Según el monitor semanal elaborado por el Observatorio de Coyuntura de la Universidad Católica, a cargo de Javier de Haedo, “nuestros vecinos crecen poco a lo largo de este año y la mayor parte de sus respectivos crecimientos son heredados del año pasado” (arrastre estadístico).

Argentina

La economía argentina crecería 6,8% este año, aunque “semejante variación esconde la herencia desde 2020”. Por lo pronto, los datos del Indicador Mensual de Actividad Económica (EMAE) marcan que, al mes de junio, la economía se encontraba 2,2% por debajo del nivel prepandemia. Para el año que viene, el crecimiento esperado que se desprende del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) se ubica en torno a 2,4%.

Para la inflación, que hoy asciende a 51,8% en la medición 12 meses, “la proyección para diciembre apunta al 48,2%”. Por su parte, para el tipo de cambio oficial, “se espera que cierre el año en 107,1 pesos argentinos”. Respecto a esto último hay que tener presente que el dólar blue cerró la semana cotizando por arriba de $181 pesos argentinos (venta) y que en los próximos meses la volatilidad podría aumentar, producto de las PASO.

Brasil

Según se desprende del último relevamiento realizado por el Banco Central del Brasil (BCB), el PIB crecería 5,3% este año (la caída había sido de 4,1% en 2020). El informe del Observatorio de Coyuntura destaca, con datos cerrados a junio, que “ya se había superado el nivel prepandemia de febrero de 2020 en 0,8%”.

Para la inflación las expectativas apuntan a una moderación hacia fin de año. En ese sentido, se “se espera que cierre en 7,1%”, por encima del techo del rango meta del BCB (actualmente se sitúa en el entorno de 9%). Por último, para el tipo de cambio, los agentes encuestados esperan una apreciación del real frente al dólar, que llevaría la paridad a $ 5,1 hacia diciembre.

En suma

Las perspectivas regionales son complejas y no parece que este escenario pueda revertirse en el corto plazo. De hecho, la cosa podría oscurecer un poco más antes de empezar a aclarar. La inestabilidad política podría acentuar el golpe regional sobre Uruguay, dado su impacto sobre la intensidad de la recuperación en ambas economías y también sobre sus paridades cambiarias (el país está muy caro en dólares en relación a Brasil y Argentina); un golpe doble.