Para celebrar sus primeros 40 años en Uruguay, el banco Santander reunió, este martes en el hotel Sofitel, a cuatro exministros de Economía: Ricardo Zerbino (1985-1990), Ignacio de Posadas (1992-1995), Luis Mosca (1995-200) y Mario Bergara (2013-2015). En el marco del aniversario del banco español, los cuatro intercambiaron comentarios y consideraciones acerca de la estabilidad económica y financiera del país en el último tiempo.

De Posadas fue titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) durante la presidencia de Luis Lacalle Herrera, del Partido Nacional. Contextualizó aquella época con un “frente económico difícil”, debido a un déficit fiscal “muy grande”, cerca de “los 6 puntos del PIB”, y a una “situación comprometida” a nivel de reservas en el Banco Central. Describió también un “frente político complejo”, con un gobierno en minoría a nivel parlamentario, con múltiples sectores que “obligaban a un desgaste permanente”. “Todo había que negociarlo”, afirmó.

Y encima, sostuvo, Uruguay “es un país poco propenso a los cambios”. “Es muy difícil cambiar. Nosotros veníamos con una agenda de cambios bastante ambiciosa, veníamos con la idea de que había que hacer mucha cosa y de forma muy rápida”, comentó.

Casi tres décadas después, De Posadas define su “experiencia” en el MEF como “relativamente exitosa”. “Mirado con el tiempo, creo que una de las virtudes que tuvo el gobierno fue que no cayó en el encandilamiento de querer aplicar un modelo. No optó por ese camino. El gobierno arrancó con un ajuste fuerte, pero que fue insuficiente. No fue un shock, fue básicamente un ajuste tributario”.

De Posadas afirmó que de “los presagios de catástrofes que se hicieron en ese momento”, “no se cumplió ninguno”. Destacó que la política económica del gobierno de Lacalle Herrera se aplicó “sin recesión”, pese a “los anuncios que nos hacían, que con la doctrina neoliberal la gente iba a comer pasto... Nada de eso ocurrió”.

“Hay cosas que ya no se discuten”

Para Bergara, en cambio, “en Uruguay [sí] pasan cosas”. “A veces no son tan rimbombantes, pero si uno ve los últimos 30 años el cúmulo de reformas es muy profuso”, en particular, “en los 15 años que gobernó el Frente Amplio [FA]”. Si bien el actual senador estuvo al frente del MEF sólo dos años, durante la presidencia de José Mujica, fue parte del equipo económico “en 14 años de los 15 que gobernó el FA”.

Bergara dijo que en ese período hubo “un proceso en el que se consolida el enfoque de la estabilidad macroeconómica”. “Hay cosas que ya no se discuten, porque las aprendimos con sangre, porque de las crisis se aprende”.

En ese sentido, señaló que a partir de la crisis de 2002 “se logró instalar que en las crisis bancarias hay que responder de manera drástica”, esto es, “los bancos que pueden abrir, abren, y los que no, no”. Ante las autoridades del banco Santander, expresó que “la inmensa cantidad de los bancos internacionales respaldaron sus depósitos”, a diferencia de otras instituciones que “oh, casualidad, eran los mismos bancos que venían languideciendo durante 20 años”.

Según Bergara, anteriormente las crisis financieras en Uruguay tenían como principales factores el sistema bancario y el dólar. Afirmó que eso cambió en los últimos años. “En 2008, cuando explotó el sistema financiero mundial, en Uruguay la pasamos bastante tranquila porque habíamos construido herramientas para combatir vulnerabilidades”. Aunque el “ciclón” de 2008 fue “mucho más grande” que el “viento” de 2002, “tuvimos una fortaleza en el sistema financiero envidiable por muchos”, aseguró.

El senador aprovechó para enumerar distintas “reformas” de los gobiernos frenteamplistas: en las cuentas públicas, en salud, en vivienda, en políticas sociales, en las relaciones laborales, con “un esquema de negociación colectiva que permitió que los trabajadores se apropiaran de los frutos del crecimiento”. En suma, varias reformas que “fortalecieron la institucionalidad” disminuyeron la “discrecionalidad del gobierno” y consolidaron “el enfoque de la estabilidad macroeconómica”.

“Se mostró en una forma muy sólida”

Zerbino fue el primero en asumir la conducción del MEF después de la dictadura cívico-militar. A sus 84 años de edad, recordó aquella etapa como “un momento particularmente difícil”. Difícil en materia de reservas internacionales, difícil por la restitución de 10.000 funcionarios públicos cesados por sus “ideologías”, difícil porque “el Banco Central estaba sin caja”, entre otras cosas. Con todo, expresó que el gobierno encabezado por Julio María Sanguinetti “se mostró en una forma muy sólida”.

Zerbino destacó especialmente la aprobación de dos leyes en ese quinquenio: la forestal, que “promovió” las futuras inversiones en la industria de la celulosa, y la de zonas francas, que “dio lugar a una extensa actividad con una mirada hacia el futuro”.

A Mosca le tocó ocupar la titularidad del MEF durante la segunda presidencia de Sanguinetti. A su entender, fue un período en el cual “se mejoró el horizonte fiscal” del país, por ejemplo, gracias a la aprobación de la reforma de la seguridad social en 1996, “cuando el costo previsional ascendía a 14 puntos del PIB”.

Al igual que Zerbino, Mosca mencionó dos leyes “muy importantes” de ese quinquenio. Por un lado, la ley de inversiones, “que sigue vigente hasta el día de hoy”; y por otro, la ley de fondos de inversión y securitización de activos, “que permitió la generación de instrumentos para obtener financiamiento en mejores términos”.

Al cierre de su exposición, tras reconocer que hay “una amplía mayoría” que pretende mejorar las condiciones de acceso a los mercados internacionales para “tener una mayor autonomía” en el comercio exterior, Mosca reivindicó “el Mercosur de los primeros años”, porque “nos ayudó mucho a disciplinarnos”.