Boston River le ganó bien a Peñarol en Florida por 2-1 con goles anotados por Guillermo López y Augustín Albarracín, uno en cada tiempo, mientras que para los aurinegros descontó Matías Arezzo en la segunda parte. Fue una muy buena victoria del equipo de Jadson Viera ante una formación improvisada de Peñarol que guardó a sus titulares en el entendido de que el partido del martes en Avellaneda ante Racing lo es todo para seguir en la Libertadores, pero sin dejar de ver que este tropezón en la Anual le puede llegar a complicar su aspiración de definir en el Uruguayo.
¡Helados!
Nunca he revisado cuál es la temperatura que indican en los refrigeradores o los freezers, pero entiendo que el Campeones Olímpicos de Florida, a pocos metros de donde corre el Santa Lucía Chico, podría haber tenido helados y otros congelados en sus butacas este viernes a la noche, y se mantendrían impecables.
El frío en la Piedra Alta era muy intenso, pero ello no paró a ninguno de los miles de hinchas que se hicieron presentes en el histórico escenario donde Boston River juega cada 15 días. Peñarol no tiene tantas instancias ante los floridenses, pero eso no impidió que llegaran miles a la tribuna Nasazzi, a la platea Pato Ferreri y a la tribuna Amado Fleitas, la cual se dedicó exclusivamente para hinchas de Peñarol, que llenaron sus cientos de lugares.
Con ninguno de los futbolistas carboneros que puedan sumar más de 10 o 15 partidos en la cancha, y con apenas dos de los que fueron titulares el martes, Peñarol plantó un equipo absolutamente nuevo, sin otra posibilidad de ensamblaje que lo que hicieran en la cancha. Pero aun así, por sus capacidades, por lo que empuja su gente y por su historia tal vez, se adueñó rápidamente del trámite del juego, sin que Boston River, con sus titulares menos su capitán Martín González suspendido y el estadounidense Anello, pudiera acomodarse debidamente en el partido, por lo menos durante el primer cuarto de hora.
En una pelota quieta, modelo ollazo, la pelota enviada por el rochense Juan Joyita Acosta cayó al área y allí Bortagaray se vio muy suelto, pero no logró generar la definición que se podía esperar. Fue el primer aviso de Boston River.
De a poco se fue soltando algo el casi local, pero, sin embargo, el dominio parecía ser de Peñarol, que por lo pronto llevaba a varios de sus futbolistas al campo contrario.
Poco a poco el equipo rojiverde fue ganando en presencia en el campo aurinegro y el joven López, de lateralidad derecha pero jugando por izquierda, empezó a pasar rapidísimo por el lado de la platea Jorge Omar Ferreri, desbordando al Zorro Suárez y poniendo centros que por tres o cuatro veces no lograron ser conectados por los atacantes del sastre, fundamentalmente porque Felipe Avenatti, el grandote centrodelantero que justamente este año pasó de Peñarol a Boston River, se tiraba muy atrás para empezar las jugadas.
La creciente
Había crecido suficientemente Boston River en su caudal ofensivo y, después de un par de tímidos avisos en los que el golero chileno Cortés intervino sin demasiada pericia, hubo un incisivo ataque por izquierda del duraznense Freddy Martínez que, al poner la pelota al área, fue despejada al córner. Justo desde ese córner vino el gol de Boston River, cuando en el primer palo logró peinarla Avenatti y en el segundo palo, sin que hubiese reacción ni del golero ni de los defensas aurinegros, entró López para poner el 1-0.
Fue una buena forma para Boston River de irse a los vestuarios con el control del partido y del marcador, y una complicación para Peñarol que no se solucionaría en los 15’ de descanso, mientras en el círculo central un grupo de floridenses emperifollados de chinas y gauchos bailaban el pericón al borde de la hipotermia.
Pericón con relaciones
Boston agarró el paso y salió de vestuarios al ritmo de la música.
En el segundo tiempo, ya de entrada, se vio que el sastre estaba con confianza y picante, y en tres minutos generó dos clarísimas jugadas de gol que finalmente llegaron justamente en el minuto tres, cuando Albarracín hizo una excepcional jugada, se sacó de encima al golero chileno Cortés y terminó poniendo el 2-0 para los locales, que en realidad se debería decir que son los que hacen de local en Florida.
La diferencia de dos goles seguramente fue una variable que empezó a cambiar el desarrollo del partido; mientras Peñarol se volcaba con todo al ataque de manera desordenada y sin mucha conexión, Boston River se preparaba para dar el mazazo con algún contragolpe.
Los ataques de Peñarol fueron acordes a lo que se podía esperar de este equipo y el arquero Bruno Antunes empezó a revolcarse entre los caños.
El partido entró en la latencia y la tensión de los ataques buenos e incisivos de Peñarol, con especial actividad para el golero Antunes, que hizo grandes atajadas, y los intentos de contragolpes de Boston River, que con Avenatti, López y fundamentalmente Baltazar Barcia parecían cerca del tercero.
En el cuarto de hora, Diego Aguirre dispuso de tres cambios juntos con toda la intención de tratar de cambiarle el sino al partido; por eso entraron Steven Muhlethaler, Maxi Silvera e Ignacio Nacho Sosa para tratar de potenciar aún más al equipo.
Avenatti, el 9 de Boston River, condujo con mucha capacidad y calidad los contragolpes de los rojiverdes y habilitó en más de una instancia a los futbolistas para que estuvieran a nada del tercero. En una de esas jugadas, donde Avenatti hizo de titiritero, en este caso hacia la derecha para Barcia, quien hizo una pared con Albarracín y a la definición del ex bohemio la pelota dio en la mano de Gastón Silva y sancionaron penal, pero a instancias del VAR, el árbitro terminó yendo para atrás en la sanción y no hubo penal.
A los 34 minutos se produjo el gol de Peñarol que lo acercaba y lo traía en el partido; fue una pelota que salió desde la izquierda y se metió Arezzo para poner el gol que acercaba al equipo de Aguirre al empate.
Después, y con Peñarol quemando todos los cambios, el carbonero se tiró con todo en ofensiva buscando un empate que nunca llegaría porque no tuvo la capacidad para desestabilizar a un equipo que aguantó muy firme y, a pesar de la salida de Avenatti, sin dudas la figura del partido, siguió contragolpeando y estuvo cerca del tercero.
Gran triunfo del adaptable y siempre bien equipo de Viera, y una frustración que ahora parece menor para Peñarol, pero que el futuro le dará la medida de cuánto perdió en Florida.
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