Nacional le ganó a Wanderers 3-1 en el Gran Parque Central por la 13ª fecha del Torneo Apertura. Por el empate de Juventud, quedó segundo con 25 puntos, uno menos que Liverpool, que el domingo visitará a Progreso. Los bohemios quedaron en el puesto 14, solo por encima de Danubio y Miramar Misiones.

Tricolores y bohemios se enfrentaron en la Quinta de la Paraguaya. Los bohemios fueron al frente incluso con cierta calidad, un planteamiento que sorprendió a Nacional que, sin embargo, supo mantener la paciencia. La primera entonces fue de Wanderers, la visita estaba dispuesta a proponer y sufrir en la propuesta. Jugar por la propuesta misma o ganar como sea. Antes de los diez minutos, Santiago Guzmán probó pegarle con la curva justa. Recibió de Nicolás Ferreira y acomodó el cuerpo para la ocasión.

Pero Nacional fue paciente. Desde el fondo, Sebastián Coates, con hidalguía, hasta tiró un caño luego de anticipar. Toda una pieza de danza olvidable pero bella. Lucas Villalba como una avispa atontada por un golpe al camoatí. Velocidad y aguijón. Recibió, aguantó, giró entre dos y desbordó y eso valió millones, y fue un cuaderno para la botijada que miraba la televisión. El cuaderno del puntero. Diego Herazo recibió en el área de puntín del Diente Lopez, que cuando juega como en el barrio es implacable. El colombiano se perdería un par de jugadas hasta brindar el gol de la apertura.

Sebastián Coates, de Nacional, Joaquín Zeballos, de Wanderers, durante el partido Nacional vs Wanderers por la decimotercera fecha del Torneo Apertura

Sebastián Coates, de Nacional, Joaquín Zeballos, de Wanderers, durante el partido Nacional vs Wanderers por la decimotercera fecha del Torneo Apertura

Foto: Guillermo Legaria, Agencia Gamba

Herazo aprovechó otro desborde de Villalba, figura otra vez, pero pateó alto, y se limpió el sudor. Aquello de Wanderers se había ido perdiendo de a poco. Jeremía Recoba también probó de lejos. Luciano Boggio exigió a Mauro Silveira, que sintió el asedio. Sobre el final del primer tiempo, Gabriel Báez jugó directo para Herazo, que peinó, y el Diente López, como en un paño de la calle, la picó por encima de Silvera, que fue un espectador. El gol fue constatado por el VAR.

En el segundo tiempo siguió el mismo tenor, más allá de que, a los 5’, Luis Mejía evitó el empate de Joaquín Zeballos, que podría haber cambiado las cosas. Nacional volvió a sí mismo, volvió al protagonismo, a estirar la agonía de los otros, la esperanza de los propios. El tricolor tuvo en el Diente lo que supo darle, lo que esperó, lo que él espero de sí mismo para con su club de toda la vida. El ídolo siempre devuelve el cambio. El hincha lo saluda, le agradece, le pide perdón, aunque para el hincha la camiseta no tenga nombres, sino tan sólo números. La camiseta es la camiseta y el recuerdo es otra cosa. El Diente renovó el recuerdo, sacó un nuevo capítulo de su propia serie. Convirtió el segundo para que la sinopsis del segundo tiempo confirme la del primero.

Aunque Wanderers movió los cambios y Nacional tuvo en los suplentes con qué renovar -lo que en realidad funcionaba pero se iba desgastando-, el partido se tendió en la cuerda, el goteo fueron las canciones del repertorio de la hinchada. El sudor de los que mandan y el de los que sufren. Nacional estiró el campeonato, Wanderers se hundió en el sofá mirando el replay.

El saldo del partido dice que el Diente Nicolás López fue figura pero fue amonestado y, por acumulación de cinco tarjetas amarillas, será suspendido por un partido. No jugará ante Cerro el próximo sábado. Diego Herazo pidió el cambio y salió dolorido, luego de hacer un gran trabajo.

Rodrigo Rivero y Nicolás Royón avisaron pero el partido se fue yendo. Recién en los descuentos, Rodrigo Rivero se sacó las ganas de tiro penal. Sin embargo, Gonzalo Petit, que había ingresado en la rotación que el partido le permitió a Peirano, asistió a Luciano Boggio, otro de gran partido, que se ocupó de firmarlo con calidad.