Introducción

Formalmente, la balanza de pagos es el estado que sintetiza las transacciones económicas que tienen lugar entre los residentes de una economía y el resto del mundo. La balanza de pagos está compuesta por distintas cuentas, que se distinguen de acuerdo a la naturaleza de los recursos que son intercambiados:

» Cuenta corriente. Incluye las transacciones de bienes y servicios (intercambio comercial), el ingreso primario (que refiere a las transacciones de servicios productivos) y el ingreso secundario (que da cuenta de las transferencias corrientes) entre agentes residentes y no residentes.

» Cuenta capital. Registra los asientos de los activos no financieros no producidos y las transferencias de capital entre nuestra economía y el resto del mundo.

» Cuenta financiera. Muestra la adquisición y la disposición de activos y pasivos financieros que surgen de los intercambios entre agentes domésticos y externos.

» Errores y omisiones. En el ideal, los registros de créditos y débitos que corresponden a cada una de las transacciones que son registradas deberían coincidir, dado que el criterio de registro de la balanza de pagos es por partida doble. Sin embargo, en la práctica esto no sucede, sea porque las fuentes estadísticas no aseguran los registros de manera simultánea o porque se escapan transacciones que no pueden ser adecuadamente capturadas (como el contrabando).

Cuenta corriente y de capital

De acuerdo a los datos divulgados días atrás por el Banco Central del Uruguay, el saldo de las transacciones corrientes y de capital con el resto del mundo en el año móvil cerrado a setiembre fue deficitario y se ubicó en torno a 283 millones de dólares (0,5% del PIB). Un año atrás, estas transacciones arrojaban un resultado superavitario equivalente a 1,2% del PIB. Al comparar ambos momentos, el cambio se explica por una caída del superávit registrado en la órbita de la cuenta corriente (que pasó de 1,1% del PIB a 0,2% del PIB) y por la reversión del saldo de la cuenta capital (de 0,1% del PIB a -0,7% del PIB).

En un contexto externo complejo, marcado por la caía del comercio y la debilidad de la demanda mundial, las exportaciones uruguayas cayeron por encima de las importaciones: las ventas de bienes y servicios al exterior retrocedieron 16,8% en relación a un año atrás, mientras que las compras al resto del mundo se contrajeron 11,6%. Esto determinó una reducción del saldo de bienes y servicios con el exterior, que actualmente se ubica en el entorno de los 2.425 millones de dólares (en el año móvil cerrado en setiembre de 2019 ese saldo ascendía a 3.735 millones de dólares). Este retroceso se explicó principalmente por el lado de los bienes, aunque el saldo superavitario en el capítulo de servicios también mermó en relación a un año atrás.

Concretamente, en lo que refiere a las exportaciones de mercancías, que cayeron 13,9%, fueron las colocaciones de pasta de celulosa y carne las que tuvieron la mayor incidencia. Sin embargo, también se contrajeron las exportaciones de hilandería, cuero, aserraderos y ganado en pie. En la otra vereda, se observó un buen desempeño del sector arrocero jalonado por las ventas a Cuba, Perú, Turquía y Brasil. Por el lado de los servicios, la caída en relación a un año atrás se explicó por los servicios turísticos, que disminuyeron 37% en un marco signado por la poca afluencia de argentinos durante el primer trimestre y por el impacto de la pandemia que irrumpió a partir de marzo. Este impacto, obviamente, operará con mayor intensidad durante el primer trimestre que está comenzando.

Del lado de las importaciones, la contracción de los bienes fue de 9,4% y fueron el petróleo y los suministros industriales elaborados los rubros de mayor peso en la caída. En el caso de las compras de servicios al exterior, la caída se concentró en los gastos por turismo que realizaron los uruguayos en el exterior (-48%), aunque también cayeron las importaciones de servicios de transporte (-24,6%). En contraposición, creció la categoría “otros servicios”, que entre otras cosas incluye los servicios de informática e información que experimentaron un aumento de 49,1%.

En lo que hace al ingreso primario, se registró un descenso del déficit de 739 millones de dólares en el año móvil cerrado al tercer trimestre (hasta los 2.486 millones de dórales). Esto se explicó por un menor déficit del sector privado, en tanto el sector público dio cuenta de un mayor resultado negativo.

Cuenta financiera y errores y omisiones

Por su parte, la cuenta financiera arrojó una salida neta de fondos equivalente a 532 millones de dólares durante los 12 meses cerrados en setiembre (préstamo neto al resto del mundo) que fue producto de los movimientos realizados tanto por el sector público como por el privado. En el caso de los movimientos que no fueron registrados, y que se incluyen dentro del rubro “errores y omisiones”, el monto ascendió a 815 millones de dólares. En el caso del sector privado, la salida neta de capitales fue consecuencia de los movimientos de la inversión de cartera y de otra inversión, mientras que en el caso del sector público ese resultado fue producto de una mayor acumulación de activos de reserva.