Era el partido por la punta. El que ganara se quedaba arriba de todo, solo o acompañado, pero arriba. Ganó Cerro Largo y quedó al tope y con puntaje perfecto: 9 sobre 9, un lunes de una fea noche de agosto, en Melo, con poca gente y mucha expectativa.
En la segunda parte el equipo de Danielo Núñez pudo encontrarse como quería, como había pensado, y pudo superar a Danubio, que había sido mejor en la primera parte.
El gol de la definición llegó cuando faltaban poco más de diez minutos para el final, cuando quizás había pasado la ola de ataques albiazules en el Ubilla. Llegó en los pies de Franco Rossi y le da por unos días –que Cerro Largo querrá que sean semanas– la punta absoluta y en solitario del campeonato.
Lunes otra vez
Con los dos equipos yendo por la punta del campeonato, el partido tuvo un arranque atractivo por la propuesta de juego y porque Danubio, el visitante, se volcaba con mucha gente y con acierto sobre el arco de Gino Santilli.
El equipo montevideano comenzó mejor jugando en campo arachán, pero Cerro Largo mantuvo el control del juego y en ningún caso quiso echarse atrás. La actitud y la forma de avanzar de los danubianos sobre campo rival eran el factor que hacía que los ataques se repitieran.
Se fue diluyendo la peligrosidad de los ataques en función de la caída de los aciertos de los pases y de las combinaciones, principalmente danubianos, mientras el director técnico de Cerro Largo ejercía su función y vociferaba como un hincha, demandando que sus jugadores no se escondieran o que se juntaran de manera más adecuada.
Al cierre de la primera etapa, una magnífica trepada de Lautaro Vázquez por la derecha, dejando a cinco jugadores detrás en su carrera, terminó en centro atrás y con la definición apenas afuera del argentino Rossi, que le terminó sacando lascas al caño de Mauro Goicoechea.
En el segundo tiempo cambió todo o casi todo. Cerro Largo salió desde los vestuarios con otra predisposición y mucha más acción atacante, moviéndose en bloque y con velocidad. De alguna manera, eso sorprendió y desconcentró a Danubio, que no pudo repetir lo hecho en la primera etapa.
Está claro que fue otro tipo de partido, en el que los arachanes sumaron ataques por los laterales y buscaron la posibilidad de asistir a Rossi, que se sigue mostrando como un futbolista de enorme peligrosidad.
Así, en el minuto 77, una carrera y corrida de Maximiliano Añasco por la izquierda terminó en una asistencia al delantero argentino. Este, en posición comprometida, definió con un pase a las redes para anotar el gol del equipo melense. En la televisión pareció que no iba a subir al marcador, pero, tras el trazado de líneas, la azul terminó habilitando al goleador.
Ganó y es puntero solo y solito.