Nacional le ganó tres partidos seguidos a Aguada para dar vuelta la serie, algo que no había pasado nunca en la Liga Uruguaya. La última final fue épica, tuvo absolutamente todos los condimentos, lo ganó Nacional por un doble en el partido definitivo.
Bernardo Barrera, de Nacional, Jamil Wilson, de Aguada, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
El mejor equipo de la fase regular fue el campeón, pese a que tuvo que cambiar a su figura en el medio de la serie final por lesión. Patricio Prieto, el capitán, MVP de las finales, puso triples vitales para ganar el juego 6 y el 7. Tiene 22 años, fue formado en Nacional, es su club, bastión de la juventud.
Donald Sims, de Aguada, y Michael Smith, de Nacional, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Álvaro Ponce, un técnico que la venía peleando hace años y no lograba coronar pese a que mostraba ser uno de los mejores del medio. Y Luis Gallo López, el presidente de la comisión de básquetbol, un referente: fue jugador y es directivo desde que el club deambulaba en segunda división.
Hinchas de Aguada, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Liga Sudamericana y Liga Uruguaya. Año soñado, temporada perfecta. Premio a un proceso de construcción de la institución que fue dando pasos adelante en los últimos años.
Al ritmo de Aguada, ganaba Nacional
El primer tiempo se jugó bajó una tónica que le servía más a Aguada, a un ritmo bajo y de pocas posesiones. Incluso Nacional tuvo máxima de 13 puntos, pero se fue solamente 40-33 arriba al descanso largo, cometiendo errores en el cierre.
Hinchas de Nacional, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Obviamente, en una final decisiva siempre es mejor estar ganando en el marcador, pero la sensación en el entretiempo en el Antel Arena era que el bolso debió tener una renta mayor.
El rojiverde falló tiros claros con un flojísimo 5/19 en tiros desde más allá de los 6,75. Además, casi no pudo involucrar a sus extranjeros en el goleo; Frank Hassell no anotó, Donald Sims puso dos bombas y Jamil Wilson recién apareció en el final. El capitán Juan Santiso salió a apagar el incendio tirando del carro anotador.
Donald Sims, de Aguada, y Ernesto Oglivie, de Nacional, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Nacional fluyó muchísimo más, con pasajes fulgurantes de Michael Smith y João Maozinha Pereira, y además Ernesto Oglivie fue el más regular. Defensivamente el tricolor mejoró en la toma de rebotes en aro propio durante el segundo cuarto y eso le permitió llegar jugando y agarrar mal plantada a la defensa rival.
De actores de reparto a héroes
Aguada empató rápidamente con Wilson y Santiago Vidal. Además se lastimó Oglivie, y parecía que Aguada estaba en su momento de la noche. Pero Nacional tuvo jugadores que dieron pasos adelante: Bernardo Barrera metió dos triples consecutivos; en el cierre, cuando volvió a estar fea, Gianfranco Espíndola también aportó un triple fundamental.
Frank Hassell, de Aguada, y Patricio Prieto, de Nacional, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Wilson sostuvo a Aguada, siempre; más allá de algún chispazo de Vidal y Sims, fue el extranjero interno el que anotó con todos los golpes para que el rojiverde siguiera con vida.
Hinchas de Nacional, el 1º de junio, en el Antel Arena.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
En el cierre, Prieto embocó el balón del campeonato desde la esquina para sacar cuatro. Aun así, el final fue de locos, hubo un triple y foul de Wilson, que tiró el libre para empatar de forma épica pero erró, la tocó afuera Maozinha y el balón volvió a ser rojiverde. Insólitamente, había seis jugadores aguateros en cancha y fue técnico.
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Prieto metió el libre para abrir dos y Aguada volvió a tener una nueva chance, contra la chicharra. La bola para ganar salió y el triunfo fue en tres colores, desatando un festejo que superó la medianoche en el Antel Arena.