Se terminó el torneo con una mezcla de sensaciones para el pedrense. La alegría del triunfo, con la desilusión de no lograr el sueño de ser campeón. Nada debe tapar el gran certamen que logró el equipo de Diego Monarriz, que se despidió venciendo 2-1 a Progreso en el Parque Paladino.

Pasaron por todos los estados. La ilusión de jugar una final, la ansiedad escuchando los resultados de los otros partidos y, en el cierre, la bronca de que las noticias que llegaban de las otras canchas no eran positivas.

Para soñar

Juventud terminó ganando 1-0 en el primer tiempo, y con los resultados de las otras canchas en ese momento iba a desempate con Liverpool, que estaba igualando sin goles con Cerro Largo.

Los primeros 45 minutos de fútbol en La Teja fueron muy entretenidos, casi no existió la mitad de la cancha. El que veía fútbol sin contexto jamás podría imaginar que se enfrentaba un equipo peleando el campeonato con otro que lucha por mantener la categoría. Los dos apostaron al juego directo sobre la tenencia, saltearon la mitad de la cancha y hubo muchas situaciones de gol, sobre todo con pelotazos a las espaldas de los laterales.

El gaucho tuvo un par con Nicolás González, que no pudo definir con claridad en el área, y con Agustín Moreira, que corrió metros antes de quedar mano a mano con Sebastián Sosa, y dentro del área definió cruzado y ancho. Juventud también inquietó con Agustín Rodríguez y Bruno Larregui movedizos, y Jonathan Urretavicaya moviendo los hilos en la mitad de la cancha.

En el único gol del primer tiempo, el goleador Rodríguez bajó a buscar el balón en mitad de cancha, giró notable y puso un pase quirúrgico para Chagas, que, cayéndose, definió ante la salida de Nicolás Gentilio para el delirio de la tribuna visitante. “Terminalo”, se escuchó decir a algún pedrense, en una mezcla de ansiedad e ilusión por un final de la tarde que mantuviera el sueño latente.

Los pies en La Teja, la oreja en la radio

El segundo tiempo arrancó con una situación de Rodríguez, pero atrapó Gentilio. Después de eso hubo varios minutos de dominio de Progreso en balón y terreno, aunque no pudo traducirse en situaciones peligrosas.

Juventud aguantó bien parado, con la línea de cuatro sacando todo lo que llegó cerca. Además, cada vez que el rival quería salir en transición, cortó con faltas en la mitad de la cancha, a sabiendas de que se sentía cómodo defendiendo envíos aéreos.

El segundo gol parecía liquidar las acciones. Bruno Larregui recuperó ante el error en la salida de Nicolás Olivera y, cuando llegó al área, sin egoísmo, tocó al medio para Rodríguez, que convirtió con facilidad.

Cuando las radios y los celulares tomaban protagonismo absoluto en la tarde tejana esperando un empate de Cerro Largo en Belvedere, llegó el descuento locatario en un centro en que el lateral izquierdo Emmanuel Mas la metió en contra.

Hubo incertidumbre en el final, por más que Progreso no generó situaciones claras. Las noticias que recibió Juventud desde otras canchas no fueron buenas y en los últimos minutos se dedicó a defenderse con pelota para cerrar una campaña histórica, siendo su mejor registro en el fútbol profesional.

.