insistencia, los de Jadson Viera lograron el primer triunfo de la temporada, justo en el partido más importante en el arranque del año. Ahora tendrá que defender y combatir esa diferencia en Chile, donde las cosas se presumen difíciles pero no imposibles.
1. Cancha de arriba
En el primer tiempo se notó la inexperiencia de ambos en la Libertadores. No sólo de los equipos, que es cierto que tienen pocas participaciones en estas lides, sino de los jugadores: la inmensa minoría de los que estaban en la cancha habían jugado algún partido por el torneo continental.
Que se notara esa circunstancia no impidió que el juego fuera bastante dinámico. Hubo una postura de Boston River de salir a jugar más arriba, no con tanta presión en primera línea, pero sí dejando poco espacio en la mitad de la cancha para recuperar la pelota rápido y salir vertical, muy vertical.
El sastre no fue arrollador, pero fue arrinconando a los chilenos contra su arco. Al verse superada, la última zona de Ñublense cortó en varias ocasiones con faltas y eso se tradujo en un montón de tiros libres o tiros de esquina que los uruguayos aprovecharon para lanzar al área. La más clara estuvo en la cabeza de Gerónimo Bortagaray; la pelota medio que lo sorprendió, medio que le quedó un poco abajo, y en el gesto la terminó sacando por arriba del arco. Fue un aviso, como también lo hizo, casi al cierre de los primeros 45 minutos, Martín González, que se llevó puesta una pelota aérea que salió por poco.
2. Desde afuera hacia dentro
En el complemento Boston River fue superior. Ya sin el nervio inicial, dejó su formación, con muchos volantes tratando de romper más que de proponer, y se fue al ataque. Los laterales hicieron de punteros, con gran recorrido. Primero Baltasar Barcia y después Agustín Amado empezaron a distribuir bien la bocha, buscando profundizar por las bandas para cargar por el centro.
Poco a poco, el uruguayo Nicola Pérez, arquero de los chilenos, empezó a ser figura. Atajó dos pelotas claras, llenas de gol, cuando el asedio de Boston River era casi permanente. Aunque, figura y todo, nada pudo hacer Pérez en el penal que Gutiérrez cambió por gol, luego de que el árbitro boliviano lo pitara, VAR mediante.
Merecido no, re merecido el gol, y tal vez con otro ímpetu el Boston podría haber aspirado a otro tanto que le diera un mejor margen pensando en la revancha. Pero no por eso hay que desvalorizar lo conseguido: la victoria del sastre es importante y lo pone en ventaja con los puntos en el bolsillo.
3. Revancha y clasificación
El partido de vuelta se jugará el miércoles 26 de febrero a las 19.00 en Chile, más precisamente en el estadio Bicentenario Municipal Nelson Oyarzún de la ciudad de Chillán.
El ganador de esta llave jugará en la fase 3 ante el que pase de The Strongest y Bahía, que en la altura de La Paz empataron 1-1 y definirán la semana que viene en Salvador.