El dato
Según la nueva canasta publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE)1, el hogar uruguayo “promedio” (técnicamente pertenecientes al estrato de referencia) destina 9,6% de su presupuesto al consumo de energía. Dentro de este universo, como destacó SEG Ingeniería, 4,2% se destina a electricidad, 3,5% a nafta, 0,6% a gasoil y el restante 1,3% se reparte entre leña, gas por red y supergás.
El contexto
¿Cómo se ubican los precios de los combustibles en la comparación internacional después de las reformas anunciadas por este gobierno?
Según la información presentada por SEG Ingeniería (con base en Global Petrol Prices), el precio por litro actual de la nafta en Uruguay es el más caro de América Latina y se posiciona en el puesto 13 a nivel mundial (tomando como referencia 154 economías). Concretamente, el precio del litro de nafta en nuestro país asciende actualmente a 1,91 dólares. Como referencia, la nafta más cara se vende en Hong Kong a 2,97 dólares por litro y el promedio mundial se sitúa en el entorno de 1,27 dólares por litro.
¿Cómo cambió el peso de la factura energética en la última década y cómo lo calcula el INE?
El INE realiza una encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) que recopila metódicamente los patrones de gasto e ingresos de una muestra de hogares. A partir de estos datos, se construye una canasta de bienes y servicios. La canasta que se utilizaba como referencia correspondía a un relevamiento realizado entre 2005 y 2006, y ahora se actualizó para reflejar de forma más precisa el patrón de consumo actual.
En el caso de la energía, el peso relativo pasó de 8,2% a 9,6%. El incremento se explica por el aumento del peso de la nafta en el consumo de los hogares, que casi duplicó su importancia en el presupuesto (de 1,6% a 3,5%). Esto probablemente refleja la expansión del parque automotor durante la última década y su inclusión como activo para sectores mucho más amplios de la población.
¿Qué implica esto para la medición de la inflación?
Que las variaciones en el precio de la nafta tendrán una incidencia mayor sobre la inflación, dado que el ponderador correspondiente, que refleja el peso relativo de este producto en la canasta, aumentó marcadamente. En términos más amplios, más allá de la nafta, la canasta energética tiene ahora un papel más protagónico que en el pasado a partir de esta innovación metodológica. En otras palabras, la medición de la inflación es actualmente más sensible a los vaivenes del precio de la energía.