Cuando un club con tanta historia continental y mundial como Nacional comienza o clasifica a un torneo de jerarquía internacional, la expectativa es ganarlo, avanzar hasta la final y ganarla, quedarse con todo aunque después a las semanas o meses de competencia ya haya quedado en la banquina. Me animaría a decir que esto pasa con el universo de los equipos grandes, por prestigio y por popularidad, como también lo son Peñarol, River o Boca, Flamengo u Olimpia.

Seguro que con la Libertadores siempre ha sido así para muchos desde 1960, cuando se empezó a jugar y la ganaron los aurinegros, desde que en 1964 se cruzaron en la final tricolores y por primera vez Independiente de Avellaneda, el más campeón, o desde que en 1971 Nacional se la ganó por primera vez a Estudiantes de La Plata. Ninguno de estos clubes y sus aficiones piensan antes de empezar la copa “no, este año no llegamos, no nos da, lo mejor es hacer una buena campaña sin pasar vergüenza”. Mentira, todos piensan en poder ganarla, a pesar de las espantosas asimetrías económicas.

Ninguno de esos clubes nombrados, y por lo menos otra decena que no ha sido contemplada en esta nota para no abundar, arranca la Libertadores pensando que es un buen plan dar pelea para asegurar la tercera colocación y así llegar a la Sudamericana, que otros verán como más accesible. Tal vez dirigentes o deportistas se expresarán de manera cauta o políticamente correcta, o hasta interesada, para no despertar frustraciones que les puedan hacer perder sus lugares haciendo ver las enormes dificultades por el grupo que les tocó o los rivales que pueden aparecer por el camino, pero ningún deportista puro o hincha de crianza podrá suponer que “el club” este año, y todos los años, juega para ver si peleamos la clasificación a la Sudamericana.

A Nacional, en este 2025, le tocó un grupo complicadísimo, es cierto, y objetivamente, en términos de planteles y desarrollos posibles, podía ser el de menos posibilidades de clasificar a octavos de final, sin contar toda la problemática interna que le hizo tener tres técnicos en lo que va de la temporada, pero no por ello los tricolores pensaban en que no sería posible, como se confirmó dos semanas atrás cuando Internacional de Porto Alegre ganó en Montevideo. Ese día, cuando terminó el partido, cuando Nacional supo que no seguiría adelante en la Libertadores, seguro fue cuando se abrazó con ganas a la difícil posibilidad de terminar tercero para ir a los playoffs anteriores a los octavos de final de la Sudamericana.

Y ahora está en esa. Recién ahora está en esa y ha estado bien que así haya sido, por más que los teóricos de las cámaras, los teclados y los micrófonos hayan advertido que no se debía haber regalado en partidos por locas pasiones cuando debía apostar a la Sudamericana.

Combitriple

Nacional jugó a clasificar a los octavos de la Libertadores, pero no le dio. Ya sabe que no sigue adelante en la copa, y entonces tiene una posibilidad de seguir en la competencia internacional si termina tercero en su grupo y le gana a un segundo de la fase de grupos de la Sudamericana por un lugar en los octavos de ese torneo. Para que eso suceda, los tricolores deben ganarle este miércoles a las 19.00 en el Gran Parque Central a Nacional de Medellín y que Inter haga lo propio en el Beira Río ante Bahía.

Si se cumplieran estas dos premisas, Nacional alcanzaría a Bahía en el tercer escalón de la tabla, con 7 puntos, detrás de los 9 que tienen actualmente los colombianos y los posibles 11 de los portoalegrenses, por lo que la posición se definiría por diferencia de goles, primero, y por cantidad de goles a favor, después.

Los otros ítems subsiguientes para el caso de que llegaran a igualar en los dos anteriores son todos favorables a Nacional, por lo que no habría que llegar al sorteo, según está determinado en el 2.4.2 del Manual de Clubes de la Conmebol: “Criterios de desempate. Fase de grupos: en el caso de igualdad de puntos se utilizarán los siguientes criterios de desempate, en el siguiente orden: mayor diferencia de goles. La diferencia de goles se obtiene restando los goles marcados de los goles recibidos. 2° criterio: si la diferencia de goles fuera igual, el club que haya marcado mayor número de goles será el clasificado. 3º criterio: de subsistir la igualdad, la posición se definirá a favor del club con mayor cantidad de goles a favor actuando como visitante. 4° criterio: de subsistir la igualdad, la posición se definirá a favor del club con mejor ubicación en el ranking de clubes de la Conmebol al 16 de diciembre de 2024. 5° criterio: sorteo”. El equipo uruguayo tiene 6 goles como visitante y está muy por arriba del Bahía en el ranking de la Conmebol.

El tema, como se ve, es la diferencia de goles, por lo que para reducir las variables y limitar la de Porto Alegre a que Inter le gane a Bahía no importa por cuánto, es decir, por un gol como mínimo, Nacional precisaría una victoria por dos goles para quedar con la misma diferencia de goles (-2), pero con más goles a favor, salvo que la victoria de los de Peirano fuese 2-0 y el equipo de Luciano Rodríguez y Michel Araújo perdiera 5-4. En ese caso quedarían igualados en los dos primeros rubros, pero Nacional tendría más diferencia de goles convertidos como visitante (6), contra los hipotéticos 5 que podría sumar Bahía.

Difícil por tres puntos

Nunca es querer y poder. Si fuera así, no habría campeonatos. Tampoco es una simple y lisa comparación con los antecedentes, pero si bien es muy frágil argumento cruzar datos de otro partido, en el que se enfrentaron en otras circunstancias totalmente distintas, en otro lugar y con muchos puntos por pelear todavía, hay que pensar que, más allá del 3-0 con el que el Nacional colombiano sopapeó a los tricolores en el Atanasio Girardot, el Nacional uruguayo había hecho una contienda interesante hasta el final del primer tiempo, cuando lo clavaron como un zapato viejo y ya fue otra cosa el complemento de aquel equipo de Martín Ligüera.

Para el partido de este miércoles, Peirano no podrá contar con su capitán Sebastián Coates, desgarrado hace dos semanas ante Inter, Jeremía Recoba, que recibió un golpe, ni Diego Herazo, que tiene un problema muscular. La oncena no está confirmada, pero es posible que pueda ser con Luis Mejía en el arco, Lucas Morales, Paolo Calione, Julián Millán y Diego Romero; Luciano Boggio, Christian Oliva y Rómulo Otero o Mauricio Pereyra; Lucas Villalba, Gonzalo Petit y Nicolás López.

Nacional de Medellín, que ya tiene asegurada su plaza en octavos de final, aunque no la primera colocación, que sólo la mantendrá si gana, alinearía a David Ospina, Andrés Román, Juan José Arias, William Tesillo y nuestro compatriota Camilo Cándido como lateral izquierdo; Jorman Campuzano, Matheus Uribe, Marino Hinestroza, Edwin Cardona, Billy Arce y Alfredo Morelos.