El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) informó este miércoles que la calificadora de riesgo canadiense DBRS actualizó su evaluación sobre la deuda uruguaya y mantuvo al país dentro del nivel mínimo del grado inversor (BBB-), cambiando la perspectiva desde estable a positiva.
Tras la noticia y en declaraciones difundidas por el MEF, la directora de Política Económica, Marcela Bensión, dijo que “la mejora de la perspectiva de calificación confirma la visión auspiciosa” sobre el futuro de la economía local. “Uruguay se encamina a un punto de inflexión en el combate a la pandemia, y la economía muestra indicios claros de recuperación de la actividad. Ello, en el marco de un manejo responsable de las finanzas públicas y la implementación de una regla fiscal que cuida el dinero de todos los uruguayos”, consideró.
El grado inversor define los intereses que pagará un país al salir a tomar deuda a los mercados. En el caso de Uruguay son cinco las agencias calificadoras que lo evalúan —Moody’s, S&P, Fitch, R&I y DBRS— y todas lo ubican dentro del grado inversor, aunque en algún caso está en el mínimo escalón dentro de esa categoría y en otros, uno por encima.
Según el reporte de la agencia canadiense, la mejora en la evaluación del país responde a que “la perspectiva fiscal de Uruguay ha mejorado debido a los esfuerzos de consolidación fiscal y las mejoras institucionales al marco presupuestario”. Además, marcó que “las perspectivas de crecimiento parecen mejores” que previo a la pandemia de 2020, cuando “la economía uruguaya crecía a un ritmo lento”.
“Si bien la rigidez del gasto sigue siendo un desafío crediticio a mediano plazo, el estricto control del gasto por parte de la administración de [Luis] Lacalle Pou y la eliminación gradual de los programas relacionados con la pandemia el próximo año deberían ayudar a colocar las finanzas públicas en una posición más sostenible”, evaluó DBRS.
“No obstante la mejora de las perspectivas fiscales y de crecimiento, mantener las finanzas públicas en una trayectoria sostenible sigue siendo un desafío clave para el crédito”, agregó la agencia.
En el reporte también mencionó otros aspectos considerados para la nota, como los “sólidos fundamentos políticos y macroeconómicos, las presiones fiscales en el mediano plazo, un crecimiento modesto de la productividad, un sistema financiero parcialmente dolarizado y una profundidad financiera limitada”. Además, marcó que “la gestión prudente de la deuda soberana y las reservas de liquidez precautoria protegen [al país] contra los shocks externos”.
Pese a lo mencionado, la agencia advirtió que la perspectiva de la deuda podría volver a la categoría estable “si el plan de consolidación fiscal tiene un desempeño sustancialmente inferior o si los shocks externos debilitan significativamente las perspectivas de recuperación de Uruguay”.
El economista Nicolás Cichevski, gerente de CPA Ferrere, analizó en Twitter que la evaluación de DBRS es una “positiva noticia en un contexto en que los mercados financieros comenzarán a mirar con más detalle los fundamentos de las economías emergentes en 2022, a medida que avance el desarme de los estímulos monetarios en las economías avanzadas”.