La inflación quedó bordeando los dos dígitos en los 12 meses a setiembre –fue 9,95% según el cálculo del Instituto Nacional de Estadística (INE)– y el tema disparó distintas repercusiones. Por un lado, el Banco Central del Uruguay (BCU) continuó la contracción monetaria en busca de contener las expectativas de inflación, al subir nuevamente la tasa de interés, mientras el Instituto Cuesta Duarte ya proyecta otro año de caída salarial y los empresarios empiezan a mostrar preocupación por el nivel de aumento de precios.

El alza de las frutas (4,35%) así como de las legumbres y hortalizas (13,3%) fue el principal factor detrás del registro mensual del índice de precios del consumo (IPC), que creció en el mes 0,84% y en el acumulado alcanzó su mayor nivel en dos años. Luego del informe, los analistas advirtieron que más allá del dato global, la inflación no transable –que releva el precio de los bienes no comercializados con el exterior– se mantiene por encima de 9%. Esto último es “lo más preocupante”, según el economista Ignacio Umpiérrez del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED). En tanto, el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) marcó que fue “la primera vez en el año que la inflación transable es superada por la no transable”, una señal de que los factores internos que empujan los precios no ceden.

Desde el gobierno, habló el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, quien planteó que fue “bastante sorpresivo” el dato y admitió que hay “una inflación alta”. Sin embargo, lo atribuyó al alza de frutas y verduras –“si llega a llover en un par de meses eso debería revertirse”, dijo–, además de plantear que Uruguay sigue “recibiendo lo que está pasando en el mundo” y que la “inflación núcleo” se moderó.

Otra visión aportó en diálogo con la diaria el economista del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT Bruno Giometti. Comentó que si bien “circunstancialmente” en setiembre hubo “un empuje” de los precios de frutas y verduras, el rubro alimentos “lleva aumentando por encima del IPC general”, ya que creció 14% en el último año. “Los hogares de menores ingresos consumen en mayor medida alimentos [respecto al total de su sueldo], y en un contexto donde la pobreza no baja esto trae más dificultades hacia adelante”, indicó.

Nueva suba de la tasa de interés

El BCU comunicó tras la reunión del Comité de Política Monetaria que la tasa de interés, que fija una referencia para los créditos e incide, según la teoría económica, en el nivel de dinero circulante, subió de 10,25% a 10,75%. Con esto, continúa el proceso iniciado a mediados del año pasado, cuando se revirtió la política expansiva –tasa de interés baja– que impulsaron los bancos centrales del mundo con la pandemia, en busca de recuperar el crecimiento perdido.

La medida responde a que “la inflación y sus expectativas persisten por encima del rango meta”, indicó el BCU, que tiene por objetivo que el IPC se ubique entre 3% y 6%. El Ministerio de Economía corrigió en la última Rendición de Cuentas la proyección oficial, que quedó en 8,5%, casi tres puntos por encima de la anterior previsión. En agregado, el BCU analizó que “la coyuntura internacional” plantea “riesgos”, porque “continúa deteriorándose el crecimiento económico debido a la profundización de la guerra entre Rusia y Ucrania”, mientras “la inflación global [está] al alza”.

Recuperación postergada, sorpresa y preocupación

Giometti, del Cuesta Duarte, dijo que la aceleración de la inflación dificulta que empiece este año la recuperación salarial prometida por el gobierno –para volver al nivel de 2019, tras la caída, los dos últimos años, del poder de compra–. “La recuperación va a estar en el bolsillo de la gente cuando cobre el correctivo en junio del año que viene”, es decir, al final de los convenios salariales, sostuvo.

Este panorama pone presión a la próxima ronda de negociación en 2023, ya que para “empatar” la pérdida pasada, comenzar con la recuperación y prever la inflación futura se deberán dar “ajustes grandes, que a su vez no implicarán ganancia para los trabajadores”. “Aun cuando se cumpla el compromiso del gobierno” de recuperar el salario perdido al final del quinquenio, “una inflación más alta lo que hace es ir tirando para adelante” el comienzo de esa recuperación y, por ende, que durante más tiempo exista una pérdida para el bolsillo de los asalariados, indicó Giometti.

Desde el sector empresarial, hubo expresiones en un sentido similar al de Alfie, con el foco en los factores externos. Julio César Lestido, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios, dijo a Búsqueda que, si bien “preocupa” la inflación, “todavía estamos en niveles controlables”, y añadió que “hoy no se logra controlar en el mundo”, por lo que Uruguay “no puede estar ajeno”. En tanto, Facundo Márquez, nuevo presidente de la Unión de Exportadores, se mostró crítico en diálogo con el mismo medio sobre la política monetaria del BCU: “Ni mejora el control de la inflación y nos plancha el tipo de cambio [la suba de la tasa de interés tira hacia abajo el valor del dólar]”.