En general, cuando hablamos del tipo de cambio hacemos referencia al tipo de cambio nominal, que es la cantidad de pesos que son necesarios para comprar un dólar. De forma más general, es la cotización de una moneda nacional en relación a una moneda extranjera. Por ejemplo, el viernes teníamos que entregar más de 42 pesos para que nos dieran un dólar.

Cuando el tipo de cambio nominal aumenta, decimos que la moneda nacional se está depreciando y que eso ayuda al sector exportador (porque nos hace más competitivos afuera). Sin embargo, por sí solo, el tipo de cambio nominal no es informativo sobre la situación de la competitividad en una economía, o, de otra manera, sobre qué tan caro o barato está el dólar.

Esto es así porque no nos cuenta la otra pata relevante de la historia: ¿qué pasa con la inflación y con los precios domésticos? Entonces, para reflejar el valor real del dólar, o su poder adquisitivo, recurrimos al tipo de cambio real (TCR).

El TCR es un indicador de precios relativos que muestra la evolución de los precios domésticos medidos en términos de moneda extranjera respecto de la evolución de los precios internacionales o de una economía puntual. Por ejemplo, el TCR bilateral con Argentina refleja el poder de compra del dólar en nuestro país contra el poder de compra del dólar en Argentina.

Si bien como indicador de competitividad tiene sus limitantes, la trayectoria del TCR contribuye a arrojar luz sobre la situación en materia de competitividad.