Nacional perdió 2-0 en el Gran Parque Central con Internacional de Porto Alegre y quedó último en el grupo F, que lidera Nacional de Medellín con 9 puntos, seguido por Inter con 8, Bahía con 7 y últimos los uruguayos con 4. Los tricolores ahora sólo pueden aspirar al tercer puesto, para lo que deberán ganarle al conjunto colombiano en la última fecha en el Gran Parque Central y esperar que Inter en Porto Alegre le gane a Bahía, y después ver cómo quedan en diferencia de goles. Complicado.

Fue un partido muy parejo, en el que una desatención, un detalle al final del primer tiempo, puso patas para arriba el juego para los uruguayos por el gol de Ricardo Mathías que cambió todo. El segundo tiempo fue una sucesión de ataques y búsqueda del empate de los tricolores, pero en la última una carrera solitaria de Aguirre desembocó en el segundo gol portoalegrense.

Una lástima, pero Nacional nunca pudo encuadrarse en la situación que debía enfrentar.

Algo va a pasar

El ambiente único, intransferible, que mezcla el espíritu y la historia de la copa, la esperanza siempre viva del fútbol uruguayo y la capacidad y fiereza del fútbol gaúcho, todo resumido en un partido con tinte histórico de la Libertadores. Una final transferida en años y escenificada como una final inmediata para el futuro de ambos clubes, que sabían que su mañana dependía de un buen resultado.

Nacional dio tempranamente un aviso de su situación: a los dos minutos ya había anotado un gol que no subió al marcador porque Nicolás Diente López, el protagonista de la definición, había arrancado unos centímetros en posición adelantada, pero ya demostraba y mostraba cuál era la circunstancia para el equipo de Pablo Peirano.

El entrenador de los tricolores cambió el esquema táctico con el que había enfrentado con éxito a los dos equipos brasileños en sus últimos partidos –una línea de tres que le permitía tener un buen soporte por las bandas, especialmente por la derecha– y habilitó la presencia de Mauricio Pereyra para poder lanzar a Lucas Villalba, doble marcado, y al Diente López.

Los tricolores, con ese medido empuje del local que sabe que puede pero que no debe desesperar, perdieron un par de pelotas en el penúltimo pase y promovieron dos rapidísimos contragolpes que generaron peligro e hicieron necesaria la intervención de Luis Manotas Mejía para salvar su arco.

El equipo portoalegrense hizo opción por presionar la pelota y eso perturbó algo la salida tricolor y el encuentro liberado de Villalba para arrancar por la derecha. No obstante, antes del cuarto de hora el velocista de la raya había logrado dos carreras que se habían transformado en situaciones peligrosas.

Resolver la trampa que le ponían a Villalba bien podía significar liberarlo y generar la supremacía con el soporte de compañeros que le acercaran el juego, o bien sacrificarlo y llevar la pelota hacia otro lado para poder desequilibrar.

El apagón

Una carrera letal de Villalba por la derecha, que por tercera vez dejaba atrás a todo lo que estaba cerca, terminó en un centro que iba para Diego Romero, pero que tomó López, inhabilitado, en el medio, por lo que la jugada fue invalidada. A la frustración por no convertir el gol se sumó una queja por dolor muscular de Villalba, que puso en aviso a Peirano, a sus compañeros, a todo el estadio y a cuanto hincha de Nacional estaba mirando el partido, escuchándolo, incluso pensando en él. Un aviso terrible, como la nieve de El Eternauta.

Las complicaciones se empezaron a suceder con la salida por lesión de Sebastián Coates, que tuvo un problema muscular, el sacudón de un gol que finalmente no valió por posición adelantada de los gaúchos y, finalmente, en el minuto 46, el gol válido del joven Ricardo Mathías, que anticipó cruzándose en el área a Paolo Calione, quien había ingresado por Coates, y definió cruzado venciendo inapelablemente a Mejía. Un momento terrible.

Nacional sufrió la salida de los vestuarios con los cambios que buscaban el empate, no porque no encajaran el carmelitano Gonzalo Petit, ni el tano Jeremía Recoba –quienes sustituyeron a Pereyra y Romero–, sino porque la desesperación y el desencuentro fueron variables que precisaron cinco minutos para ajustar; después, los tricolores fueron un vendaval.

Viento cruzado

A los diez minutos debió haber llegado el empate con un doble enganche de un lado para el otro del Diente López y un zurdazo que aún está sacudiendo el travesaño de la Abdón Porte.

Se empezaron a multiplicar los ataques uruguayos, aunque sin éxito, y se empezaron a sumar más jugadores en ofensiva con el ingreso de Diego Herazo, que entró en lugar del lateral Gabriel Báez, que no había funcionado, y del venezolano Rómulo Otero, que sustituyó a Luciano Boggio. Quedaron Villalba, Herazo, López, Petit y Recoba como atacantes y casi sin defensas.

Fue un ataque tras otro, un córner tras otro y un par de casi goles increíbles más otra pelota en el travesaño a tiro libre de Otero, pero no llegó la pelota a esas redes y sí en la última jugada, al final, y después de una posible falta sobre Christian Oliva, con todo Nacional menos Mejía en campo contrario, el argentino Aguirre se metió con pelota y todo para marcar el 2-0 que definitivamente eliminó a Nacional de la Libertadores y lo dejó complicadísimo para llegar a la Sudamericana.

Foto del artículo 'Sin salvación: Nacional perdió con Inter y se despidió de la Libertadores'

Última fecha

Miércoles 28/5
19.00 Nacional - Atlético Nacional. Gran Parque Central
19.00 Internacional - Bahía. Beira Río

Posiciones

Equipo PTS PJ PG PE PP GF GC DG
Atl. Nacional 9 5 3 0 2 7 5 2
Inter 8 5 2 2 1 10 7 3
Bahía 7 5 2 1 2 4 5 -1
Nacional 4 5 1 1 3 6 10 -4