Según los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la economía brasilera se expandió 1,2% entre el primer y segundo trimestre del año, lo que supone un crecimiento interanual de 3,2%. El dato superó las expectativas y deja el nivel de PIB 3,5% por encima del umbral prepandemia, acercándose al pico alcanzado en el primer trimestre del 2014.

Foto del artículo 'Brasil: crecimiento del segundo trimestre fue mayor del previsto'

En términos trimestrales destacó el crecimiento de la industria, que se expandió 2,2% en relación al período enero-marzo, y el de los servicios, que se ubicó en el entorno de 1,3%. El sector agropecuario, por su parte, exhibió un dinamismo más moderado, con un incremento de la producción equivalente a 0,5%. Por el lado de la demanda, el crecimiento trimestral se explicó por el desempeño del consumo privado y el aporte de la inversión. El primero aumentó 2,6%, impulsado por las medidas de apoyo a las familias y a pesar del efecto de la inflación sobre los ingresos. El segundo aumentó 4,8%, revirtiendo la caída que había experimentado en el trimestre anterior (3%). En sentido contrario incidieron el consumo público, que cayó 0,9%, y las exportaciones, con una contracción de 2,5%. Las importaciones, por último, aumentaron 7,6%.

Por otro lado, desde la perspectiva interanual se constató un retroceso de 2,5% en el caso del sector agropecuario, que fue compensado por la expansión de la industria (1,9%) y también de los servicios (4,5%). Por el lado del gasto, todos los componentes de la demanda interna aumentaron en relación al mismo período del año anterior. El consumo de las familias fue el que tuvo mayor incidencia, con un incremento interanual de 5,3%. El gasto público aumentó 0,7% y la inversión 1,5%. En lo que refiere al sector externo, cayeron tanto las exportaciones (4,8%) como las importaciones (1,1%).

Dado que el dato estuvo por encima de lo esperado, las proyecciones para este año podrían corregirse al alza. En este sentido, la última encuesta de expectativas relevada por el Banco Central de Brasil (BCB), que fue publicada previa al dato, anticipaba una expansión de 2,1% para este año, cifra que ya recogía una mejora en relación a lo previsto un mes atrás (1,9%). Para el próximo año las perspectivas de actividad son menos alentadoras, con un crecimiento esperado de apenas 0,4%.

Cabe destacar que este avance de la actividad tuvo lugar en un contexto caracterizado por un endurecimiento de la política monetaria, orientada a moderar el avance de la inflación. Puntualmente, la tasa selic de referencia aumentó 8,5 puntos porcentuales en el último año, ubicándose actualmente en el entorno de 13,8%. En este marco, la inflación se moderó luego de alcanzar un pico de 12,1% durante el mes de abril, pero permanece levemente por encima del 10% (el rango meta se mueve entre 2% y 5%).

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Según el relevamiento de expectativas al que se hizo referencia, esta tendencia se mantendría en los próximos meses. Concretamente, se espera que la variación de los precios al consumo cierre el año en torno a 6,7%, lo que implica una corrección a la baja de cinco décimas respecto al relevamiento realizado el mes pasado. Si bien la trayectoria descendente se extendería hacia el próximo año, la inflación volvería a ingresar dentro del rango recién en 2024 (5,3% y 3,4% son las proyecciones para 2023 y 2024 respectivamente).

En este contexto, la moneda brasilera se ha venido apreciando frente al dólar en lo que va del año. En términos acumulados, el tipo de cambio lleva una caída de 7% desde finales de 2021 y cerró el mes de agosto cotizando en torno a 5,2 reales por dólar. Según las proyecciones, esta situación no presentaría cambios relevantes durante el próximo año.