El primer turno del domingo dejó dos resultados esperados pero con goleadas sorpresivas. Bayern Múnich superó 10-0 a Auckland City de Nueva Zelanda en el resultado más abultado incluyendo la Copa Intercontinental y el Mundial de Clubes.

Las diferencias fueron evidentes entre una potencia del fútbol europeo y un equipo que, por más que viene de ser campeón de Oceanía en las últimas tres temporadas, es semiprofesional.

A los 21 minutos el resultado ya tenía cuatro goles de diferencia, fue un paseo de salud para los alemanes, que son máquinas que no paran, jamás. Jamal Musiala, que entró a los 15 minutos del segundo tiempo, hizo un hat-trick; además hubo dobletes de Kingsley Coman, Michael Olise y Thomas Müller; el restante fue de Sacha Boey.

En el elenco neozelandés estuvo en el banco de suplentes el arquero Sebastián Ciganda, que tiene 31 años y nació en José Enrique Rodó. Se formó en Nacional, pero su carrera futbolística parecía trunca cuando viajó a Nueva Zelanda a trabajar, como muchos jóvenes uruguayos. En el país oceánico retomó el fútbol hasta llegar al Auckland City y ganarse un lugar en el Mundial de Clubes.

El imparable París Saint-Germain

El reciente campeón de la Champions League goleó 4-0 a Atlético de Madrid, pese a contar con algunas bajas, como la de su figura Ousmane Dembélé y Bradley Barcola. Era el gran partido de la jornada, pero fue un festival parisino, que desde la mitad de la cancha dominó completamente a los españoles.

Fabián Ruiz y Vitinha fueron las grandes figuras y anotaron un tanto cada uno en el primer tiempo. Sobre el final ampliaron diferencias los jóvenes Senny Mayulu y Kangin Lee, de penal.

Los madrileños terminaron con diez por la expulsión de Clement Lenglet, que le abre las puertas a José María Giménez para el próximo encuentro; el uruguayo estuvo en el banco de suplentes pero no ingresó.

Julián Álvarez había descontado promediando el complemento en un gol que pudo ponerle incertidumbre al final, pero fue anulado a instancias del VAR por falta en la recuperación en la mitad de la cancha. Fue el único momento en que el colchonero soñó con ponerse en juego. Goleada dura para los de Diego Simeone.