Este viernes o a más tardar el lunes próximo, el Poder Ejecutivo comunicará su decisión sobre el ajuste mensual de las tarifas de combustible, en línea con la nueva política de evaluar cada mes la variación del precio de las naftas y el gasoil. El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, dijo que se sigue con “preocupación” el “aumento de costos” del petróleo y los fletes internacionales, y que se calibra “cuál es el margen que tenemos” para definir el porcentaje de ajuste de cara a febrero.

Para esa decisión, y pese a que en los últimos meses no fue tomado en cuenta, el gobierno tiene como insumo el precio de paridad de importación (PPI), un cálculo teórico que hace la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) y que sirve como referencia, ya que evoluciona en línea con el precio internacional del petróleo. Además, Ancap envía un informe sobre su situación financiera y de producción.

Este jueves la Ursea publicó el informe del PPI correspondiente al período entre el 26 de diciembre y el 25 de enero, que mostró que a la salida de la planta de Ancap los precios de referencia mostraron un incremento: 8,6% la nafta Premium; 8,73% la nafta Súper; 7,59% el gasoil 50 S, y 7,59% el gasoil 10 S —de uso marginal—.

Estos números reflejan la suba del barril de petróleo en el mercado internacional: el crudo Brent aumentó 15,8% en el período considerado por la Ursea, casi diez dólares.

Hace cuatro meses que el gobierno se apartó de la regla que indica que los precios al público estén alineados al PPI, que surge de la ley de urgente consideración (LUC). En los tres primeros meses —la definición sobre tarifas de octubre, noviembre y diciembre—, el PPI mostraba un aumento que fue absorbido por Ancap, al tener “ganancias extraordinarias” por la venta de energía a Brasil, que realiza UTE y para la que compra gasoil al ente; mientras que de cara a enero —el informe del 26 de noviembre al 25 de diciembre— la Ursea marcó una baja.

Es decir, al pasar raya se llegó al inicio del año con una brecha entre el PPI y el valor en el surtidor de los combustibles —las tres subas fueron mayores que la baja de enero—, y al sumarse el nuevo dato esa distancia se amplía. Según dijo a la diaria una fuente oficial, la brecha estaría en torno a 12% para las naftas y a 19% para el gasoil. Esto significa que si el gobierno decidiera equiparar los precios al PPI, debería realizar un aumento de esa magnitud.

Paganini manifestó al diario El Observador: “Estamos viendo cuál es el mayor esfuerzo que podemos hacer. Hasta ahora veníamos con las ganancias extraordinarias de Ancap, que si se hubiera mantenido el petróleo capaz que podían durar un poco más. Así como está tenemos que revisar bien cuál es el margen que tenemos”. Agregó que “las perspectivas son de un mercado complicado para el petróleo hacia adelante”.

Respecto de la brecha mencionada entre el PPI, es decir la referencia teórica, y los precios al público, Paganini señaló que el valor actual, que fue definido en agosto, estaba asociado a un barril de petróleo a 71 dólares, cuando la Ursea calculó para el último mes un precio promedio de 84 dólares.

El economista Javier de Haedo, que integró el gobierno del Partido Nacional durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera y asesoró en la última campaña a Edgardo Novick, opinó en Twitter respecto de esa brecha de precios: “Se sigue acumulando un ‘atraso tarifario’ en Ancap, que, más tarde o más temprano, dará lugar a un aumento considerable en los precios. Mientras tanto, impacto fiscal”.

La regla que determina ajustes mensuales en el precio del combustible rige desde junio; el gobierno hizo tres aumentos al comienzo, luego una leve baja y posteriormente se mantuvo sin variación las tarifas. La oposición política cuestionó que la medida se debe al futuro referéndum contra 135 artículos de la LUC, incluidos los que determinan la fórmula de ajuste de los combustibles, mientras que el gobierno lo atribuyó a las ventas a Brasil.

Desde que se activó el mecanismo en junio la nafta pasó de 58,35 pesos el litro a 70,41, es decir, una suba de 12 pesos o de 20,6%; mientras que el gasoil pasó de 40,4 pesos a 49,94, esto es un incremento de 9,54 pesos o de 26,6%.