La investigación del Grupo Ecología del Pastoreo tiene como objetivo principal contribuir a mejorar el ingreso neto y la sustentabilidad de los sistemas ganaderos sobre campo natural, a través de una propuesta de intensificación ecológica. Esto supone comprender y promover tres procesos que son centrales: la producción de forraje, el consumo de forraje y la eficiencia en la utilización del forraje por los animales en pastoreo.

Con esa meta como faro, la semana pasada tuvo lugar la tercera edición del seminario antes mencionado, que abordó el concepto de gestión espacio-temporal del pastoreo. En este concepto se “condensa la trayectoria de investigación y el trabajo del Grupo Ecología del Pastoreo, desde los trabajos experimentales en la Estación Experimental Mario A Cassinoni en la década de 1990, hasta la implementación de la coinnovación en predios ganaderos, pasando por los experimentos de largo plazo de control de la oferta de forraje en las estaciones experimentales de Salto y Bañado de Medina”.

Concretamente, en esta instancia se presentaron los resultados de dos estudios sobre alternativas para mejorar el resultado económico, productivo y ambiental de la ganadería basada en campo natural.

La primera presentación, titulada “Propuesta para la intensificación ecológica para la ganadería basada en campo natural: la gestión espacial y temporal del pastoreo como elemento clave”, estuvo a cargo de Ignacio Paparamborda, ingeniero y docente del Departamento de Producción Animal y Pasturas de la Facultad de Agronomía.

En lo que refiere a la visión general del problema, Paparamborda señaló que “a pesar del dinamismo que ha mostrado la ganadería en los últimos años”, persisten algunos problemas de productividad, sostenibilidad y reducida resiliencia a la variabilidad climática-económica. Según destacó, “para el desarrollo competitivo de la ganadería se requiere mayor cantidad de producto por unidad de superficie con el menor costo y riesgo económico, sin deteriorar los recursos naturales, que son la base del sistema de producción ganadero”.

Una definición asociada a lo anterior, que también engloba el fundamento y los objetivos que persigue la investigación de este colectivo, es la de intensificación ecológica, que implica un “incremento de la producción por unidad de superficie sin incrementar los costos, mejorando los recursos naturales a partir del uso inteligente e intensivo de las funciones de soporte y regulación naturales del ecosistema por medio del manejo de la biodiversidad, de la energía solar y de los ciclos biogeoquímicos”.

En efecto, estas son las dos definiciones que orientan el trabajo del Grupo de Ecología del Pastoreo, cuya aproximación combina experimentos analíticos, desarrollo de modelos de simulación y trabajos de innovación predial.

Luego de comentar algunos antecedentes en materia de generación y validación de tecnología para mejorar el resultado productivo de la cría vacuna, Paparamborda expuso sobre los principales resultados de los experimentos de control de oferta de forraje con vacas de cría y abordó la gestión espacial y temporal del pastoreo y sus resultados productivos y económicos. También repasó los trabajos que se están desarrollando actualmente vinculados a la producción ganadera. A este respecto, el grupo está implementando un programa de investigación compuesto por tres proyectos.

El primero está asociado al rol del parcheado y su vinculación con el patrón espacio-temporal de pastoreo, y busca cuantificar cuál es la estructura que se genera en el campo natural a partir de trabajar con más disponibilidad de forraje, ver qué pasa con el comportamiento animal en esas estructuras y evaluar el resultado productivo y económico. El segundo proyecto pasa por el desarrollo de modelos de simulación para analizar las relaciones entre producción y servicios ecosistémicos. Por último, se está trabajando a nivel de predios en un proyecto que monitorea la gestión espacial y temporal de ocho predios ubicados en la región este, para evaluar cómo esa gestión determina los posibles servicios ecosistémicos que brinda el campo natural.

Dentro de los mensajes finales, Paparamborda subrayó que “la herramienta para el cambio técnico de la ganadería es la gestión de la intensidad del pastoreo en el tiempo y el espacio. Esto es, controlar y manejar los principales procesos de la producción pastoril: la producción de forraje, el consumo de forraje por los animales y la conversión”. Para ello, resulta necesario profundizar en la relación entre producción animal y servicios ecosistémicos del campo natural.

La segunda presentación estuvo a cargo de Varinia Figueroa, ingeniera agrónoma y docente del Departamento de Producción Animal y Pasturas, que expuso sobre el trabajo de la Facultad de Agronomía en el “Proyecto de ganadería y clima; el punto de partida y los resultados a un año de implementación”.

Luego de enfatizar la importancia de la carne vacuna dentro de la matriz exportadora nacional, Figueroa destacó que, de las 12.579.000 hectáreas destinadas a la ganadería, 80% es campo natural, y que hay un gran número de establecimientos que realiza ganadería sobre campo natural que logra, desde hace ya un tiempo, bajos resultados productivos y económicos. A este respecto, señaló que los resultados se explican por un consumo de energía insuficiente de los rodeos que están sobre campo natural, que se deriva de la limitada gestión de la energía que se hace en los sistemas ganaderos.

Para revertir esta situación “es necesario comprender la complejidad de estos sistemas”, entendida como los procesos que tienen lugar durante un año productivo, “desde los procesos de producción de forraje, pasando por el consumo por parte de los animales de ese forraje y llegando a la utilización de la energía de ese forraje para que, dentro del animal, y con todo lo que eso conlleva, se transforme en producto”.

Además de conocer y entender todos estos procesos que tienen lugar en simultáneo dentro de un establecimiento agropecuario, es necesario abordar la exposición que tienen los establecimientos a la variabilidad climática y económica, fenómeno que contribuye a elevar la complejidad de los sistemas. Revertir los indicadores actuales requiere avanzar en esa dirección.

Entre los antecedentes que preceden al “Proyecto de ganadería y clima”, la investigadora resaltó la encuesta que se realizó a 250 productores ganaderos ubicados en Sierras del Este y Cuesta Basáltica entre mayo y agosto de 2015. A partir del análisis de estos datos se crearon tres índices “integradores de la información de técnicas de manejo implantadas en la cría vacuna, en ovinos y en la recría vacuna”. La encuesta también permitió construir una tipología con base en las variables de estructura y funcionamiento de los sistemas ganaderos, que integra las prácticas de producción, la gestión del sistema y los indicadores y resultados productivos.

Además de este antecedente, Figueroa destacó otros proyectos de coinnovación en ganadería que fueron llevados a cabo previamente. Entre ellos, “Coinnovando para el desarrollo sostenible de sistemas de ganaderos familiares de Rocha” (2012-2015), “Intensificación ecológica en sistemas ganaderos familiares: estrategia para la adaptación a la variabilidad y el cambio climático” (2016-2019) y “Producción ganadera climáticamente inteligente y restauración del suelo en pastizales uruguayos” (2020-2023). A medida que se avanzó con estos proyectos, “se fue escalando en materia de unidades de paisaje (zonas), número de productores participantes y número de técnicos contratados”.

Luego de presentados los antecedentes, la expositora abordó el “Proyecto de ganadería y clima”, formalmente titulado “Producción ganadera climáticamente inteligente y restauración del suelo en pastizales uruguayos”. De los tres componentes del proyecto, el énfasis de su presentación estuvo puesto en los resultados del segundo, asociado al desarrollo y la implementación de prácticas y tecnologías de ganadería climáticamente inteligentes.

En su conjunto, los resultados encontrados a un año de implementación muestran que “aplicando la coinnovación y la propuesta de intensificación ecológica existe un margen de mejora en los sistemas ganaderos”. Esto reafirma la importancia y el desafío que implica para el colectivo trabajar en los sistemas ganaderos sobre campo natural, contribuyendo a incrementar el acervo de conocimiento para avanzar en materia de innovación. En ese sentido, con estos resultados “se confirma la importancia de la intensificación ecológica para atenuar los efectos adversos de la variabilidad climática”.

Por último, el seminario cerró con una ronda de discusión en la que participaron Pablo Soca, docente del Departamento de Producción Animal y Pasturas, y Ramón Gutiérrez, técnico asesor en predios de la región este. La presentación completa está disponible en el canal de Youtube de la Facultad de Agronomía.