El fútbol como estímulo secundario de la vida de nuestros días es o era bastante frecuente en un grupo de muchachos y muchachas, de mujeres y hombres que, claro está, andan por sus horas y sus meses con otras preocupaciones y realizaciones, algunas frustraciones hijas de otras tantas expectativas, momentos de certezas y de alegrías, de puede ser, de vale estirar ese sueño, esas ganas.

Que no haya fútbol de verdad, el de la cancha, el del pasto y las tribunas, el del sol o el frío, de tangerinas o café, de mate y tortas fritas sólo por un fin de semana no promueve ni desencadena ningún proceso vicioso de los que pareciera que la bola de nieve nos condujera al fin de nuestros días, pero sí provoca una sensación exagerada de falta de estímulo, de ausencia de lo que uno está esperando aunque no lo esté esperando, porque ni siquiera sabías que tu cuadro debía jugar tal o cual partido, porque hace semanas que no vas a la cancha o porque directamente no pensabas ir este fin de semana, porque en realidad cada sábado, cada domingo te robás una pantalla de tu propia casa para enchufarte con gringos ajenos, de los que no conocés un solo hincha real, como los de Manchester City, París Saint-Germain, Bayern Múnich, o con Boca, Racing, Barcelona o Real Madrid.

Feo es cuando no hay fútbol de verdad, como pasó en la pandemia, cuando los expendedores de pantalla debieron llenar sus espacios en continuado, como novela turca, de pantallas verdes de estadios del mundo, y empezaron a pasar capítulos viejos para atenuar el síndrome de abstinencia de fútbol real o virtual en estadios que son no lugares de la aldea global.

No hay fútbol

Alguien, tal vez en la redacción, tal vez en la verdulería de la esquina, me preguntó si habría fútbol este fin de semana, aunque fuera el sábado o el viernes, ese amante feliz de las horas que vendrán. Contesté que no y procurando extensión e información desagregué: no habrá ni uno de los ocho partidos de la última fecha del Apertura de la A, que tiene su título en juego entre Liverpool –que tiene 29 puntos y acaba de perder el invicto en la fecha 14–, Nacional –al que muchos habían despedido del campeonato y que ahora tiene 28– y Juventud de Las Piedras, la gran revelación del torneo, que desde la B ha peleado el campeonato de punta a punta y tiene 27.

Tampoco hay partidos de la B, agregué, activando una prosodia propia de un profesor de Física o, fíjense ustedes en los raros equilibrios de la sociedad, de un parroquiano de un viejo mostrador, un todólogo de los que saben por viejos más que por zorros. “Esa que los periodistas ahora llaman Segunda División Profesional”, agregué, no comenzará su fase regular sino hasta el otro fin de semana, después de que el domingo pasado Tacuarembó le ganara 1-0 a Atenas de San Carlos la final del Competencia y asegurara como mínimo su presencia en los playoffs de fin de temporada por el tercer ascenso.

Pero hay más, dije, sacándome los lentes o bajándome el cierre de la camperita NR: no se jugará ni uno solo de los 44 partidos de la Copa Nacional de Clubes A y B que, por ejemplo, el fin de semana pasado se jugaron en 32 ciudades, pueblos o villas diferentes de todo el país. Son 32 participantes de la Copa A –los diez que mantuvieron la máxima categoría, más los 18 campeones departamentales que se renuevan o no anualmente y los cuatro que ascendieron de la Copa B– y 56 los que juegan la Copa Nacional de Clubes B.

Tampoco habrá ni uno solo de los partidos de fútbol femenino de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que está jugando el Clasificatorio en la A y en la B.

Le digo más: ninguno de los 55 partidos de todas las divisionales de mayores de la Liga Universitaria de Fútbol, ni de todas las demás categorías, tendrá actividad.

Cuando ya me iba –si estaba de campera sería en la verdulería, pero si jugaba con los lentes para mí que era en la redacción– aclaré: hay sí dos partidos patrocinados por la AUF y la Organización del Fútbol del Interior (OFI) y son los correspondientes a la Supercopa Amateur AUF-OFI, que tendrá dos definiciones hoy en Fray Bentos, ambas en el Liebigs y con dos copas diferentes. A las 13.30 Porongos, campeón de la Copa Nacional de Clubes A 2024, enfrentará a Artigas, campeón de la C también de la temporada pasada; a las 16.30 Nacional de Salto, que ganó la Copa B, enfrentará a Deutscher, campeón de la B.

Lo más importante de lo menos importante

La frase “el fútbol es lo más importante de lo menos importante” se la atribuyen al deportista Jorge Valdano, futbolista campeón del mundo con Argentina en 1986 y múltiple campeón con Real Madrid, entrenador exitoso, secretario deportivo de gran desempeño y, por la vía de los hechos, comunicador y periodista. El santafesino del pueblo Las Parejas dijo: “Mi gran amor fue la pelota. Me gustaría que me recordaran como alguien cuya singularidad ha sido haber dado la vuelta entera alrededor del fútbol. He sido hincha, jugador de cantera, jugador profesional, entrenador, directivo, estoy en los medios de comunicación”.

Hace poco Valdano expuso en el espacio académico Concilium, que forma parte del Departamento de Teorías y Análisis de la Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Allí dijo que en su pueblo de apenas 8.000 habitantes el fútbol era monocultivo, y eso me disparó ipso facto a La Horqueta.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejados en el censo de 2023, La Horqueta es una localidad de Colonia que tiene 124 habitantes, 67 de los cuales son varones. Cuando se discriminan por edad, hay un 18,4% de hombres de entre 15 y 34 años que viven en La Horqueta, situada 26 kilómetros al norte de la capital departamental y 33 kilómetros al oeste de Tarariras. Son potenciales 23 futbolistas entre los nacidos varones que viven allí. El pueblo tiene un cuadro de fútbol, Horqueta Wanderers, que data del 16 de diciembre de 1942, fue histórico campeón 2024 de la Liga de Fútbol de Colonia y por eso consiguió participar en la máxima categoría de la Copa Nacional de Clubes de la OFI.

El pensador del fútbol santafesino expresó en su reciente charla ante los estudiantes universitarios: “Hay varios caminos para ser periodista deportivo. Sepan de todo, porque el que sabe de todo va a tener el poder de explicar el fútbol de una manera seductora. Hay caminos más cortos, maneras espectaculares de ser periodista en programas como El chiringuito, que tienen muchísimo éxito. Pero hay otro camino, llamémosle el de ilustrarse, el de aprender, el de saber de todo, para saber más de fútbol, que es aquello donde a mí me plantaron y donde yo germiné. En el fútbol cabe absolutamente todo: las emociones, las razones, la economía, la cultura popular. Pues es un mundo absolutamente infinito”.

Horqueta Wanderers de La Horqueta, departamento de Colonia, tiene en su monocultivo de fútbol sobre una centena de habitantes, el más grande e impensado logro que un club de la OFI puede tener, ser campeón de su departamento y además jugar su propia orejona.

La OFI presentó este año, antes del inicio de la competición, un voluminoso documento de 67 páginas denominado Copa Nacional de Clubes a Reglamento particular de la competición, que señala en su página 16 que cada club tenía plazo hasta el 23 de abril para presentar una lista de buena fe de hasta 40 jugadores habilitados en el sistema Comet. Volvamos a las páginas del INE y hagamos doble clic en el visualizador del censo de 2023. Hay que ir a Filtros, elegir primero el departamento de Colonia y después, en Localidad, buscar La Horqueta, hacer doble clic para que se desplieguen esos datos que impresionaran para el lugar de un club que está jugando el máximo torneo futbolístico de la OFI al que puede acceder, la Champions Criolla: 124 habitantes y 52 viviendas particulares.

Ya vimos que tiene 124 habitantes, de los cuales 67 nacieron varones, pero también advertimos que en edad activa de futbolista amateur hay 23 varones, por lo que algo más de la mitad debería estar en la lista y fichado. Habrá que hacer un esfuerzo en el pueblo y extender el universo de elegibles hasta los 39 años, entonces, tomando a los varones de entre 15 y 39 que viven en alguna de las 52 casas de La Horqueta, de las cuales 42 de ellas, inauguradas en 2009, son de ayuda mutua de acuerdo a los planes de Mevir, y llegamos a 29 potenciales futbolistas.

Impresionante, como el fútbol.