Uruguay jugó amistosos en Cali en su comienzo de la preparación para la Americup, que va del 22 al 31 de agosto en Managua, Nicaragua. La celeste tuvo una semana de preparación en Montevideo en el gimnasio de Guruyú Waston, en la Ciudad Vieja.

En tierras colombianas hubo dos días de entrenamiento, y se sumó Bruno Fitipaldo para quedar con plantel completo de cara a los amistosos, en los que Uruguay venció a Colombia 89-71 y a Venezuela 81-70.

Se vieron cosas muy interesantes en el equipo que dirige Gerardo Jauri. El plan de juego está muy claro: defender intenso y con cambios permanentes, atacar desde la primera ventaja, y en las ofensivas largas poner la pelota en manos seguras y el resto ocupar bien los espacios. La idea se sostiene y está bien interpretada. Es un plantel que explota sus virtudes y limita sus carencias, donde todos tienen la confianza para tomar sus tiros. Tiene identidad, lo que es satisfactorio para cualquier entrenador.

Si bien el plantel uruguayo no tiene mucha envergadura física, hay varios basquetbolistas atléticos que miden más de dos metros. Eso permite emparejar la lucha por el rebote con rivales de mayor talla y cerrarse bien en las ayudas cuando hay que bancar a oponentes de peso en el juego interno.

En ambos amistosos anotaron los 12 jugadores del plantel; Fitipaldo en el primero y Véscovi en el segundo fueron las vías de gol más constantes dentro de un colectivo que funcionó adecuadamente.

Santiago Véscovi: “El estilo de juego me queda cómodo”

El zurdo habló con la diaria sobre la preparación de Uruguay para la Americup, el futuro de la selección y su llegada a Peñarol para la próxima Liga Uruguaya.

Véscovi analizó el proceso hasta el momento: “Estoy muy contento, agradecido con el cuerpo técnico y toda la gente que trabaja con nosotros por la disposición para que no nos falte nada; generaron un ambiente muy bueno, todos tiramos para el mismo lado y nos hacemos mejores los unos a los otros”.

Sobre el rol que está teniendo en el liderazgo del plantel, más allá de lo deportivo, dijo: “Cada uno aporta su granito de arena desde donde le toca; tuve la suerte de haber jugado en el exterior en diferentes equipos, con otras personas; eso me da algunos hábitos que intento trasladar. Estoy abierto a correcciones, y cuando siento que puedo ayudar a mis compañeros lo hago”. Sobre la forma de jugar de Uruguay, contó: “Es un estilo que me queda cómodo, lo disfruto, apuntamos a un juego rápido y tomar las ventajas cuando las tenemos”.

El torneo es un fin en sí mismo, pero también un medio para continuar creciendo a futuro, con la clasificación al Mundial en el horizonte, y así lo analizó Véscovi: “Se ve un grupo de jugadores jóvenes; la Americup es un presente donde nosotros vamos a ir a competir y plantear lo nuestro. Pero también se proyecta una mixtura de experiencia y juventud con la que vamos a estar en los próximos años jugando por Uruguay, estamos creando una buena base”.

En cuanto a los amistosos, apuntó que “ayudan mucho para saber dónde estamos parados, corregir las cosas y agarrar ritmo de juego, ya que la mayoría estábamos fuera de temporada. Nosotros damos ventaja físicamente, la comunicación adentro de la cancha es fundamental para entendernos, saber dónde está el compañero; los amistosos ayudan a jugar juntos y conocernos por ese lado”.

Para cerrar habló del desafío personal en su vuelta a Uruguay y dijo que está “muy contento por jugar en Peñarol”. “Es un mundo que está buenísimo, tengo muchas ansias de empezar, pero estoy con la cabeza tranquila de que hay que laburar porque en el día a día se toman los hábitos que luego se muestran en los partidos”, concluyó.