Wanderers, que llevaba seis partidos oficiales sin ganar –el último del Clausura 2024, el de la semana pasada por Sudamericana y los cuatro primeros del Apertura–, salió de esa incómoda situación y logró vencer por 3-0 a Cerro Largo, que venía invicto, arriba en el torneo y con el viento a favor por haber clasificado por primera vez a la fase de grupos de la Sudamericana tras vencer por penales a Danubio.

Wanderers también había jugado por la fase inicial de la Sudamericana e igual que Cerro Largo había empatado, en su caso ante Racing, pero perdió en los penales y por ello cesaron a Antonio Pacheco. Hay por lo menos insumos valederos de discusión a esas urgencias torpes e hijas de un angustiante utilitarismo que hace que en cuatro fechas cesen a técnicos porque sus equipos no han ganado, como también pasó en Danubio con Alejandro Apud, que hasta que lo echaron tenía a la franja imbatida.

El partido que cerró la quinta etapa y el primer tercio del torneo tuvo un resultado que hace que sólo quede un equipo invicto, que es Liverpool, una vez que la caída de Cerro Largo se sumara a las de Defensor, Danubio y Peñarol.

Otra historia

Jugando con un equipo distinto al que el jueves pasado consiguió la clasificación en la Sudamericana, Cerro Largo se presentó en Montevideo y comenzó dominando el partido ante el golpeado Wanderers, que justamente en el minuto 17, como consecuencia de un penal que advirtió el VAR por mano de Facundo Peraza tras un tiro de esquina, pudo ponerse arriba en el marcador con la conversión del coloniense Rodrigo Rivero, que cruzó de zurda frente al debutante arquero tacuaremboense Pintado.

El gol es el cambio táctico por excelencia, señalan los profesionales de la conducción y análisis del fútbol, y hay centenas y miles de exposiciones que así lo demuestran.

Claramente, sucedió en el primer tiempo del partido del Parque Viera, con Wanderers estrenando técnicos interinos con posibilidades de pasar a ser definitivos, como el caso de los dos exdefensores bohemios Juan Manuel Martínez y Diego Irigoyen, y al principio superado muy marcadamente por los arachanes, cosa que cambió rotundamente cuando anotaron el penal. Ahí el local tomó otro cuerpo, empujado anímicamente por el gol, y aquel Cerro Largo que a pesar de parecer una oncena alternativa se había adueñado con autoridad del primer tercio de la etapa inicial se empezó a desinflar y Wanderers, a adueñarse del juego.

Plan B

Se les acomodó el partido a los locales, se les desdibujó a los arachanes. El plan no divulgado de Danielo Núñez de jugar con un equipo alternativo no funcionó, mientras que las necesidades urgentes de los bohemios de poder llegar a un triunfo largamente postergado en encuentros oficiales engranaron con el resultado parcial y el aporte en horas de los técnicos, que seguramente coronaban el largo trabajo del cesado Pacheco.

Una hora después, ya en el cuarto de hora del segundo tiempo, cuando Cerro Largo no conseguía acomodarse en el partido y Wanderers lo administraba con cierta comodidad, llegó el segundo de los bohemios, que no fue de penal, pero que llegó de manera casi idéntica a la acción que le había permitido abrir el marcador: fue un tiro de esquina impecablemente puesto por el Chino Rivero, que terminó en un limpio cabezazo del joven defensa Mateo Acosta, que hace apenas unos días cumplió 21 años y convirtió su primer gol oficial.

Con el 2-0, se extendió el dominio local y apenas tuvo que verse el buzo amarillo flúor de Mauro Silveira, que cumplió su partido 100 en el arco de Wanderers y fue homenajeado por el club.

Esa tranquilidad les permitió a los bohemios jugar más suelto y hacia adelante, y así fue como pudieron llegar al tercer gol por la conversión de un penal que le cometieron al juvenil Esteban Crucci y que él mismo se encargó de ejecutar con preciso zurdazo arriba, a los 28’ del complemento.

Con el 3-0, Martínez e Irigoyen dispusieron de las últimas variantes, que incluyeron el debut de Rodrigo Amaral y el retorno después de la lesión y recuperación de varios meses del argentino Francisco Cerro.

Una buena victoria que dará aire a los montevideanos.